Decía una ancianita venerable hace ya algunos años, que la mujer que no sabe decorar su cocina, no es una buena artesana, ni es una completa mujer en el sentido más completo de la palabra.
Y tenía mucha razón, porque hoy en día, el 70% de las cocinas de los hogares del mundo, parecen estar en huelga permanente.
Las cocinas de los hogares de hoy día han vestido sus alacenas de celuloide, conservadores, comidas precocinadas, comidas chatarra, comidas imitación, enlatados, refrigerados, sustitutos de sal, de azúcares, de ajo, de cebolla, y mil artimañazas de colorantes, saborizantes artificiales y ablandadores de carnes que, uf… ¡ni al caso mencionarnos!
Pero eso no es todo; la mujer moderna dispone de tan poquito tiempo libre para meterse a su cocina, que mejor prefiere tomar el teléfono y pedir que le lleven a domicilio comida rápida para toda la familia: Hamburguesas, pizzas, pollos rostizados, carnes azadas al carbón, sopas frías, ensaladas metiches, tortas ahogadas, comidas chinas, comidas cantonesas, comidas dietéticas y hasta comidas macrobióticas… Amén de los mil caldos y consomés inventados, se ven preciosos y deliciosos, pero sepa Dios con qué ingredientes mágicos los preparan porque algunos saben a rayos.
En las cocinas de los hogares del siglo XXI, se ha perdido la enorme sensibilidad para cocinar, el buen gusto y sazón que tenían nuestras abuelas y bisabuelas que se pasaban horas enteras en la cocina,preparando ricos manjares para agradar a todos sus comensales, las tres veces al día, durante los 365 días del año, y en ocasiones especiales, como los cumpleaños de sus seres más cercanos y queridos, antes de que empezara la fiesta, era la cocina la que primero se vestía de pipa y guante para ofrecer sus mejores galas a todos los invitados, sin importar que tuvieran que sacrificarse las horas de la noche para darle el toque de glasé a cada platillo de las recetas familiares con presentaciones de conferencia que a cualquiera se le hacía agua la boca con sólo verlas servidas, y en algunos casos meter el dedo y obtener una probadita, resultaba algo delicioso e irresistible.
Algunos secretos caseros podrían ser muy útiles en la actualidad y aquí se los dejamos con mucho cariño amigas queridas, por ejemplo:
- Para el desayuno, si vas a freir huevos estrellados (lo más rápido), es usar cazuelas de teflón delgado, mínima cantidad de aceite, fuego lento y taparlos por dos minutos y listo. ¿no quieres que los huevos se peguen en la cazuela? …bien pues, inmediatamente al apagar el fuego, debes poner la cazuela sobre hielo y no quedará rastros de clara cocida en tu cazuela.
. - ¿Te acabas de pintar las uñas y detestas pelar ajos para tu comida? ¡no los peles!, no es necesario; mejor machácalos, tómalos con pinzas y viértelos sobre el aceite caliente, la cascarita del ajo se desprenderá solita y podrás retirarla sin ningún problema.
. - ¿Quieres que la sopa de arroz te salga esponjadita?, es super sencillo amiga; sólo tienes que agregarle unas cuantas gotas de limón, a la hora de sofreir el arroz antes de echarle el caldo de consomé y listo, verás que rápido empieza a esponjar tu arroz (da gusto comerlo), y olvídate de servirlo todo apelmazado y nadando en almidón como antes.
Próximamente pondré a vuestra disposición de Toda Mujer es Bella, un recetario completito de trucos de cocina, para que de manera gratuita, todas ustedes amigas queridas puedan obtenerlo directamente de aquí de vuestra casita virtual y se olviden ya de andar invirtiendo mal vuestro precioso tiempo en experimentos tediosos de alimentos que no combinan y que a ninguna de nuestras boquitas exigentes de casa hace feliz.
¡Y vamos adelante reinas bellas!, a decorar vuestras cocinas con muchos lazos de amor, de cariño, de ilusión, de frutas y verduras frescas que servirán para preparar ricos y nutritivos jugos naturales, desayunos, comidas y cenas que serán la delicia de grandes y chicos y ¿cómo no? A sonreír felices al escucharlos decir: “Qué rico se come en esta casa”
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