¿Cómo nació el correo en la Argentina?
En nuestro país, el correo fue organizándose casi a la par del resto de las instituciones. Durante el período revolucionario de mayo de 1810, el correo desempeñó un papel imprescindible para el nacimiento de la patria, llevando partes y órdenes de la Primera Junta, difundiendo bandos patrióticos con las ideas de mayo. El primer administrador de correos nombrado por la Primera Junta de Mayo fue Don Melchor de Albín en junio de 1810.
En 1826 el presidente de la República, Bernardino Rivadavia, envió al Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata el proyecto de nacionalización de correos. La consecuencia de esta histórica decisión, que significó la emancipación de nuestras comunicaciones, se vio el 1° de julio de ese año cuando Rivadavia creó en Buenos Aires la Dirección General de Correos, Postas y Caminos y nombró como director a Juan Manuel de Luca, quien desempeñó esta función por espacio de 32 años. Su sucesor, el progresista Gervasio Antonio de Posadas, fue quien colocó los primeros buzones en Buenos Aires, reglamentó el servicio de carteros y redujo las tasas postales, entre otras cosas.
Ya en el año 1874 fue nombrado director general Eduardo Olivera, quien ejerció el cargo hasta 1880 y perfeccionó lo hecho por Posadas. Aumentó el número de buzones y carteros, impulsó una ley y un reglamento nuevo, y el 7 de abril de 1876 fusionó la Dirección de Correos con la de Telégrafos. Es importante destacar que bajo la gestión de Olivera se sancionó la Ley de Correos Nº 816 que modernizó los servicios postales.
Suceden a Olivera otros administradores progresistas como Miguel Cané, Olegario Ojeda y Ramón J. Cárcano. Este último implantó los servicios de encomienda, giros postales, valores declarados y carta certificada. Cárcano, de esta manera, perfiló las herramientas que le darían impulso al servicio postal en nuestro país.
No es casual que el Palacio de Correos, símbolo de las comunicaciones nacionales y pieza arquitectónica relevante de la ciudad de Buenos Aires, lleve su nombre. El Palacio de Correos, conocido por todos como el Correo Central, comenzó a construirse en 1889 (un año después de haberse presentado el proyecto), pero se inauguró recién el 28 de septiembre de 1928. La crisis financiera de fin de siglo y la Primera Guerra Mundial fueron las responsables de este atraso. El arquitecto a cargo del diseño fue Norbert Maillart, quien además diseñó los edificios de Tribunales y el Colegio Nacional Buenos Aires. Lo curioso es que Maillart proyectó los planos del Correo desde Francia sin trasladarse a nuestro país. La construcción demandó en total 41 años, en los que se cimentaron 2.882 pilotes de hormigón armado de 10 metros de profundidad cada uno, en terrenos ganados al Río de La Plata. El proyecto original fue modificado varias veces por la escasez de presupuesto ya que la fachada principal se había proyectado originariamente sobre la avenida Alem y pensaba coronarse con grandes grupos escultóricos del francés Auguste Bartholdi, ya consagrado por la realización de la estatua de la Libertad de Nueva York.
En forma simultánea, y mientras el correo esperaba la inauguración de su sede central, otros cambios a nivel administrativo se iban sucediendo. Entre los años 1853 y 1856, el correo dependió del Ministerio de Hacienda, esto era lógico si se tiene en cuenta la importancia económica para el desarrollo del país. A partir de este ultimo año y hasta 1944, dependió del Ministerio del Interior; el 13 de junio de 1944 el Poder Ejecutivo dispuso la autarquía del correo. Desde el 1° de julio de ese mismo año se denominó Dirección General de Correos y Telecomunicaciones.
Siguiendo con esta cronología de fechas, es válido destacar que el 26 de enero de 1949 se creó la Secretaría de Correos y Telecomunicaciones de la Nación, elevada a rango de ministerio el 14 de mayo de ese año hasta que en 1958 pasó a ser la Secretaría de Estado de Comunicaciones. La Empresa Nacional de Correos y Telégrafos (ENCOTEL) fue creada el 23 de mayo de 1972, comenzando a funcionar como empresa del Estado el 1º de enero de 1974. Con esa denominación brindó todos los servicios públicos internos e internacionales, la prestación de servicios monetarios y la realización de aquellas actividades complementarias, subsidiarias y accesorias de la actividad postal.
El 29 de diciembre de 1992, a través del decreto Nº 2793 se creó ENCOTESA, Empresa Nacional de Correos y Telégrafos S.A. (Correo Argentino). Llevó este nombre hasta la privatización realizada el 1° de septiembre de 1997, a través de un proceso de concesión de los servicios por un período inicialmente estipulado en 30 años. La empresa Correo Argentino S.A. se hizo cargo de la administración del Correo Oficial tras el Decreto del Poder Ejecutivo Nº 262/97. Pero el 19 de noviembre de 2003, el Poder Ejecutivo emitió un nuevo decreto, el N° 1075/2003 por el cual se rescindió el contrato de concesión a la empresa y se formó una Unidad Administrativa a cargo de la conducción del Servicio Oficial de Correos, con el objeto de conducir y reorganizar a la empresa durante 180 días. Cumplido el plazo, por medio del Decreto N° 721/2004 se conformó la sociedad Correo Oficial de la República Argentina S.A. (CORASA), cuyas acciones son propiedad del Estado Nacional.
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