EL CLIMA

miércoles, 30 de junio de 2010

DEMENCIA SENIL

















DEMENCIA SENIL

La demenciación es un proceso propio de la ancianidad senil que se manifiesta por encima de los 70 años de edad y que implica una pérdida global de las funciones psíquicas, e irreversible, asi como también de las propiedades intelectuales superiores.
Se trata de un proceso que guarda grandes diferencias con el envejecimiento normal en el cual la declinación de la vitalidad es evidente pero sin la característica de la pérdida de las funciones de la actividad psíquica.
En la demencia, también designada como psicosis senil hay graves alteraciones de la conducta que se acompañan de un estado deficitario caracterizado por embotamiento afectivo con desinterés y abulia, desorientación temporal y espacial, y atensión pobre y lábil que se fija dificultosamente, por lo cual el enfermo se distrae facilmente sin prestar interés (desorientación apática) a lo que sucede en su entorno.

Hay déficits mnésicos globales tanto de la memoria de fijación como la evocación, el lenguaje es pobre y de temática insustancial que puede girar en perseveraciones monótonas alrededor de ciertos temas, puede haber ecolalias o pararespuestas, en la que el paciente responde algo diferente a lo que se le había preguntado, dificultad en nombrar sustantivamente a los objetos, dificultades en la resolución de cuestiones simples (trastornos del juicio), acompañadas de pueriles intentos de rectificar sus errores.
Aparece una suerte de incotinencia emocional que revela una afectividad inedecuada a la situación, con episodios de llanto o risas inmotivados, explociones de emotividad verbal o celotipias absurdas.
La conducta manifiesta explicitamente los trastornos que mencionamos.
El sujeto deambula incesantemente o se pierde en ambientes para él familiares, son frecuentes las agitaciones nocturnas, las incontinencias urinarias o fecales y los automatismos motores sin sentido practico alguno, alteraciones en la locomoción que se torna temblorosa ó difícil, a pequeños pasos; la vestimenta es descuidada, sucia, desaliñada, incoherente, suelen guardar alimentos en el ropero, al igual que el dinero que esconden cuidadosamente olvidando después su localización.
Las formas clínicas pueden adoptar formas psicopáticas, con tendencia a la acción frecuentemente violenta, carácter irritable e intemperante, trastornos en la sexualidad (exibicionismo, masturbación). A veces asume una modalidad depresiva, con inhibición psicomotora, tristreza, autoreproche.
Está descripta una modalidad llamada Presbiofrénica, con estado de exaltación, euforia, ideas deliroides, amnesia de fijación, desorientaciones temporoespacial y fabulaciones compensadoras, falsos reconocimientos, locuacidad verborrágica y un estado general de exitación.
En la fase final permanecen mudos e indiferentes, reducidos a funciones meramente vegetativas. No es infrecuente la muerte por accidentes cerebrovasculares, por fallos cardíacos, por infecciones interecurrentes o por simple extinción de la vitalidad.
La etiología es frecuentemente arteriosesclerótica, interesando a los grandes y pequeños vasos. Suele manifestarse de comienzo bajo las formas de accidentes cerebrovasculares (ictus) focales pero reinterados.
El tratamiento es sintomático requiriendo usualmente de medicación neuroléptica (haloperidol, levomepromazina), como modo de inhibir los estados de exitación, las deambulaciones nocturnas, la irritabilidad agresiva. Estos medicamentos deben ser cuidadosamente dosificados, habida cuenta de las dificultades de desintoxicación y excreción que presentan los ancianos, que hacen que se prolonguen los tiempos de vida útil de la droga.
El resto del tratamiento pertenece a la neurología y a la Clínica médica, cuyos controles deben ser permanentes, como también a la áreas de la fisioterapia de rehabilitación y enfermería, para cuidados higiénicos y de supervisión.


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