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El encéfalo humano es el centro del sistema nervioso y está compuesto por el tallo cerebral, que controla los reflejos y las funciones básicas del cuerpo, como la presión sanguínea, el ritmo del corazón y la digestión. Cubriendo el tronco cerebral se encuentra el cerebro reptiliano, responsable de la agresividad, la territorialidad y las jerarquías sociales, la cual origina la tendencia a seguir ciegamente a líderes. A su alrededor se sitúa el cerebro emocional, o límbico, que gestiona los estados de ánimo, emociones, instintos sexuales, inquietudes o preocupación por los hijos. El tálamo filtra los estímulos dirigidos a la corteza cerebral y decide si son lo suficientemente importantes como para compartirlos con nosotros, o si terminan su camino, al considerarlos como triviales.
Situado encima del tronco cerebral está el cerebelo que procesa la información que recibe del tronco cerebral y de la corteza motora para coordinar todos los movimientos. El cerebro, la parte más grande del encéfalo, está dividido en dos hemisferios (derecho e izquierdo), que se subdividen en una serie de lóbulos, y ejecuta las funciones de alto nivel como el pensamiento abstracto. La parte derecha del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo y la parte izquierda controla el lado derecho del cuerpo. La sustancia gris forma la llamada corteza cerebral, responsable del cerebro consciente, tiene entre 2 y 3 milímetros de espesor. Es el núcleo de la memoria e imaginación, así como de los procesos del pensamiento (hablar, oír, olfatear, ver). Esta delgada capa contiene unos 10.000 millones de neuronas, con cerca de 50 trillones de sinapsis (uniones entre neuronas).
Los lóbulos frontales del cerebro, su parte más evolucionada y genuinamente humana, tienen a su cargo varias funciones como prestar atención, coordinar la información, solicitar recursos y planificar actividades. Es la función ejecutiva del cerebro. Además está dedicada a la multitarea, o la capacidad de hacer varias cosas a la vez. No podemos realizar dos tareas simultáneas si estas son muy demandantes cognitivamente. En su lugar cambiamos de una tarea a otra, pero esto conlleva un gasto adicional de recursos, y supone un 40% de reducción en el rendimiento. Andar, chatear o ver la televisión son tareas que no demandan muchos recursos cognitivos al contrario que realizar cálculos mentales.
Se estima que el cerebro humano contiene casi 100.000 millones de neuronas, que colocadas en línea medirían 1.000 kilómetros, siendo el número de conexiones entre las neuronas y la corteza comparable con el contenido de información del cerebro humano, en torno a los 100 trillones de unidades de información o bits.
El cerebro Inconsciente
Sorprendentemente, el cerebro gestiona el 90% de todo cuanto hacemos de una forma autónoma, sin que nos demos cuenta, tanto si estamos despiertos como dormidos, ya que ello supone un gasto mucho menor de energía. Nuestro cerebro continuamente hace predicciones del futuro en base a las experiencias que ha vivido previamente, minimizando así el gasto de recursos, ya que en la mayoría de los casos funciona. Acciones rutinarias como lavarse los dientes son realizadas de una forma inconsciente. Solo las acciones nuevas o que requieren de una atención extra activan la consciencia, ya que solo nos podemos ocupar de cuatro unidades de información simultáneamente.
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