EL CLIMA

martes, 7 de diciembre de 2010

FIESTA

FIESTA





Una fiesta es una reunión de personas para celebrar un acontecimiento o divertirse. Por lo general, una fiesta suele acompañarse de comida y bebida, y a menudo también de música y baile.
Algunas fiestas se llevan a cabo en honor de una persona, día o evento concretos; a este tipo de fiestas también se les suele denominar celebraciones o conmemoraciones.
Las fiestas pueden ser privadas o públicas. En las fiestas privadas, un anfitrión se encarga de su organización y de seleccionar a los invitados. Las fiestas públicas, en cambio, se suelen celebrar en los pubes y bares de una localidad (zona de copas) o en lugares acotados habilitados para tal fin. En cualquiera de los dos casos, a los invitados se les puede cobrar por su asistencia.
Cualquier circunstancia, siempre que sea positiva, es apropiada para la organización de una fiesta. Por ejemplo, el final de los exámenes, el inicio de las vacaciones, un acontecimiento familiar (boda, bautizo, comunión, etc.) son situaciones más que propicias para celebrar una fiesta. Sin embargo, el acontecimiento por excelencia que engendra la mayoría de las fiestas es la celebración de un cumpleaños.
Los días en que mejor se acoge la convocatoria para una fiesta son, por razones obvias, las vísperas de festivo y fines de semana, es decir, los sábados. Para formalizar la convocatoria de la misma, hay que tener en cuenta, lógicamente, la fecha de dicha celebración, además de las costumbres de los invitados. Si se establece, por ejemplo, en vísperas de Semana Santa o de otra festividad señalada, lo más probable es que la mayoría de tus futuros asistentes se encuentren de viaje o en su segunda residencia. Por eso hay que ser precavido.
No es conveniente organizar una gala el día de la inauguración de las Olimpiadas o el día de la final de la copa del mundo de fútbol si muchos de los invitados son aficionados al deporte. Del mismo modo, puede que no sea buena idea montar una fiesta cundo se celebre un espectáculo relevante en la ciudad, como por ejemplo: un concierto de U2, se juega un Real Madrid - F.C. Barcelona, etc. En definitiva, hay que atar todos los cabos para cerciorarse de que puedan acudir la mayoría de los invitados.
Salvo para fiestas infantiles o de personas mayores, las últimas horas de la tarde y toda la noche, sin limitaciones constituyen momentos preciosos para la organización de un festejo. La noche tiene un encanto misterioso y bohemio que invita a la desinhibición y la búsqueda de nuevas sensaciones.
El lugar de celebración de una fiesta no es determinante para conseguir un gran éxito. Una celebración festiva puede ser igualmente divertida en un local público, en una casa particular, en un solar o en un pabellón de deportes. Lo que sí resulta verdaderamente importante es que la capacidad del recinto sea la adecuada al número de asistentes. Una veintena de personas bailando en una plaza de toros difícilmente lograrán divertirse por más esfuerzos que realicen. Por ello es preciso calcular primero el número de asistentes a la reunión. Lo importante es que se encuentren cómodos durante la fiesta pero que el espacio no sea tan amplio como para perder la sensación de unidad. Si hay que escoger entre quedarse corto o que sobre terreno, es preferible pecar de lo primero, ya que el éxito de toda celebración reside en que los invitados se sientan miembros de un grupo y tengan la posibilidad de comunicarse con todos ellos.
Si se estima que el sitio escogido excede en muchos metros cuadrados de lo necesario, hay que intentar acotarlo de la manera más discreta. Dependiendo del lugar de celebración, se presentan diferentes soluciones:
  • En una casa particular, clausurando algunas habitaciones periféricas se conseguirá reducir el espacio hábil.
  • Para lugares abiertos (jardines, campos, plazas, etc.), las soluciones que se presentan son múltiples: vallas, barreras naturales (setos, arbustos...), cintas atadas a los árboles, etc.
  • Cuando hablamos de un restaurante que no tiene comedores individuales, poner un biombo separador constituye el recurso más socorrido y habitual.
  • En un bar, se puede limitar el acceso a una parte del mismo.
  • En cuanto al asunto de si deben existir sillas y butacas para sentarse, todo va a depender del tipo de fiesta que se quiera organizar. Si lo que queremos es una reunión tranquila para conversar los los amigos o familiares, es evidente que se deben disponer asientos abundantes ya sea en uno o en varios corros, con una mesa en el centro de cada uno para colocar vasos y botellas. En caso contrario, es mejor dejar que la gente permanezca en pie para que pueda relacionarse con el resto de invitados y no formar corrillos que los aíslen.
    Algunos establecimientos públicos se alquilan total o parcialmente para celebración de fiestas privadas. Determinados bares o discotecas pueden cerrar sus puertas al público habitual si se llega a un acuerdo satisfactorio con el encargado.
  • La luz es un elemento importante para crear el ambiente adecuado al tipo de fiesta que se quiera organizar. En principio, si se trata de una reunión social en la que sólo se pretende conversar y pasar un buen rato, no será necesario modificar la iluminación habitual de la habitación en que se vaya a celebrar, como en una fiesta infantil o aquélla en las que primen los juegos o los bailes de grupo.
    Pero si hablamos de otro tipo de celebraciones, las posibilidades que ofrecen las luces son infinitas: cambios de intensidad, bombillas de colores, focos proyectados, etc.
    En un primer momento, para recibir a la gente y para los primeros contactos, es bueno mantener todas las bombillas encendidas. A la media hora de contar con todos tus invitados comienza a reducir la iluminación. Si dispones de un dispositivo de modulación de luminosidad (muy habitual, en instalaciones de focos halógenos) la solución es sencilla. En caso contrario, se pueden ir apagando lámparas conforme va avanzando la fiesta.
    La amplia luminosidad se relaciona habitualmente con el día. Una reunión a las seis de la tarde es difícilmente concebible sin luz
  • Organizar una fiesta implica una inversión de dinero (variable en función del tipo de fiesta que se desee hacer). Por lo cual no todos celebran fiestas y no muy a menudo.
    En las fiestas se suelen cantar canciones de broma o pachangada. Por ejemplo, una persona dice "¡Camarero!", a lo que los demás invitados responden "¡Qué!" y entonces, el primero dice "¡Una de (Las opciones siguientes)!". Cada opción hace referencia a una canción ya existente, pero con la letra cambiada ligeramente.

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