
DEMENCIA SENIL
La demenciación es  un proceso propio de la ancianidad senil que se  manifiesta por encima de los 70 años de edad y que implica una pérdida  global de las funciones psíquicas, e irreversible, asi como también de  las propiedades intelectuales superiores.
Se trata de un proceso que guarda grandes diferencias con el  envejecimiento normal en el cual la declinación de la vitalidad es  evidente pero sin la característica de la pérdida de las funciones de la  actividad psíquica.
En la demencia, también designada como psicosis senil hay graves  alteraciones de la conducta que se acompañan de un estado deficitario  caracterizado por embotamiento afectivo con desinterés y abulia,  desorientación temporal y espacial, y atensión pobre y lábil que se fija  dificultosamente, por lo cual el enfermo se distrae facilmente sin  prestar interés (desorientación apática) a lo que sucede en su entorno.
Hay déficits mnésicos globales tanto de la  memoria de fijación como la evocación, el lenguaje es pobre y de  temática insustancial que puede girar en perseveraciones monótonas  alrededor de ciertos temas, puede haber ecolalias o pararespuestas, en  la que el paciente responde algo diferente a lo que se le había  preguntado, dificultad en nombrar sustantivamente a los objetos,  dificultades en la resolución de cuestiones simples (trastornos del  juicio), acompañadas de pueriles intentos de rectificar sus errores.
Aparece una suerte de incotinencia emocional que revela una afectividad  inedecuada a la situación, con episodios de llanto o risas inmotivados,  explociones de emotividad verbal o celotipias absurdas.
La conducta manifiesta explicitamente los trastornos que mencionamos.
El sujeto deambula incesantemente o se pierde en ambientes para él  familiares, son frecuentes las agitaciones nocturnas, las incontinencias  urinarias o fecales y los automatismos motores sin sentido practico  alguno, alteraciones en la locomoción que se torna temblorosa ó difícil,  a pequeños pasos; la vestimenta es descuidada, sucia, desaliñada,  incoherente, suelen guardar alimentos en el ropero, al igual que el  dinero que esconden cuidadosamente olvidando después su localización.
Las formas clínicas pueden adoptar formas psicopáticas, con tendencia a  la acción frecuentemente violenta, carácter irritable e intemperante,  trastornos en la sexualidad (exibicionismo, masturbación). A veces asume  una modalidad depresiva, con inhibición psicomotora, tristreza,  autoreproche.
Está descripta una modalidad llamada Presbiofrénica, con estado de  exaltación, euforia, ideas deliroides, amnesia de fijación,  desorientaciones temporoespacial y fabulaciones compensadoras, falsos  reconocimientos, locuacidad verborrágica y un estado general de  exitación.
En la fase final permanecen mudos e indiferentes, reducidos a funciones  meramente vegetativas. No es infrecuente la muerte por accidentes  cerebrovasculares, por fallos cardíacos, por infecciones interecurrentes  o por simple extinción de la vitalidad.
La etiología es frecuentemente arteriosesclerótica, interesando a los  grandes y pequeños vasos. Suele manifestarse de comienzo bajo las formas  de accidentes cerebrovasculares (ictus) focales pero reinterados.
El tratamiento es sintomático requiriendo usualmente de medicación  neuroléptica (haloperidol, levomepromazina), como modo de inhibir los  estados de exitación, las deambulaciones nocturnas, la irritabilidad  agresiva. Estos medicamentos deben ser cuidadosamente dosificados,  habida cuenta de las dificultades de desintoxicación y excreción que  presentan los ancianos, que hacen que se prolonguen los tiempos de vida  útil de la droga.
El resto del tratamiento pertenece a la neurología y a la Clínica  médica, cuyos controles deben ser permanentes, como también a la áreas  de la fisioterapia de rehabilitación y enfermería, para cuidados  higiénicos y de supervisión.
 
 
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