EL CLIMA
viernes, 30 de noviembre de 2012
KUNDALINI
En el marco del hinduismo, la kundalinī es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente (o a veces por un dragón), que duerme enroscada en el muladhara (el primero de los chakras —los siete círculos energéticos—, que está ubicado en la zona del perineo). Se dice que al despertar esta serpiente, el yogui controla la vida y la muerte.
Varias doctrinas utilizan este concepto de la kundalinī: el yoga, el tantra, el budismo, el taoísmo, el sijismo y el gnosticismo.Respecto a la representación simbólica de la kundalinī, anteriormente mencionada, cabría recordar que en muchas culturas la serpiente ha sido venerada como un animal sagrado. Así pues en la antigua civilización egipcia, la serpiente que los faraones llevaban en sus coronas, representaba su divinidad y alta iniciación (era símbolo de alta maestría). También en las culturas maya y azteca se veneraba a la serpiente emplumada. En el Génesis de la Biblia la serpiente representa la mentira, esta alegorizada en la serpiente negra (como opuesto al dios Yahveh). La serpiente blanca es la serpiente sagrada de las civilizaciones antiguas, poseedora de nuestros mágicos poderes. También en los mismos mitos, está el ejemplo de la serpiente de los israelitas, que sanaba en el desierto. En la cultura de la Antigua Grecia, dos serpientes aparecen representadas en el conocido caduceo de Hermes y una serpiente en la vara de Esculapio, símbolo de la medicina.
Con la alquimia, la energía kundalinī subiría verticalmente por medio del fluido espinal, a través de la columna vertebral, atravesando todos los chakras y alimentaría el cerebro, modulando su actividad. Sería una energía evolutiva, y según el grado de activación en el individuo, condicionaría su estado de conciencia.
La serpiente tiene su base en el mūlādhāra, enrollada tres veces y media alrededor de él, y allí se encuentra, normalmente, dormida. De modo que, tras obtener la apertura de los chakras, puede ser despertada con técnicas como el tantra y el kundalinī yoga. La finalidad del kundalinī yoga es, por tanto, despertar a la serpiente y desenroscarla, dirigiéndola hasta el Sahasrara (el chakra superior) para unir cuerpo y espíritu, en un intento de integrar los dos principios, habitualmente opuestos, de materialidad y espiritualidad, fusionando sus energías dentro de un cuerpo humano individual. En términos tántricos estos principios serían Shivá (el principio masculino o conciencia) y Śakti (principio femenino o energía).
Para llegar a este estado, la serpiente kundalinī deberá atravesar 3 nudos principales:
El primero es el nudo de Brahman, en el primer chakra. El segundo es el nudo de Vishnú, en el chakra del corazón. El tercero es el nudo de Shivá, en el entrecejo. En cada uno de estos sitios, las tres corrientes de energía se juntan, se anudan y se enredan en un reino.
En la medida en que la conciencia penetra el primer nudo, se empiezan a soltar los apegos a todas las sensaciones, los nombres y las formas de las cosas. Se establece una nueva relación con los sentidos y las sensaciones que se perciben a través de ellos. Antes de penetrar este nudo, cada sensación atrapa la mente, la cautiva, la distrae y para el practicante es difícil meditar o estar quieto. Todas las meditaciones que estimulan el punto del ombligo preparan el fuego que hace arder esa barrera y permite despertar más allá de su umbral.
Finalmente, se llega a la tercera puerta, en el sexto chakra. Este nudo está más allá de los cinco elementos naturales. Es donde se entrelazan ida, pingala, shushumna y los demás nadis (ríos). Cuando se abre, la respiración se equilibra temporalmente en ambos orificios nasales y lleva más allá del sentido del tiempo y de la identidad terrenal. Entonces se dice que el trikuti, los tres ríos, te convierten en un tri kala jñā (el que conoce los tres tiempos [el pasado, el presente y el futuro]). El yogui ya no actúa sólo para este tiempo sino para todos los tiempos. Si el nudo sigue apretado, el practicante puede obtener poderes sobrenaturales, pero estará apegado a ellos.
Según algunas religiones orientales, cuando un ser humano llegara al máximo desarrollo y activación de esta energía, conseguiría la iluminación, estado evolutivo en que se trascendería el ego y se desarrollaría la supraconciencia y el amor universal.
El gran objetivo de las prácticas yóguicas y tántricas es el desbloqueamiento de los nadis (‘ríos’) y el despertar de la energía kundalinī.
No obstante, los instructores de yoga advierten sobre el peligro que acarrea un despertar prematuro de la serpiente. En este sentido, todos los grandes maestros espirituales advierten, a este respecto, la necesidad de no forzar nunca en absoluto esta energía.
Los instructores de yoga les enseñan a sus alumnos que el kundalinī yoga es una técnica peligrosa. Por ejemplo, Swami Prabhavananda advierte acerca de los peligrosos efectos físicos que pueden resultar de los ejercicios de respiración del kundalinī yoga: «A menos que se hagan correctamente, hay una posibilidad de dañar el cerebro. Y las personas que practican este tipo de respiración sin una supervisión adecuada pueden sufrir una enfermedad que ninguna ciencia o médico conocidos pueden curar».
Según los instructores de yoga,[cita requerida] la práctica inadecuada y sostenida de ejercicios de respiración puede conducir a un mal funcionamiento del sistema límbico, agravando casos de apnea (suspensión de la respiración durante el sueño) o de ronquido, ambas enfermedades que pueden llegar a ocasionar problemas del corazón y circulatorios. Por el contrario, la práctica de la meditación y la respiración bien guiadas pueden ser de gran ayuda para corregir problemas de la respiración.
En algún libro sobre yoga[cita requerida] se cuenta el caso de un practicante occidental de fines del siglo XX autodenominado Gopi Krishna que —sin guía— dijo haber despertado su kundalinī haciendo meditación en su chakra de la corona. Su vida después del despertar fue tan bendita por la dicha y la euforia como atormentada por la incomodidad física y mental. Con el tiempo su experiencia se estabilizó. Al describir el despertar de la kundalinī (el poder de la serpiente enroscada), Gopi Krishna registra su propia experiencia de la siguiente manera: «Fue variable durante muchos años, dolorosa, obsesiva... He pasado por casi todas las etapas de... tipos de mente: mediúmnica, psicótica y otras; durante un tiempo estuve alternando entre la cordura y la locura».
El sindrome de kundalini es una serie de síntomas de tipo sensorial, motor, mental, psíquico o afectivo, que dicen sentir algunas personas que practican yoga, meditación o han estado en una experiencia cercana a la muerte.
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