EL CLIMA

lunes, 16 de julio de 2012

IGLESIAS PENTECOSTALISMO



Las
Iglesias Pentecostales del Nombre de Jesucristo o Unicitarias, son aquellas iglesias pentecostales que aceptan la doctrina de la Unicidad de Dios o del nombre de Jesús. En el mundo hay muchas agrupaciones pentecostales del Nombre de Jesucristo, y todas creen en la misma doctrina apostólica. Ninguna argumenta ser soberana sobre las demás, y generalmente gozan de buena confraternidad entre sí.

Creen que son la continuación de la iglesia apostólica que nació el día de Pentecostés que siguió a la ascensión del Señor Jesucristo, día de Pentecostés en que fue derramado el Espíritu Santo por primera vez (Hechos 2). Aún cuando están conscientes del avivamiento pentecostal ocurrido a mediados del siglo XVII, y principios del siglo XX, no basan su origen en dichos acontecimientos, sino en el poder de Dios, que el Espíritu Santo es quien guía a las personas y hablan mediante la biblia es su única herramienta.

Las Asambleas Pentecostales del Mundo, una de las organizaciones del nombre de Jesús más grandes que existen, declara lo siguiente:

«Las 'Asambleas Pentecostales del Mundo' son una continuación del gran avivamiento que empezó en Jerusalén en el Día de Pentecostés durante el año 33 DC, y se funda en los Apóstoles y Profetas, siendo Jesucristo mismo la Principal Piedra del ángulo (Hechos 2:1-12, Efesios 2:19-20). Aunque los verdaderos seguidores han sido poco conocidos, desde ese tiempo hasta ahora, siempre han habido fieles contendores de la 'fe que fue entregada una vez a los santos...»

Libro Doctrinal de la PAW. Preámbulo

La Iglesia Pentecostal Unida Internacional, que es la agrupación pentecostal apostólica más grande que hay en el Mundo, también rastrea sus raíces al avivamiento de Jerusalén con la siguiente declaración:

«Durante los últimos 21 días del l9 Siglo, unos ministros y obreros cristianos del Instituto Bíblico de Bethel, en Topeka, Kansas, con el deseo de ser llenos de Dios, convocaron a ayuno y oraron fervientemente por un gran derramamiento del Espíritu Santo, que para su gozosa sorpresa, se manifestó en las horas tempranas de la mañana, el 1 de enero de 1901. Las personas hablaron en otros idiomas según como el Espíritu Santo les dio la pronunciación, así como pasó en el Día de Pentecostés..." Éste es Escritural e históricamente el mismo avivamiento que empezó el Pentecostés del año 33 DC.»

Manual de la UPCI. Prólogo

La Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, que es la agrupación de Pentecostales del Nombre de Jesucristo más grande en número de miembros de América Latina, dice lo siguiente:

«...es la voluntad de Dios sacar del mundo un pueblo salvo para la Gloria de su Nombre, pueblo que constituye la iglesia de Jesucristo, la cual debe estar edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo... Nos reconocemos miembros del cuerpo de Jesucristo, y por lo tanto hermanos en la fe, todos los que profesamos los mandamientos establecidos por el Espíritu Santo en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulos dos, versos treinta y ocho y treinta y nueve: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” (Hch. 2.38-39). (Ef. 2.20; 1 Co. 3.11).Creen en la Unicidad de Dios confesando el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne (Isaías 9:6, Juan 1:14, 1. Timoteo 3:16, etc), es decir, confiesan a Jesús como el único Dios que fue manifestado en carne para darnos salvación, argumentando que en él habitó toda la plenitud de Dios de manera corporal (Colosenses 2:9). Así, creen en la completa Deidad y en la Plena humanidad de Jesucristo. Las Iglesias de la Unicidad no atribuyen la supremacía de Cristo a ninguno.En cuanto a su divinidad, Jesús es el único Dios y Padre eterno, pero en cuanto a su humanidad, Jesús es el Hijo de Dios o el ser humano que nació por la volutad del Padre. El término Hijo de Dios siempre está relacionado con la humanidad de Jesús, es decir a Dios manifestado en carne. Jesús es a la vez el Padre y el Hijo. Ellos argumentan que su concepción de Dios corresponde al monoteismo estricto del cristianismo primitivo, y ven el concepto trinitario de Dios como algo incorrecto. Esta es la diferencia más seria entre los pentecostales del nombre de Jesucristo con cualquier otra rama del cristianismo, sea trinitaria, unitaria, o de cualquier otra índole.Creen que la Biblia es la única palabra revelada de Dios que posee el hombre. Por consiguiente, toda la doctrina, la fe, la esperanza, y todas las instrucciones para la iglesia deben estar basadas y deben armonizarse con la Biblia. La Biblia es la Palabra de Dios, por tanto es infalible y no contiene errores. La Biblia es la Palabra profética (2. Pedro 1:19) y toda la Escritura es inspirada por Dios (2. Timoteo 3:16). No existe ningún otro libro que tenga la misma autoridad que la Biblia.

Predican el plan de salvación neotestamentario, basados en Hechos 2:38, es decir arrepentimiento, bautismo en agua en el nombre de Jesucristo, y la llenura del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en nuevas lenguas. La llenura del Espíritu Santo es la que le permite al hombre vivir una verdadera vida de santidad.Tras la primera predicación de la iglesia apostólica, algunos de los oyentes se conmovieron de corazón y preguntaron a los apóstoles que era lo que tenían que hacer para ser salvos. Entonces "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38).La declaración del apóstol Pedro, reflejaba las palabras dichas por el Señor Jesucristo, acerca del plan de salvación que Dios tenía en mente para el periodo de la gracia (o de la Iglesia). "Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere del agua de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5).Para cumplir el plan Bíblico de salvación, una persona debe nacer de nuevo sintiendo dolor por su pecado a través del arrepentimiento (Proverbios 28:13, Hechos 22:16, 2. Corintios 7:10), siendo sepultado juntamente con Cristo por el bautismo en el nombre de Jesús (Romanos 6:4-6), y resucitándo a una nueva vida recibiendo el regalo del Espíritu Santo (Romanos 8:9) con la evidencia de hablar en otras lenguas como el Espíritu de Dios le de que hable (Hechos 2:3-4).Hay tres cosas que un ser humano debe hacer para recibir la vida eterna. Arrepentirse, ser bautizado en el nombre de Jesucristo, y recibir el Espíritu santo.

  • Arrepentimiento:Los Pentecostales Apostólicos, creen que el arrepentimiento es esencial para la salvación (Lucas 13:5). Ellos definen el arrepentimiento como apartarse del pecado y volverse hacia Dios. El verdadero arrepentimiento requiere que el hombre reconozca que es un pecador, haciendo una confesión de sus pecados a Dios, creyendo que Dios le puede perdonar y limpiar de todos ellos (1 Juan 1:9). Creen que el arrepentimiento está acompañado por un dolor piadoso, que es el motivador del verdadero arrepentimiento (2. Corintios 2:10). El arrepentimiento también es un requisito previo para recibir el Espíritu Santo (Juan 14:17; Hechos 2:38). Por último, la habilidad de arrepentirse es temporal y sólo puede lograrse mientras uno está vivo (Hebreos 9:27).
  • Bautismo en el Nombre de Jesucristo:Para los Pentecostales Apostólicos, El bautismo es otro componente esencial para la salvación. Ellos afirman la necesidad del bautismo como es mostrado en Mateo 28:19, Marcos 16:16, Hechos 2:38, 1. Pedro 3:21, etc. El modo de bautismo es por inmersión completa en el agua, invocando el nombre de Jesucristo. Los Pentecostales Apostólicos creen que la salvación no se puede recibir sin el bautismo, específicamente sin la invocación del nombre de `Jesucristo`. Para hacer esta afirmación, ellos se apoyan en Hechos 2:38, Hechos 8:16, Hechos 10:48, y Hechos 19:5. Además recalcan que estas son las únicas escrituras que muestran lo que se hizo en la iglesia primitiva amen.
  • Bautismo del Espíritu Santo:Los Pentecostales Apostólicos confiesan el bautismo del Espíritu Santo es parte del plan de salvación, y que hablar en lenguas (es decir, hablando en idiomas que uno nunca ha aprendido anteriormente) por el poder de Dios, es la evidencia inmediata, exterior, notable, y audible de ser bautizado con el Espíritu Santo. Ellos creen que el don del Espíritu Santo es una promesa para todos los que crean en el evangelio, sin tener en cuenta raza, cultura o idioma (Hechos 2:4, 2:17, 2:38-39, 10:46, 19:6, 1. Corintios 12:13). La lengua se convierte en el vehículo de expresión del Espíritu Santo (Santiago 3), y Dios toma el mando de la vida del creyente. Ellos enseñan que el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), no debe confundirse con la señal inicial de recibir el Espíritu Santo, pues el fruto del Espíritu es la señal permanente del Espíritu Santo. El fruto del Espíritu toma tiempo para desarrollarse o cultivarse, por consiguiente no calificaría como una señal inmediata, exterior e identificable de recibir el Espíritu Santo. En el libro de los Hechos, las lenguas son diferentes en funcionamiento y propósito a las lenguas de 1. Corintios 12-14. Ambas citas no mencionan la misma experiencia. En los Hechos de los Apóstoles, las lenguas sirven como la señal firme de recibir el Espíritu santo; mientras que en 1. Corintios 12-14 el apóstol Pablo está haciendo una exposición del don de lenguas que era administrado por algunos creyentes. Uno recibe a Cristo cuando recibe el Espíritu Santo (Romanos 8:9).

Santidad

Los pentecostales del nombre de Jesucristo, creen que la salvación se obtiene por gracia a través de la fe en Jesucristo, y no por las obras (Tito 3:5), pero la fe sin obras está muerta (Santiago 2:24-26). Definitivamente ningún ser humano en esta tierra, podrá "ganar" su salvación por tratar de "vivir" el evangelio, sin OBEDECER primero la salvación que está ordenada para todos los hombres, debajo del cielo. La santidad es y debe ser resultado de la obediencia inicial a la salvación y no producto de practicar "normas" de estilos de vida, como el vestirse, peinarse, alimentarse, etc. La santidad que vive el creyente se debe reflejar interior y exteriormente, pues todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, debe ser guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1. Tesalonicenses 5:23).

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