EL CLIMA

jueves, 15 de abril de 2010

LAS PAGODAS


Las pagodas











Construidas por los budistas, estas milenarias torres de techos alados son un atractivo insoslayable de Oriente.






El Viajero Ilustrado sabe que en la isla de Honshu, en Japón, se encuentra la mágica ciudad de Kobe, que cobró repentina fama a mitad de la década pasada por un trágico terremoto. Pero El Viajero se detiene en otro hecho: el fenómeno telúrico dejó indemne las 13 centenarias pagodas de tres pisos. Esta pertinaz permanencia lo conmina a visitar alguna pagoda en cada periplo por Oriente.

Bellos e incólumes, estos edificios de varios niveles y particulares techos alados se erigen en China, India, Japón, Tailandia, Birmania y Corea. La mayoría de las pagodas las construyeron los budistas, por lo cual se localizan cerca o dentro de sus templos. Como sabe El Viajero, la pagoda moderna es una evolución de la stupa india, una estructura en forma de túmulo donde se resguardaban reliquias sagradas. La forma arquitectónica de la stupa se esparció por Asia, y en cada localidad tomó características particulares.

Si bien la tradición es de origen indio, la palabra pagoda -como intuye El Viajero- suena más bien japonesa; pero se dice que deriva del chino y significa literalmente "torre de ocho esquinas". Para los budistas, en cambio, responde al vocablo sánscrito dhatu garba que significa "contenedor de reliquias sagradas". Lo cierto es que en la actualidad El Viajero se sorprende ante su etérea estructura en An Quang (Vietnam), lugar de reunión de los líderes del budismo vietnamita. En China hay muchas, pero El Viajero prefiere la de Daqin por la curiosidad de ser una pagoda construida por cristianos. En ese país, deslumbra también la pagoda de Jade Chop, en la región de las tres gargantas en el río Chang Jiang, y la torre de Porcelana, de Nanjing. Corea tiene una bellísima construcción en el Templo de Miruksa en Iksan, y Tailandia se enorgullece, con razón, de la pagoda más alta del mundo, la Phra Pathom Chedi, en Nakhon Pathom. La estructura de madera más alta de Japón, de 55 metros, es la grandiosa pagoda de Toji, un símbolo de Kyoto. Reconstruida en 1644, en su interior descansan las imágenes de cuatro Budas y sus seguidores.

Como sabe El Viajero muchas pagodas han sido reconstruidas porque fueron víctimas de incendios. En Oriente, las pagodas atraen los rayos, lo cual reforzaba la idea de que fueran percibidas como lugares cargados espiritualmente. Más aún, muchas pagodas tienen en su techo una estructura que funciona como pararrayos, llamada finial. Además de esta función, el finial tiene un significado simbólico en el budismo: suele representar al maní o quinto elemento. El Viajero supone que antiguamente esas pagodas carecían de ese elemento, por lo cual solían ser propensas a los incendios.

Sin embargo, El Viajero recalca el hecho de que así como suelen incendiarse, nunca fueron afectadas por un fenómeno sísmico como el de Kobe, lo que se verifica en todas las pagodas conocidas. Ninguna fue derribada por un movimiento sísmico, contrariando esa sensación de aparente fragilidad. El Viajero sabe que esto no es un milagro sino que responde a la particular forma en que están construidas. Lo que fue un secreto durante siglos, hoy es compartido por pocos. El Viajero entiende que el primer secreto radica en el material utilizado: cada parte estructural de las pagodas, aun las de cinco pisos, está hecha de madera. Cuando la madera es sometida a una fuerza tiende a doblarse, pero no se rompe. Cuando la fuerza deja de actuar, la madera retoma su forma original.

La estructura de la construcción, el segundo secreto, está pensada para complementar la flexibilidad de la madera. Los tablones están fuertemente unidos sin ningún clavo, ya que insertan las aberturas pequeñas y estrechas de los extremos en las ranuras. Las pagodas de cinco pisos cuentan con cerca de mil juntas engarzadas, lo que aumenta la flexibilidad de la estructura.

El Viajero entiende que el tercer secreto de la firmeza de las pagodas tiene que ver con su estructura laminada. Si bien en español se dice "Pagoda de cinco pisos", la palabra japonesa go-ju no to, significa "Torre de cinco láminas". Es decir, esta construcción consta de estructuras tipo cubo situadas unas encima de las otras, parecidas a un juego tradicional de varias cajas, llamado jubako. Cuando la tierra tiembla cada una de sus láminas oscila lenta e independientemente.

Finalmente, El Viajero comparte el cuarto secreto de estas pirámides inviolables. Hace unos años, unos expertos observaron una pagoda de cinco pisos durante un fuerte terremoto. Y concluyeron que cuando la primera lámina se inclinaba hacia la izquierda, la que está por encima lo hacía a la derecha. En Japón dicen que la pagoda imita la danza de la serpiente.

Si bien todas emocionan y atrapan en su tenue estabilidad, El Viajero ama la deslumbrante Pagoda de Shwedagon, en Yangon, capital de Myanmar. Esa pagoda, y esta remota y exótica ciudad, fueron el primer destino diplomático del joven Pablo Neruda. Por eso, frente a ella, El Viajero cree recuperar la voz del poeta chileno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario