Tenía yo 15 añitos y mi novia de entonces 18, estaba deseando realizarle un cunniliguis, pero ella no se decidía, hasta que un día de juerga se le antojó dejarme hacerlo, seguramente animada por el alcohol y por las consultas realizadas a sus amigas, total que no podía desaprovechar la ocasión, así que entre dos coches aparcados, como llevava minifalda... me situé, IMAGINENSE LA POSTURA Y EL DOLOR DE CUELLO, pero eso no fue lo peor, de repente empecé a notar un sabor como a sangre... aquello me estaba encantando y tampoco era demasiado, pense que quizás el sabor del flujo era parecido al de la sangre... o que fuera su regla???? pero no paré (a ver si se arrepentía). Total, cuando la dejé en su casa casi no podía hablar del dolor de lengua (el del cuello ni lo comento) y seguía el sabor a sangre... al llegar a casa en el cuarto de baño solucioné mi duda en el espejo, me había roto el frenillo de la lengua con mis propios dientes JAJAJAJA parece horroroso, pero no me dolió nada, de hecho me partí de la risa por todo lo ocurrido.
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