EL CLIMA

miércoles, 26 de septiembre de 2012

CELESTE





























El celeste o azul celeste, también llamado cerúleo, azul cerúleo o azul bebé, es un color azul semiclaro, de saturación intensa. Específicamente corresponde a la coloración del cielo diurno despejado en dirección Norte.1
Aunque el color celeste tiene un referente específico, en el uso general y popular su tonalidad varía, entendiéndose por «celeste» casi cualquier azul más o menos claro, a veces purpúreo o aturquesado.
La palabra celeste deriva del latín caelestis, ‘celestial’,2 y este de caelum, ‘firmamento, cielo, morada de los dioses, clima’, de origen incierto, tal vez del protoindoeuropeo *kaid—slo—, de una raíz con el significado de ‘brillante’
Aunque cerúleo es sinónimo de celeste, no tiene exactamente las mismas acepciones. Cerúleo es el nombre de un pigmento azul utilizado tradicionalmente en pintura artística, y por extensión el color de ese pigmento y el de la pintura con él elaborada.

No todos los idiomas tienen un término para designar a los azules claros, y no todos consideran al celeste como parte del azul. En español se tiende a llamar «celeste» a un azul claro, y «azul» a un azul medio u oscuro, pero:
En ruso se considera al celeste (голубой, golubóy) como color distinto del azul (синий, siníy). Este caso representa una separación semántica total entre azul y celeste, ya que ninguna de las dos denominaciones de color incluye a la otra: golubóy abarca a los azules claros, y siníy a los oscuros.4
En italiano, los azules claros entran en la denominación de azzurro, categoría distinta del azul oscuro (blu). Sin embargo, en italiano existe también la adjetivación cromática celeste, que denota un conjunto de colores que en castellano se describirían como celestes muy claros, de saturación débil.5
En idioma inglés, por el contrario, el término blue («azul») abarca a todas las coloraciones azuladas, incluyendo al celeste, el cual se describe como un tipo de azul (sky blue, light blue, baby blue, etc.).

El celeste es un esmalte poco utilizado en la heráldica tradicional europea, variante del azur. Como campo de heráldica en ocasiones es llamado «campo de Cielo» (en italiano, campo di Cielo ).
Uno de los ejemplos prominentes y tradicionales del uso del esmalte celeste en la heráldica europea puede verse en las armas del estado federado alemán de Baviera. El campo fusado celeste y plata que lo identifica aparece formando parte de muchos escudos de la región, y también en su bandera. Sin embargo, aunque en este caso el color se representa siempre como celeste, se blasona como azur.
En España el celeste puede verse en las armas de algunos municipios, donde se blasona como «azul celeste».
En la heráldica latinoamericana posterior a la independencia ocurre lo opuesto que en la europea: el celeste es relativamente frecuente en escudos nacionales. Así, encontramos este esmalte en los escudos nacionales de Guatemala, Argentina, Perú, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Honduras, apareciendo muchos más ejemplos de su uso al descender a los niveles regional, provincial, municipal, etc.El color celeste tiene un uso bastante extendido en la vexilología mundial. Aparece, por ejemplo, en las banderas nacionales de Argentina, Guatemala, El Salvador, Honduras, San Marino y Luxemburgo.
En otras banderas territoriales, a nivel regional lo incorporan las banderas de Galicia, Baviera y Guayaquil, mientras que a nivel municipal se encuentra en la bandera de Santa Marta, por ejemplo.
En los ejemplos bajo estas líneas: en la bandera de San Marino, la franja celeste simboliza la libertad;6 la bandera de Somalia es celeste en reconocimiento a la Organización de las Naciones Unidas;7 la antigua bandera de las Provincias Unidas del Centro de América toma sus colores de la bandera de las antiguas Provincias Unidas del Río de la Plata y da origen a varias banderas de naciones centroamericanas (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua), donde las dos franjas celestes suelen representar algunas virtudes (la justicia, la lealtad, la fortaleza, etc.) y los dos océanos que flanquean a Centroamérica.

Por tradición, las vestes (representaciones de vestimenta) de la Virgen María suelen ser celestes y blancas.8
Las tradiciones de las culturas esteparias mongolas, kirguises y altaicas relacionan el color celeste con sus dioses creadores, por asociación con el lobo azul que, en el mito, descendió del Cielo y dio origen a estos pueblos.1 9
Aunque podría pensarse que el simbolismo celestial —y por ende positivo— del color celeste es universal, no siempre es el caso. En los años 1950, la empresa Pepsi perdió parte de su mercado del sudeste asiático en favor de su competidora Coca-Cola cuando cambió el azul franco de su logo a celeste, ya que este color se asocia con la muerte y el luto en esa regiónEn Occidente se tiene al celeste como un color denotativo de masculinidad, así como el rosa lo es de femineidad. Sin embargo, esta identificación entre color y género es relativamente reciente. Se ha observado que, por ejemplo, en la Inglaterra de finales del período victoriano las prendas para niños varones podían ser de color rosa o magenta, mientras que la moda estadounidense de las primeras décadas del siglo XX ocasionalmente recomendaba vestir a los niños de rosa y a las niñas de celeste.11 Algunos autores señalan que antes de que el color rosa quedara universalmente identificado con la femineidad, en Occidente se tendía a vestir a las niñas de celeste debido a que ese era el color tradicional de la vestimenta de la Virgen María.8
Con respecto a la cuestión de cuándo se estableció la preferencia actual del rosa para las niñas y el celeste para los niños, se ha llamado la atención sobre un párrafo de la novela Mujercitas, de L.M. Alcott (1868), donde uno de los personajes propone distinguir a dos bebés mellizos de diferente sexo «al estilo francés», poniéndole un moño celeste al niño y uno rosado a la niña. Esto sugiere que, para entonces, en Francia ya existía esta costumbre, aunque en Estados Unidos recién cristalizó en los años 1940.12 Eva Heller, en su libro Psicología del color —escrito desde una perspectiva cultural alemana—, ubica el nacimiento de esta costumbre hacia 1920, y su generalización global hacia los años 1970.8
El color celeste suele aparecer, denotando masculinidad, en algunos de los símbolos con los que se identifica la comunidad LGBT.

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