EL CLIMA

domingo, 28 de agosto de 2011

ELIXIR







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ELIXIR

Durante estos últimos días, toda la prensa se ha llenado de artículos espectaculares sobre el descubrimiento de un nuevo fármaco en la isla de Pascua que podría alargar la vida de manera radical.

Algunos medios han llegado incluso a lanzar titulares tan especulativos y sensacionalistas como "El elixir de la eterna juventud estaría en la Isla de Pascua", algo que, está muy alejado de la realidad.

¿Hay algo de cierto en todos estos titulares y noticias sobre el nuevo milagro llamado "Rapamicina"?; para responder a las preguntas hemos contactado con Cesar Tomé, uno de los mejores divulgadores en el ámbito de la bioquímica.

La noticia sobre este fármaco no es nueva. La rapamicina, también conocida como sirolimus, se conoce desde hace décadas y su historia comienza en 1964 con una de esas maravillosas casualidades que de vez en cuando se dan en la ciencia. Un grupo de médicos canadienses se trasladó a la Isla de Pascua para realizar una investigación médica sobre su población.

Aprovecharon, también, para recoger muestras del suelo y de plantas locales, con la casualidad de encontrarse por sorpresa con una bacteria que guardaba un nuevo antibiótico clave para futuras aplicaciones muy interesantes en otras tareas médicas.

El compuesto recibió el nombre de "rapamicina" en honor a la Isla de Pascua (Rapa Nui, isla grande). Después de comprobar su efectividad como antibiótico, comenzaron numerosas investigaciones sobre sus utilidades.

Con el tiempo aparecieron estudios que demostraban cómo la rapamicina también actuaba como antifúngico y, sobre todo, como un potente inmunosupresor muy valioso para evitar que nuestro sistema inmunológico ataque los órganos trasplantados.

Para aumentar la fama de este fármaco, en 2002 también se probó la eficacia de la sustancia en el tratamiento de algunos tipos de cáncer y en algunas complicaciones cardiacas, lo que le valió el titular de "el sueño de un cardiólogo hecho realidad" en la propia 'Revista de cardiología de España'.

Como vemos, hasta ahora nos encontramos con una droga realmente prometedora. Sin embargo, la "locura" de los medios sensacionalistas llegó en el año 2009, cuando un estudio publicado en la Revista Nature demostraba que la rapamicina era capaz de alargar la vida en ratones.

Desde entonces se han ido publicando nuevas investigaciones que han corroborado estos resultados. Como era de esperar, cada dato ha ido seguido de publicaciones que equiparan estos resultados a una especie de "elixir de la eterna juventud" o de un "milagroso bálsamo para la vida eterna".

Hace tan sólo unos días, científicos de Harvard publicaban un estudio en la Revista Science Translational Medicine sobre nuestra vieja amiga en el que se avanza en el camino ya descubierto en 2004 para el uso eficaz de esta droga en enfermedades degenerativas caracterizadas por un envejecimiento prematuro, como el síndrome de Hutchinson-Gliford. Este estudio ha vuelto a conseguir titulares demasiado exagerados que volvían a comparar estos avances en una mágica poción para la eterna juventud.

Por tanto, vamos a intentar recapitular toda esta información para hacernos una idea más general:

¿Se ha descubierto estos días la Rapamina? ¿Es esto una noticia nueva? La respuesta es NO. Como hemos visto, se descubrió hace años, en la década de los 60. Por tanto, es normal que se realicen estudios e investigaciones y que con el tiempo vayan surgiendo nuevas aplicaciones

¿Es cierto que alarga la vida? Sí, pero sólo se ha demostrado en ratones. Las aplicaciones en humanos no existen, al menos por ahora. Como nos recuerda el bioquímico César Tomé, que ya explicó el tema en su blog hace dos años: "No hay que olvidar que la rapamicina es un inmunodepresor muy potente, por lo que su administración únicamente tiene sentido cuando el mal a tratar compensa los riesgos , como ocurre con los transplantes (donde ya se usa la rapamicina, y por tanto no es noticia) o con las enfermedades mortales degenerativas como el Hutchinson".

Nos encontramos, pues, ante grandes avances que podrían mejorar mucho nuestras armas contra múltiples enfermedades, avances que nos pueden ayudar a realizar tratamientos mucho más efectivos; no obstante, como vemos, nada de bálsamos de la vida eterna o de la juventud.

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