EL CLIMA

lunes, 12 de septiembre de 2011

PRESAGIOS





PRESAGIO
Un presagio es un fenómeno que se cree que sirve para adivinar el futuro, y que a menudo hacen referencia al advenimiento de un cambio. También son llamados augurios, como los realizados por los augures en la Antigua Roma.

La interpretación de presagios y de signos proféticos es una forma de adivinación.

]Buenos y malos

Los presagios pueden considerarse buenos o malos dependiendo de su interpretación. Se puede interpretar de forma diferente un mismo signo según la persona o la cultura que lo esté haciendo.

]Presagios greco-romanos

Los presagios, anuncios, predicciones y vaticinios se diferenciaban de los augurios en que éstos se practicaban y percibían conforme los signos buscados y prevenidos por las reglas del arte augural, en tanto que los presagios, como dimanados de la casualidad, eran interpretados por cada persona de un modo más vago o al capricho. Se pueden reducir a siete clases principales:

  • El Ornen (por orimen de los Latinos). Estas palabras casuales, se llamaban voces divinas, cuando no se sabía la persona que las pronunciaba: tal fue la voz que anunció a los Romanos que se acercaban los Galos, y esta voz divina mereció que se la erigiera un templo con el nombre de Aio Locucio. Pero estas mismas palabras eran voces humanas, cuando se conocía la persona que las había proferido, porque entonces no procedían inmediatamente de los dioses. Antes de comenzar cualquier trabajo o cometer cualquiera empresa, era costumbre salir de casa para recoger las palabras que pronunciara al caso la primera persona que se encontrase en la calle; o bien se mandaba un siervo para que escuchase lo que por ella decían, y sobre las palabras pronunciadas por casualidad, hubo ocasiones que se adoptaron medidas muy importantes de precaución.
  • Los estremecimientos o agitaciones súbitas de alguna parte del cuerpo, como las palpitaciones del corazón, signos de mal agüero, presagiaban con particularidad la traición de algún amigo; la convulsión repentina del ojo derecho y de las cejas, se reputaba feliz presagio. El entumecimiento o inmovilidad del dedo meñique o el temblor agitado del pulgar de la mano izquierda no significaba nada favorable.
  • Los zumbidos de los oídos y los murmullos o estruendos que se presumían oír: cuando silbaba el oído era señal de que alguna persona hablaba de otra en su ausencia.
  • Los estornudos fueron presagios equívocos y podían ser buenos o malos según los accidentes y las ocasiones. Por esta razón, se introdujo la costumbre de saludar a la persona que estornudaba y se decían preces por la conservación de su salud y que no la sobreviniera nada malo. Los estornudos de la mañana no se reputaron por buenos; mejores eran los del resto del día: entre los que se daban después del medio día se estimaron de mejor presagio los que procedían del lado derecho.
  • Las caídas imprevistas: Marco Furio Camilo después de la toma de Veyes, al ver el inmenso botin que había obtenido, rogó a los dioses lo preservaran de todo suceso desgraciado que pudieran suscitar los codiciosos de su fortuna y enemigos del pueblo Romano. Mientras estaba haciendo su plegaria se cayó, lo que reputado de mal pronóstico, sirviendo de presagio para su destierro y que los Galos entrasen en Roma. Las estatuas de los dioses domésticos o Lares de Nerón, se encontraron caídas en tierra en enero y este funesto presagio anunció estar cercana la muerte del emperador. Tanto si tropezaba el pie contra el umbral o escalón de la puerta a tiempo de salir a la calle, como si se rompía la cinta del calzado o bien, al levantarse de su asiento se sentía prendido por la ropa, todos estos accidentes, eran signos de mal agüero.
  • El encuentro de ciertas personas o animales. Un Etíope o Abisinio, un enano, un hombre contrahecho, o con cualquier otra imperfección física, que se encontrasen por la mañana al salir de la casa, era objeto de espanto y motivo para volver a entrar en ella. El encuentro con un león, hormigas, abejas... indicaban feliz presagio, pero no era así en el caso de las culebras, zorros, gatos, perros... pues denotaban un pronóstico desgraciado. Scceva canina {de scavus, presagio funesto; canis, perro), era el encuentro casual de un perro o bien, oír su ladrido.
  • Los nombres: era costumbre ya en las ceremonias religiosas como en los negocios públicos y en los privados emplear con el mayor cuidado los nombres cuya significación expresara algún recuerdo o cosa agradable: así pues, se procuraba que los niños que ayudaban en los sacrificios, los ministros o sacerdotes que practicasen la ceremonia de la dedicación de un templo y los soldados que se alistasen en la milicia tuvieran nombres afortunados o dichosos. Se evitaban por el contrario, nombres de significación triste y desgraciada.

Además de todos estos presagios, de la observación de la luz de la vela o lámpara, se deducían los pronósticos para saber el cambio o mudanza del tiempo y también el éxito de los negocios. Por último, no se olvidaba el uso pueril de hacer crujir en la mano las hojas de cualquier flor o planta o estrujar entre los dedos las pepitas de las manzanas y hacerlas saltar al techo para hacer la prueba de si la persona se encontraba correspondida por su amante..

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