EL CLIMA

sábado, 9 de marzo de 2013

Sitios historicos la pulperia






















foto daniel zunino



Lugar de encuentro de la gente del campo, de criollos, indios y negros. Cobijo de arrieros y chinitas. Lugar de descanso, encuentro, diversión y desenfreno. De aguardientes y cañas. De trucos, tabas y riñas. De romances y guitarreadas. De mudanzas y contrapuntos. Mezcla de almacén y taberna. Todo eso podía pasar en una pulpería, donde lo criollo y popular afloraba espontáneamente

Si buscamos la palabra pulpería en el diccionario vamos a encontrar la siguiente definición: Despacho de comestibles y bebidas en la campaña, más importante que el boliche. En los tiempos antiguos las pulperías tenían en su interior rejas de hierro o de madera que separaban al público de la parte donde se hallan las mercaderías y despachaba el pulpero. La pulpería es almacén, tienda, taberna y casa de juego. Sitio de cita del paisanaje. En ella se juega a los naipes, a las bochas, a la taba y, en los días de fiesta, se corre la sortija, etc. El aguardiente era la principal bebida que se expendía en estos negocios, dando origen a su nombre.

Una definición muy acertada, sin embargo las pulperías encierran dentro de ellas la magia de la tradición criolla en su máxima expresión: fueron cobijo para las más tradicionales y cotidianas escenas de la gente humilde del campo, de trabajadores y gauchos. 

Las pulperías eran hasta inicios del siglo XX el establecimiento comercial típico de las regiones rurales y semirrurales del Virreinato del Río de la Plata, especialmente Argentina y Uruguay.

Su origen data de principios del siglo XVII, y proveía todo lo entonces indispensable para la vida cotidiana: comida, bebidas, velas (bujías o candelas), carbón, remedios y telas, entre otros.

También era el centro social de las clases humildes de la población; allí se reunían los gauchos a conversar y enterarse de las novedades. Las pulperías eran lugares donde se podía tomar bebidas alcohólicas, se realizaban riñas de gallos, se jugaba a los dados, a los naipes (especialmente el truco), a las bochas, a la taba y se organizaban carreras de caballos llamadas cuadreras, realizándose apuestas (llamadas pollas). También eran frecuentes los duelos criollos por el amor de una mujer.

El pulpero atendía detrás de una reja de hierro o de madera, para protegerse de los asaltantes y de las riñas que se producían en el lugar, que podían terminar en serios duelos con facones. El establecimiento solía contar con una o dos guitarras, para que los gauchos guitarrearan y se organizaran las tradicionales e improvisadas payadas y bailes criollos entre los campesinos.

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