Clarín es un diario matutino argentino publicado en la ciudad de Buenos Aires. Fue fundado por Roberto Noble el martes 28 de agosto de 1945. De formato de tabloide, es el diario con mayor tirada de la Argentina. La directora del matutino es Ernestina Herrera de Noble, viuda del fundador y accionista del Grupo Clarín, empresa propietaria de la publicación.[3
Clarín fue fundado el 28 de agosto de 1945 por Roberto Noble quien fue años antes ministro de Gobierno en la provincia de Buenos Aires de Manuel A. Fresco (1936-1939). El matutino tuvo como particularidad el ser uno de los primeros diarios del mundo en incluir un diseño más compacto (tabloide) en lugar del típico diseño «sábana» que usaban los diarios de ese entonces.[cita requerida]
El diario supo mirar con cierto recelo el advenimiento del gobierno peronista, frente al que se mostró más contemporizador luego de la intervención de La Prensa[4] Entre la posición crítica de La Prensa y el halago permanente de los diarios oficialistas, Clarín se fue ubicando como medio independiente, lo cual no era fácil para nadie –y menos para un medio de prensa pero, según el periodista Julio Ramos lo favorecía la circunstancia de que a diferencia de otros medios de prensa tomados por el gobierno como La Prensa y Editorial Haynes, carecía de patrimonio: no tenía planta impresora propia y funcionaba en oficinas alquiladas. La información ocultada por la prensa oficialista sólo podía tomarse de radios uruguayas y –aunque tibiamente- en algunos textos perdidos de La Nación o Clarín.[5]
El rasgo más distintivo de este periódico fue su adhesión al ideario desarrolista y a sus representantes, posición que mantuvo hasta los años 80'.[4]
La dictadura militar
Desde 1974 el diario se caracterizó por un tratamiento austero de los temas relacionados con la realidad nacional y por privilegiar tópicos económicos. La mitad de los editoriales publicados entre el 1° y el 23 de marzo de 1976 se referían a la economía, y los restantes se ocuparon alternativamente del poder judicial, del desempeño del sindicalismo, de la situación del periodismo frente a la violencia y del rol de la oposición. Los editoriales de esa época seguían la línea de atribuir al fracaso del sistema económico los problemas que se registraban en las otras esferas. En los editoriales inmediatamente anteriores y posteriores al 24 de marzo se advierte que el discurso del diario considera el fin del gobierno de Isabel Perón como resultado de la severa crisis que afectaba al país. El golpe de estado no fue presentado como la ruptura del orden constitucional sino como el resultado inevitable del desgaste del gobierno peronista. Sin embargo, a diferencia del discurso editorial de otros diarios, no adoptaron una estrategia comunicacional sistemática con el propósito de socavar los cimientos del gobierno constitucional sino que esgrimió una crítica al desempeño del poder ejecutivo que se podría denominar mesurada.[4]
El 25 de marzo de 1976 (al día siguiente del golpe de Estado) en el diario se leía:
Se abre ahora una nueva etapa, con renacidas esperanzas. Y, si bien el cuadro que ofrece ahora el país es crítico, no hay que olvidarse que todas las naciones tienen sus horas difíciles y que el temple de sus hijos es capaz de levantarlas de su ruinosa caída.
Ninguna persona responsable negará que dicha acción fue necesaria, puesto que la guerrilla había puesto al país en trance de disgregación. Algo insoportable.
Década de 2000
Jorge Fontevecchia, director de Editorial Perfil, califica la línea editorial de Clarín como de tipo «marketinero, que busca satisfacer a la mayor cantidad de consumidores». A su vez, asegura: «Clarín no tiene precio cuando se trata de ir contra la opinión pública, lo que no quita que mientras eso no ocurra trate de sacar el mayor provecho de los gobiernos crédulos que creen que pueden dominarlo».[7]
La revista Noticias (de Editorial Perfil, dueña del competidor diario Perfil) acusó a Clarín de sostener un pacto con el Gobierno nacional. Aseguraba que el ex presidente Néstor Kirchner usaba al diario Clarín como agencia de noticias propia.[8]
No obstante, durante el paro agropuecuario de 2008, los medios del Grupo Clarín tomaron una postura crítica al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.[9] Desde el anonimato se pusieron en Buenos Aires afiches con las leyendas «Clarín miente» y «TN: Todo Negativo». Este último, en referencia al canal de noticias Todo Noticias (TN), que pertenece al mismo multimedios que Clarín.[10]
En 2010, desde el programa declaradamente kirchnerista 6, 7, 8, del estatal Canal 7, se denunció, que tanto el diario como el multimedios de Clarín obtuvieron su status de corporación monopólica mediante dos acciones: haber apoyado abiertamente a la Última Dictadura Militar (1976-1983), y haber obtenido parte del control de Papel Prensa en connivencia con la tortura y la expropiación ilegal realizada a sus legítimos dueños, la familia de David Graiver, quien fuera un poderoso empresario y banquero cuya familia fue detenida y torturada por la Dictadura Militar de 1976 por la supuesta relación de David con Montoneros.[11] En Septiembre de 2010, la presidenta Cristina Kirchner expuso el informe[12] elaborado por Guillermo Moreno (secretario de Comercio Interior) acerca de la forma en que los accionistas privados (Clarín, La Nación y La Razón obtuvieron el control de Papel Prensa, y lo presentó a la justicia. Los accionistas privados de Papel Prensa negaron los dichos anteriores[13] y también fue negado por Isidoro Graiver, hermano de David, quien declaró ante la Justicia que la familia no recibió presiones de los diarios que adquirieron Papel Prensa para vender la empresa.[14] El diario Tiempo Argentino dio a conocer una entrevista realizada con anterioridad donde el mismo sostiene la existencia de presiones y amenazas.
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