el siglo XIV aparecieron los primeros relojes de torre. Los primeros lugares donde fueron instalados fueron en catedrales de Inglaterra y Francia. Posteriormente vinieron los de los edificios públicos e iglesias.
El Astrario de Giovanni Dondi, de la segunda mitad del siglo XIV, es una de las obras maestras de la relojería italiana. Precursor de los relojes mecánicos, perteneció a Carlos I, desapareció en España en el siglo XVI, pero hace pocos años el relojero milanés Luigi Pippa pudo reconstruir tres ejemplares a partir de documentos antiguos.La energía de los relojes de torre provenía de pesas, la reducion de las dimensiones de los relojes se produjo cuando se sustituyó éstas por un muelle que se cargaba mediante una llave. Nacieron los relojes de repisa o sobremesa. En 1483 se constituyó en Francia el primer gremio de relojeros-
Hubo de esperar al siglo XVI para ver crecer la demanda de relojes y, sobre todo, la reducción de sus dimensiones gracias a la invención del muelle, que sustituyó a las pesas que proporcionaban la energía de los relojes de torre. Nacieron así los relojes de sobremesa o repisa, con diferentes estéticas, pero todos ellos con la nueva mecánica, cuya energía se activa tensando el muelle con una llave.-El desarrollo de las ciencias a partir del siglo XVII llevó a los circulos intelectuales a una confrontación abierta con la iglesia. Los grandes descubrimientos físicos llegaron a revolucionar la forma de pensar, el Sol dejó de ser el centro del universo y el papa Gregorio XIII reformó el calendario. Para la relojería se abre un período caracterizado por hombres y por ingenios que sientan las bases del reloj moderno.
Los años cuarenta son especialmente importantes para los relojes de pulsera, tanto desde el punto de vista estético, que da preferencia a los relojes elegantes y principalmente, cada vez más ligeros, como por la difusión de algunas complicaciones como el cronógrafo con escalas especiales, los calendarios, los automáticos o los despertadores. Pero en 1940 se inicia en Suiza una serie de aniversarios que se celebrarán con cadencia continua el primer trienio.Suiza es neutral en medio de los vientos de la guerra que, iniciada el 1 de Septiembre de 1939, sacude todo el mundo en los años cuarenta, aunque la neutralidad no significa ausencia de problemas. las exportaciones a los Estados Unidos son dificiles.
Terminada la guerra, y con el desarrollo de los decenios siguientes, de los movimientos de cuarzo, las empresas, como veremos, sólo podrán sobrevivir si consiguen adecuarse a la evolución de los nuevos tiempos.Después de la guerra la economía no se recuperó inmediatamente, por lo que las empresas afamadas intentaron nuevos caminos para imponerse en los mercados internacionales.En los años cincuenta se afirman los cronógrafos y los calendarios, pero también hay nuevas patentes. Nacen coleciones que aun hoy están de actualidad y relojes que responden a exigencias especiales.
a gran creatividad de Piaget propuso en los años sesenta relojes con esferas realizadas con piedras preciosas talladas en espesores muy delgados. También los movimientos eran extraplanos para aumentar la elegancia del modelo.En 1923, John Hardwood, un relojero inglés, registró en Suiza la patente de un reloj automático de pulsar, obteniendo el reconocimiento un año después. El documento oficial fue expedido por la Oficina federal de la propiedad intelectual de la Confederación Helvética en Berna.Se dice que Hardwood, que había nacido en 1894 y que por tanto participó como soldado en la gran guerra, empleaba las horas de tranquilidad en el frente para estudiar un mecanismo automático. Una vez licenciado se dedicó muchos años al perfeccionamiento de su invento, pidiendo después la patente.La masa oscilante estaba constituida por un sector circular sujeto por el centro, que giraba sobre un arco de 130 º. En los extremos, dos muelles amortiguaban los choques. El resorte se cargaba utilizando un único sentido de rotación de la masa oscilante. En el sentido opuesto, la carrera era en vacío. Eran necesarios muchísimos movimientos del brazo para que la masa oscilante cargara el resorte lo suficiente para que el reloj continuara funcionando incluso durante el reposos de las horas nocturnas.
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