EL CLIMA

sábado, 11 de septiembre de 2010

ESTATUAS FAMOSAS





















Artemisa cazadora, llamada "Diana de Versalles". Nemi. Adaptación romana inspirada en un original creado hacia 330 antes de C., por Leochares (?).
Mármol, Alto 2 metros.
Ofrecida a Enrique II por el Papa Pablo IV, esta obra es una de las primeras estatuas antiguas que llegaron a Francia. Para los romanos Diana representa, acompañada por un ciervo, la Artemisa griega, hermana gemela de Apolo, virgen esquiva y cazadora incansable, cuyos gestos pueden castigar las vejaciones de los hombres. La estatua se inspira en un bronce del siglo IV, atribuido a Leochares: el movimiento y la agitación de los pliegues pertenecen a las investigaciones de ese periodo en el que las formas se humanizan.
"Venus de Milo". Milo (islas Cícladas)
Hacia 100 antes de C.
Mármol. Alto 2,02 metros
A pesar de la ausencia de atributos, el tamaño y la actitud de esta estatua autorizan su identificación como una diosa. Afrodita, con frecuencia representada semidesnuda, o Amfitrite, diosa del mar, venerada en la isla de Milo.
El estilo es característico del final de la época helenística, que retoma el interés por los temas clásicos al tiempo que los renueva. Así, la forma como el drapeado se desliza sobre las caderas, ciñéndose a las piernas introduce la figura en un instante. Esconde la unión de los dos bloques de mármol esculpidos aparte, como fue el caso para los brazos y el pie izquierdo, según una técnica muy novedosa.
Retrato de Homero (Roma, copia romana según un original griego creado hacia 150 antes de C.)
Mármol pentélico. Alto 55 cm
Del mayor poeta griego, Homero, cuya obra se remonta al siglo VIII y vive en el corazón de la cultura, los artistas han propuesto varios retratos imaginarios. Este, que lo presenta como un anciano ciego con la cabeza envuelta en una banda, debió ser creado en bronce en el siglo II antes de C., dentro del movimiento del estilo que florecía en Pérgamo.
Las numerosas reproducciones romanas no dicen nada de la estatua completa que debía representarlo sentado. La decadencia física del poeta acentúa su inspirada nobleza y su profundidad visionaria.
La Pietá (1498-1500), hecha para San Pedro del Vaticano, magnífica obra en mármol que aún se conserva en su emplazamiento original.
La Pietá, una de las obras de arte más conocidas, Miguel Ángel la terminó casi con toda seguridad antes de cumplir los 25 años de edad, es además la única obra en la que aparece su firma.
Sentada majestuosamente, la juvenil Virgen María sostiene en su regazo a Cristo, descendido muerto de la cruz.
El rostro disimulado por su manto-velo, y las manos juntas, reflejan el refrenado dolor de su oración. María se contiene, con una expresión en el rostro de total resignación.
El cuerpo de Cristo está como si se ofreciese para la veneración. Esta estatua evoca, en la factura y en el tratamiento de la cabeza, a las obras borbonesas. Se pueden ver rastros de doraduras sobre la cabellera y la barba, y de pintura roja sobre las heridas.
Con esta obra Miguel Ángel resume las innovaciones escultóricas de sus predecesores en el siglo XV, como Donatello, a la vez que introduce un nuevo criterio de monumentalidad característico del estilo alto renacentista del siglo.
El tratamiento de las telas, que son a la vez densas y flexibles, y la musculatura, que se ha realizado con sobriedad y precisión, confirman una datación en torno a 1500, la época de los últimos "imagineros" góticos. La Virgen con las manos juntas y la posición del cuerpo de Cristo permiten situar el origen de este grupo en el centro de Francia.

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