EL CLIMA

jueves, 9 de febrero de 2012

REFLEXION




La mansedumbre representa el término medio entre la irascibilidad ( el irascible es aquel que se encoleriza más de lo debido ) y la impasibilidad ( el impasible es aquel que se encoleriza menos de lo que debe. ) Tanto la mansedumbre, la irascibilidad como la impasibilidad son disposiciones relacionadas con la pasión de la ira.

Dentro de la teología cristiana, la mansedumbre está incluido dentro de lo que se llama el Fruto del Espíritu Santo. En dicha teología, el fruto es un beneficio espiritual que aparece en el alma por la cercanía de ésta a la virtud. Dependiendo ya de si se trata de

En la teología cristiana, se define la mansedumbre como el término medio (definición aristotélica de virtud) entre la irascibilidad y la impasibilidad. La mansedumbre, la irascibilidad y la impasibilidad son disposiciones relacionadas con la ira o, como decían antes, con el alma irascible.

La importancia de estas listas de cualidades anímicas es que el cristianismo erige sobre ellas su imagen del hombre y sobre ellas fundamenta su teología moral. Así, el cristiano ha de orientar su vida hacia la caridad, la bondad,... etc y en concreto también hacia la mansedumbre, y esta orientación, para ser perfecta, no ha de encontrar resistencia interior por parte alguna del hombre, es decir, ha de ser una disposición natural en el mismo. De este planteamiento se deriva la mística cristiana como camino de perfección interior.

un cristianismo católico, ortodoxo o protestante se entiende que el fruto es consecuencia de los Dones del Espíritu Santo. La mansedumbre es calidad de manso; es poder bajo el absoluto control y no es debilidad como ocurre con la violencia, o es una violencia contra sí mismo, y que contrarresta la erupción del volcán de la ira que nos deja sin control a expensas de los alfilerazos, maltratos, e insultos.

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