EL CLIMA

martes, 19 de febrero de 2013

SIEMPRE MAMA
















CUANDO VINISTE A ESTE MUNDO...



Ella te sostuvo en sus brazos. 

Tú se lo agradeciste gritando.



Cuando tení­as un 1 año,



Ella te alimentaba y te bañaba. 

Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.



Cuando tení­as 2 años,



Ella te enseñó a caminar. 

Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba.



Cuando tení­as 3 años,



Ella te hací­a todas las comidas con amor. 

Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.



Cuando tení­as 4 años,



Ella te dió unos lápices de colores. 

Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.



Cuando tení­as 5 años,



Ella te vestí­a para las ocasiones especiales. 

Tú se lo Agradeciste tirándote enlodadote a más no poder.



Cuando tení­as 6 años,



Ella te llevaba a la escuela. 

Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!



Cuando tení­as 7 años,



Ella te regaló una pelota. 

Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.



Cuando tení­as 8 años,



Ella te trajo un helado. 

Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.



Cuando tení­as 9 años,



Ella té pago unas clases de piano. 

Tú se lo agradeciste nunca practicando.



Cuando tení­as 10 años,



Ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas. 

Tú se lo agradeciste cuando salí­as del coche y nunca mirabas atrás.



Cuando tení­as 11 años,



Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una pelí­cula. 

Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.



Cuando tení­as 12 años,



Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas. 

Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.



Cuando tení­as 13 años,



Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda. 

Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenia gusto.



Cuando tení­as 14,



Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano. 

Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.



Cuando tení­as 15,



Ella vení­a de trabajar y querí­a darte un abrazo. 

Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.



Cuando tení­as 16,



Ella te enseñó cómo manejar su coche. 

Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podí­as.



Cuando tení­as 17 años,



Ella esperaba una llamada importante.. 

Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.



Cuando tení­as 18,



Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela. 

Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.



Cuando tení­as 19 años,



Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas. 

Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así­ no te sentirí­as avergonzado ante tus amigos.



Cuando tení­as 20 años,



Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien. 

Tú se lo agradeciste diciéndole: A Ti no te importa eso



Cuando tení­as 21 años,



Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.. 

Tú se lo agradeciste diciéndole: No quiero ser como Tú.



Cuando tení­as 22,



Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad. 

Tú se lo agradeciste diciéndole si te podí­a pagar un viaje a Europa.



Cuando tení­as 23,



Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento. 

Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.



Cuando tení­as 24,



Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro. 

Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste ¡Cállate!.



Cuando tení­as 27,



Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchí­simo. 

Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad de el paí­s.



Cuando tení­as 30,



Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé. 

Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.



Cuando tení­as 40,



Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá. 

Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.



Cuando tení­as 50,



Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras. 

Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.



De repente, un dí­a.............,



Ella silenciosamente MURIOOOO......!!!!. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno. 

Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos MAMá, aunque algunos no la pueden llamar así­ de ese modo abiertamente.



No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así­? 

¡Es tú Madre! 

Ella estará allí­ para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.



Pregúntate a ti mismo:



¿Has LIMITADO tu tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio? 

Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de Ella. 

Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos 

del Ser Que Llamamos Mamà 

No hay comentarios:

Publicar un comentario