EL ALFA

EL ALFA ROMEO

No se sabe con certeza si fue el mismísimo Henry Ford quien en su dia dijo que se quitaba el sombrero cada vez que veía un Alfa Romeo; en cualquier caso, si no lo dijo, debería haberlo hecho.

La historia de Alfa Romeo se remonta a 1909, año en que Ugo Stella funda en Milán la A.L.F.A. (Fábrica Lombarda de Automoción), aunque en realidad Alfa Romeo no surge hasta 1915, cuando el industrial italiano Nicola Romeo se hace cargo de la fábrica.

Los primeros modelos Alfa estaban provistos con motores de válvulas laterales, y en 1913 llegan los motores con válvulas en culata. Durante los años veinte, los modelos fueron evolucionando gradualmente para convertirse en bólidos de elevadas prestaciones, que comenzaban a participar en acontecimientos deportivos, hasta que a finales de la década, de la mano de Vittorio Jano, salen a escena una serie de motores con doble árbol de levas en cabeza, en algunos casos con sistema de sobrealimentación.

Los coches propulsados por el motor de sobrealimentación y ocho cilindros (al igual que otros modelos como el se 2300, los deportivos Monza, el bólido P2 de seis cilindros y el P3 de ocho cilindros), gozaron de un cierto éxito, alcanzaban velocidades elevadas y, sobre todo, tenían un aspecto impresionante, si bien desde el punto de vista económico no significaron demasiado para la compañía, cuya situación fue siempre precaria. Al final, todas estas circunstancias condujeron a Alfa Romeo a una irrevocable bancarrota, que sólo se llegaría a superar en 1933 con el rescate de urgencia protagonizado por el grupo italiano IRI (Instituto de Reorganización Industrial), una de las empresas protectoras del dictador italiano. Esta operación no sólo promueve la nacionalización de Alfa Romeo, sino que además la convierte en un verdadero rehén del estado fascista, que Mussolini, pretendia utilizar como elemento de propaganda, y luego como arsenal de productos militares.