EL CLIMA

miércoles, 17 de febrero de 2010

UN TITAN INOLVIDABLE























«Ya llegó Karadagián, el gran Martín es un ***án...
Martín es el ***án de Titanes en el ring...
porque es genio y figura con Joe Galera y con la viuda:
siempre será Martín, glorioso paladín, el más genial Campeón Mundial!"

A todo ritmo y rodeado de niños, se dirigía hacia el ring el máximo exponente y creador del ciclo de mayor duración de la televisión argentina. Titanes en el Ring tuvo una vigencia de treinta años con algunas interrupciones. Uno de los mayores propósitos del programa era brindar mensajes para la unión de la familia. Se priorizaba la lucha del bien contra el mal. Se definía como un deporte y show con personajes.

Ningún espectáculo puso tanta gente en el gran teatro Luna Park. Ningún artista pudo darse ese gusto. Se decía que la clave de la gran convocatoria estaba en que por cada mayor entraban, por lo menos, dos chiquitos. Las luchas de catch comenzaron a televisarse en 1954 desde el Luna; pero se convirtieron en espectáculo específico de televisión a partir de 1962, cuando los Titanes de Karadagián se instalaron en el canal 9. Allí estaban entre otros La Momia, El Caballero Rojo, Yolanka, S.T.P., Il Comendatore y el Mercenario Joe, una persona que había peleado de verdad junto al Che Guevara.

En 1972 durante el boom del catch, cuando dos mil personas pugnaban por presenciar las peleas en canal 13, la revista Panorama definía a "Titanes en el Ring" como «... el mejor programa de la televisión por su frescura, su vitalidad y su invención, que roza - a nivel primitivo pero auténtico - el surrealismo más desaforado».

Detrás de ese éxito había mucha gente que trabajaba para lograr los objetivos propuestos. Los días lunes se realizaba una reunión, llamada "reunión constructiva". Las luchas eran los sábados o los domingos. Nadie podía estar ausente en la reunión de los lunes, porque era decisiva. «Es más importante que la lucha», decía Martín Karadagian, el creador de Titanes. Aquel que faltaba a la reunión no podía entrar al gimnasio y, por lo tanto, el fin de semana no luchaba. Era importante porque cada uno expresaba su opinión, se dictaban pautas de trabajo. Por ejemplo: ¿Qué pasó en tal lucha? ¿Qué se debe mejorar? Se buscaba la veracidad de cada personaje. Martín delineaba y pulía en cada reunión constructiva aspectos relacionados con el espectáculo. Todas las reuniones estaban caracterizadas por una gran disciplina. Era una gran virtud de Karadagián.

Momia contra Momia (la Negra Vs. la Blanca)Cada luchador se desempeñaba en lo suyo; cada uno tenía su rol. Muchas cosas no se decían. Se guardaba una gran privacidad en muchos aspectos. Domingo Hugo Luciarini tenía la responsabilidad del personaje Pepino, el Payaso. Además llegó a hacer otro personaje: Il Bersaglieri, un luchador malo. Luciarini recuerda: «No me gustaba hacer de Il Bersaglieri. ¡No podía hacer de malo!» Él se identificaba con Pepino que «... era un payaso querido por todos los niños. Cuando veía que un chico lloraba porque me pegaban, me volvía loco», agrega.

Otro gran personaje de gran relevancia lo tuvo Héctor Oscar Brea, el famoso referee William Boo. En sus comienzos fue luchador, y lo unió una gran amistad con Karadagian. El señor Boo fue el encargado del gimnasio donde cada noche se empeñaba en desarmar el ring y los luchadores se entrenaban durante la semana. Lo recomendó a Martín en el Luna Park.

En sus comienzos en astro Martín fue rechazado por su pequeña estatura. En esa época había grandes luchadores como El Hombre Montaña y usualmente los demás personajes tenían un físico admirable. Martín había tenido una infancia muy humilde. Trabajó de lustrador de botas y ayudó a su padre en la carnicería donde trabajaba. A los 16 años llegó a ser campeón mundial juvenil de Lucha Grecorromana. En Inglaterra fue premiado por la Reina Isabel.

Jorge Boccaci, uno de los artífices de Titanes en el Ring, trabajó como presentador de cada lucha durante 14 años. Con nostalgia recuerda: «Martín era un gran profesional y una persona muy sensible, que tenía un amor especial por los chicos y por su familia. Se quedaba siempre firmando autógrafos. Lo hacía porque lo sentía de verdad». También sostiene «Martín estaba preocupado hasta que el espectáculo terminaba».

Martín Karadagian, el creador de la leyendaHay un suceso que durante todo su ciclo quedó como un enigma de Titanes en el Ring. En una lucha entre Ararat y Sancho Panza, quienes eran dos tipos de más de 200 kilos, estaba contra las cuerdas el Ancho Peucelle. Sancho se le cayó encima y rompió la tercer cuerda. El Ancho se golpeó la cabeza contra el piso del ring y quedó tendido por un tiempo. Mientras tanto, Karadagián, que estaba siempre en el control junto al director, mandó a uno de los auxiliares a buscar una barra de hielo. Más tarde, un hombre entró al estudio con una barra de hielo, en medio de la lucha. Fue un acontecimiento que llamó la atención a varios. En la reunión del lunes, cuando un arquitecto amigo de Martín le preguntó por tal episodio, el gran ***án le contestó que había que enfriar a la Momia. A partir de ahí, comenzó la vida de otro personaje: El Hombre de la Barra de Hielo. Le decían "El Misterio Nacional".

En su etapa final, Titanes perdió a su creador... al hombre sublime. El afecto de Karadagián por los dulces, lo llevó a sufrir una enfermedad que fue terminal para él: la diabetes. Como consecuencia, sufrió tiempo antes de fallecer, la amputación de una de sus piernas. En base a su físico había ganado todo. Era una ironía. Un día entró al estudio de Canal 11 y quebró la voz del relator de las peleas, Rodolfo Di Sarli, la del locutor Boccaci y la de todos los seguidores fieles a Titanes en el Ring, que fue, es y será sinónimo de Karadagián de por vida. Tiró el bastón y besó la lona del ring. Con gran emoción exclamó: «Gracias, estoy bien porque estoy con ustedes. ¡Estoy vivo! ¡Gracias a Dios!»

Era la caída del ídolo... Dio un ejemplo: «Se quebró una rama pero el árbol sigue de pie. Tiré el bastón porque teniendo a Titanes en el Ring no necesito ningún apoyo». Entonces amigos... «de Campeón a Campeones»... reciban el apretón de manos de Martín Karadagián.


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