Mariano Moreno (Buenos Aires, 23 de septiembre de 1778 - alta mar, 4 de marzo de 1811), fue un abogado, periodista y político de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Tuvo una participación importante en los hechos que condujeron a la Revolución de Mayo y una actuación decisiva como secretario de la Primera Junta, resultante de la misma. Moreno fue el ideólogo de la Revolución de Mayo, abogado defensor de los derechos indígenas. Fue siempre fiel a sus ideales de liberación e ideología roussoniana aprendidos en la Universidad más prestigiosa de la región en la época, la Universidad de Chuquisaca. Moreno fue uno de los que no se dejo seducir por la princesa Carlota Joaquina, Hermana de Fernando VII y esposa del príncipe Juan de Braganza, ya que no consideraba que ella fuera un vehículo adecuado para la independencia de estos pueblos. La ilusión del Carlotismo, de todos modos, le duraría muy poco a los patriotas. Con sus escritos y exposiciones Moreno contribuyó al desarrollo del comercio en el Río de la Plata. Además en Julio de 1810, la Junta lo designó para que redactara un Plan de Operaciones y el proyecto de estrategia política de la revolución, debido a la gran capacidad que Moreno tenía con la escritura y la oratoria.
Mariano Moreno era hijo de Manuel Moreno y Argumosa y de Ana María Valle, una familia que por parte de madre, se hallaba emparentada con la alta burguesía porteña. Fue su tío el eminente ciudadano Tomás Antonio Valle, de destacada actuación pública en tiempos del virreinato y los primeros gobiernos patrios. Sus abuelos maternos fueron don Antonio Valle y Luisa Ramos, propietarios de importantes extensiones de tierras en la provincia de Buenos Aires. El matrimonio Moreno-Valle tuvo catorce hijos. Mariano cursó sus estudios secundarios en el Colegio San Carlos (actual Colegio Nacional Buenos Aires), en donde finalizó sus estudios con título de honor.2 Consiguió contactos dentro del ámbito literario, gracias a los cuales pudo continuar sus estudios en la Universidad de Chuquisaca, la única de tales características en Sudamérica en aquella época.
Tras la ardua travesía en carreta hasta el Alto Perú, a través de los extensos territorios del Virreinato del Río de la Plata, Mariano Moreno llegó a la ciudad altoperuana en 1799. Tenía 22 años y permaneció allí durante los cinco años siguientes, en lo que iba a ser una de las etapas más intensas de su vida. Allí funcionaba también la Academia Carolina, un cuerpo de practicantes de letrados que era una especie de curso superior de la universidad. Para obtener el título de abogado, había que cursar en ella dos años de estudio y rendir un examen teórico final.3
Allí leyó los libros de Montesquieu, Voltaire, Denis Diderot, Jean-Jacques Rousseau y otros pensadores europeos de la época. Asimismo, estudió el idioma inglés y el francés para poder comprender a los autores que escribían en dichas lenguas, por lo que también ofició de traductor. Una de las obras que tradujo fue el libro "El contrato social" de Rousseau. Dedicó varios años a traducir la obra de éste, pero sólo la editó en 1810 en La Gaceta, con un prólogo de su autoría en que se lee:
Mariano Moreno y Cornelio Saavedra son señalados por los historiadores como los principales exponentes de las corrientes internas de la Primera Junta, diferenciadas en la forma en que interpretaban los acontecimientos de la Revolución de Mayo y cómo dirigir el gobierno. La visión clásica supone que Mariano Moreno aspiraba a generar cambios profundos en la sociedad, mientras que Saavedra buscaba sólo la llegada de los criollos al poder pero manteniendo la continuidad del ordenamiento social del virreinato.16
Existen otras visiones del conflicto, que suponen desde una cuestión personal o conflicto de autoridades entre los dos líderes, hasta la relativamente extemporánea versión de que Saavedra habría encarnado la iniciación de las posturas federales y Moreno las unitarias.17 La postura más extrema en contra de Moreno la lidera el conservador Hugo Wast, en Año X, en que identifica a Moreno como un jacobino extremista, violento y anticlerical; su postura no ha tenido muchos seguidores.
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