La nigromancia o necromancia es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las viceras de los muertos, mediante la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.
La nigromancia o necromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus, es una práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Manifestándose aún en la actualidad, las sesiones espiritistas en las que se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu son un ejemplo de nigromancia moderna.El nigromante es un tipo de mago figura habitual de literatura fantástica y algunos juegos de rol como argumento de fuerza. En muchas ocasiones se dice que los Vampiros tienen facultades nigrománticas. La visión de los Nigromantes en la ficción literaria es que son hechiceros mortales que han estudiado las artes prohibidas para intentar escapar de la muerte. Son individuos extremadamente peligrosos que poseen un profundo conocimiento de la magia nigromántica. Los Nigromantes estudian la magia que les permite controlar a los Muertos Vivientes, comunicarse con los espíritus y animar sus cadáveres para servirle. Son evitados y odiados por la sociedad y muchas veces son dementes y morbosos. Muchos nigromantes son aliados o siervos de los vampiros, a veces voluntariamente, y a veces no.El caso clásico de nigromancia es el de la bruja de Endor, descrita en la Biblia (1 Samuel 28), donde ésta invocó al espíritu de Samuel en presencia de Saúl. Ya en el Deuteronomio se previene contra la práctica canaanita de practicar la adivinación mediante el recurso a los muertos.
Estrabón habla de la nigromancia como la forma principal de adivinación entre los pueblos de Persia y se cree que estuvo también muy extendida entre los caldeos, en Etruria y en Babilonia. En La Odisea, Odiseo viaja al Hades y trata de invocar a los espíritus de los muertos mediante hechizos que le enseñó Circe.
Ya Von Esechbach cita la necromancia en el Perzeval, un mago llamado Clinschor aprende en la antigua Persia (Persida) el poder de controlar todos los espíritus que habitan entre la tierra y el firmamento.
También existen casos de nigromancia en la mitología nórdica, con el mismísimo Odín llegando a llamar a los muertos para que realicen predicciones sobre el futuro. En Grecia, Roma y Cartago debió ser popular, tanto en su vertiente de invocación a los espíritus como de adivinación mediante los cadáveres.
La nigromancia, sobre todo en su forma de invocación de los espíritus de los muertos con propósitos mágicos o adivinatorios, es práctica común en religiones antiguas provenientes del África como el voodoo, el palo mayombe y ciertas ramas del espiritismo y la santería.
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