EL CLIMA

viernes, 16 de octubre de 2009

AUTOAYUDA

Es difícil encontrar a alguien que no conozca de cerca el sufrimiento, ya sea porque caiga en él en determinadas ocasiones o etapas de su vida o porque viva sumida en el dolor de una manera permanente. Y lo sorprendente es que uno mismo es, sin saberlo, quien engendra y alimenta dentro de sí el sufrimiento.

En el dolor, en esa vivencia a flor de piel de nuestra propia incapacidad, vemos con claridad que en nuestra vida algo no va bien, e intuimos que existe otra manera de vivir por completo diferente, en la que el dolor psicológico no existe. Y cuando llegamos a este punto nos damos cuenta de que nos falta determinado conocimiento para hacer realidad esa vida que entrevemos nueva y diferente .

Abandona las ideas trágicas o pesimistas. No las reprimas, simplemente abandónalas con el mismo desinterés que sientes hoy por las otras cosas de tu vida.

2

Ubícate en algún espacio agradable de tu casa o de la ciudad en que vives (tu habitación, el jardín, una plaza) y respira con conciencia del aire que suavemente entra y sale de tus pulmones. Concéntrate en la respiración hasta que sientas la calma y la vitalidad de tu mundo interno.

3

Visualiza con nitidez algún deseo, por pequeño o insignificante que te parezca. Utiliza tu imaginación para transformarlo, de una sensación más o menos difusa de querer estar mejor, en una imagen clara, brillante y en movimiento. Integra tu deseo como si fuera una película, y a ti mismo como su protagonista.

4

Cuando logres enraizar tu deseo, pregúntate si vale la pena esforzarse por él. Se sincero contigo mismo y respóndete con la mayor honestidad.

5

Si te respondes que no vale la pena esforzarte por tan poca cosa, repite el procedimiento. Busca un deseo y transfórmalo en una película colocándote como protagonista. Ante tal visión, realízate nuevamente la pregunta por la validez de tu esfuerzo.

6

Hazlo así, con tantos deseos como te sean necesarios hasta dar con uno que encienda la chispa de tu motivación. No te urjas en encontrarlo en el primer intento, ni te conformes con cualquier deseo, simplemente para salir de la apatía.

7

Descarta las ideas que hablen de tu falta de voluntad, de tu pereza o de cualquier otra ineptitud o falla de tu parte. Por el contrario, insiste con el ejercicio de imágenes hasta encontrar un deseo que justifique plenamente la inversión de tu energía vital.

Importante

El uso metódico de la imaginación para encontrar soluciones a los propios conflictos vitales, como la falta de motivación, es una acción que en sí misma nos permitirá encontrarnos con las raíces de nuestros propios deseos y la vitalidad y la energía para realizarlos.




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