EL CLIMA

domingo, 8 de mayo de 2011

RELIGION ABADIAS


RELIGION ABADIAS
sanbenito.org religion idoneos

Regidas por un abad o abadesa, las abadías eran monasterios cristianos que aparecieron por primera vez en Egipto, Siria y más tarde en Grecia. En occidente, partir del siglo VI grandes abadías se instalaron siguiendo las reglas de San Benito. En efecto, La Regla de los monjes escrita por San Benito Abad hacia el fin de su vida (540 dC), ha sido norma y guía espiritual de innumerables comunidades monásticas durante más de 1500 años. Algunas abadías famosas: Montecassino en el 529 y Saint- Gallen en el 820.
La Regla de los monjes escrita por San Benito hacia el final de su vida, ha sido norma y guía espiritual de muchas comunidades monásticas durante más de 1500 años. La gran vitalidad que encierra proviene de su doble enraizamiento en las Sagradas Escrituras y en la Tradición viva de la Iglesia, especialmente la tradición monástica de la que es heredera y continuadora. Escrita en latín, y luego traducida a todas las lenguas a lo largo de los siglos, consta de un Prólogo y 73 Capítulos. Los estudiosos concuerdan en señalar que fue escrita de forma gradual. Es posible discernir en ella una estructura de base que ayuda a comprenderla mejor.
Una abadía (del latín abbatia, la cual deriva del siríaco abba, "padre") es un monasterio o convento cristiano bajo las órdenes de un abad o una abadesa, que son el padre o la madre espiritual de la comunidad. Un priorato sólo difiere de la abadía en que el monje superior lleva el título de prior en lugar de abad. Los prioratos eran originariamente ramificaciones de las abadías, y los priores continuaban siendo subordinados a los abades; sin embargo, la distinción actual entre abadías y prioratos se perdió en el Renacimiento.
Las más antiguas comunidades monásticas conocidas consistieron en "células" o cabañas congregadas alrededor de un centro común, el cual era normalmente la casa de un ermitaño o anacoreta famoso por su santidad o su ascetismo singular, pero sin intenciones de organización ordenada. Tales comunidades no son una invención del cristianismo. Ya se había producido un ejemplo, al menos en parte, por los esenios en Judea y quizás por los therapeutae, una orden monástica establecida al pie del lago Mareotis, cerca de Alejandría en el Egipto Ptolemaico.
En las épocas más tempranas del monasticismo cristiano, los ascetas acostumbraban a vivir aisladamente, independientemente unos de otros, no lejos de alguna iglesia local, manteniéndose del trabajo de sus propias manos y repartiendo el sobrante una vez habían satisfecho sus frugales necesidades. El incremento del fervor religioso, ayudado por la persecución, los alejó cada vez más de la civilización hacia las soledades montañosas o desiertos solitarios. Los desiertos de Egipto se enjambraron con las "células" o chozas de estos anacoretas. Antonio el grande, que se había retirado a la Tebaida egipcia durante la persecución por Maximiano (312), fue el más celebrado de ellos por sus austeridades, su santidad y su poder como exorcista. Su fama congregó alrededor de él una hueste de seguidores imitando su ascetismo en un intento de imitar su santidad. Cuanto más se retiraba a terrenos salvajes, más numerosos eran sus discípulos. Rehusaron separarse de él y construyeron sus células alrededor de su padre espiritual. Así surgió la primera comunidad monástica, consistiendo en anacoretas que vivían cada uno en su propia pequeña vivienda, unidos bajo un superior. Antonio, tal como menciona Neander (Historia de la Iglesia, vol. III, p. 316, traducción de Clark), "sin ningún designio consciente suyo se había convertido en el fundador de un nuevo modo de vivir en Cenobitismo común". Gradualmente se fue introduciendo el orden en los grupos de cabaás. Fueron dispuestas en líneas, como las tiendas en un campamento, o las casas en una calle. De esta disposición en líneas vinieron a ser conocidas como Laurae, Laurai, "calles", o "avenidas".
Abadía de Monte Cassino, Italia
El auténtico fundador de los monasterios cenotíbicos (koinos: común, y bios: vida) en el sentido moderno fue Pacomio, un egipcio de comienzos del siglo IV. La primera comunidad por él establecida estaba en Tabennae, una isla del Nilo en el Alto Egipto. Fueron fundadas ocho más en la región a lo largo de su vida, llegándose a contar 3.000 monjes. En los cincuenta años siguientes a su muerte, sus sociedades podían integrar a 50.000 miembros. Estos cenobios parecían villas o poblados habitados por una comunidad religiosa que vivía del trabajo de sus manos, todos del mismo sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario