EL CLIMA

Mostrando entradas con la etiqueta novela. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta novela. Mostrar todas las entradas

lunes, 8 de agosto de 2011

SOBRE NOVELA





ALGO SOBRE NOVELA
La travesía del Viajero del Alba o La travesía del Explorador del Amanecer (originalmente en inglés: The Voyage of the Dawn Treader) es la tercera novela en orden de publicación, y la quinta en orden cronológico de la heptalogía de libros infantiles Las Crónicas de Narnia, publicada por el escritor Clive Staples Lewis en 1952. El libro relata las aventuras vividas por Edmund y Lucy Pevensie, junto a su primo Eustace Scrubb a bordo del barco El Viajero del Alba o Explorador del Amanecer (perteneciente al rey de Narnia Caspian X), en su búsqueda de los 7 caballeros expulsados del reino por Miraz, tío de Caspian y usurpador del trono de Narnia. Los tres niños y los narnianos se enfrentan a muchas maravillas y peligros durante el viaje, incluyendo su partida hacia el país de Aslan, que se encuentra al extremo oriental del mundo.
La travesía del Viajero del Alba está estructurado en 16 capítulos. En los dos primeros el autor narra cómo los hermanos Pevensie se reúnen con su primo Eustace y su llegada a bordo del Viajero del Alba, donde Caspian les narra los incidentes del viaje hasta el momento. También les explica que ha emprendido el viaje junto al ratón Reepicheep y un grupo de narnianos con el fin de rescatar o al menos conocer el paradero de los 7 lores expulsados por Miraz años atrás. En los capítulos 3 y 4 se narran las aventuras que los Pevensie, Eustace y los narnianos enfrentan al llegar a las Islas Solitarias. Estas islas forman parte del reino de Narnia, y el Rey Caspian debe establecer un nuevo mando en las mismas y eliminar la trata de esclavos. Del quinto al duodécimo capítulo, los aventureros enfrentan diversos peligros, que incluyen tormentas y serpientes marinas. A lo largo de esta parte del viaje, desembarcan sucesivamente en un grupo de islas donde van conociendo los destinos de los nobles narnianos que buscaban. En una de estas islas Eustace es convertido en dragón y regresado a la normalidad por Aslan, mientras que en otra isla Lucy tiene un encuentro con Aslan. Finalmente llegan a la isla más oriental de su viaje en donde encuentran a los tres caballeros profundamente dormidos en un sueño mágico, cuyo destino aún no conocían. Allí se enteran de que deben viajar hacia el país de Aslan y dejar a alguien ahí que nunca más volverá para despertarlos.
En los últimos cuatro capítulos (del 13 al 16), se describe la parte final del viaje realizado por los aventureros, donde se dirigen siempre hacia el Este, con el fin de llegar al país de Aslan. Conforme se acercan al extremo oriental del mundo, el sol se vuelve cada vez más luminoso y grande, y el mar es cada vez más claro y menos profundo, hasta que el barco no puede continuar y da marcha atrás, dejando al ratón Reepicheep y a los niños, quienes se dirigen en un bote hacia el este, donde Reepicheep entra al país de Aslan, y los niños regresan a Londres por este último.
A pesar que esta historia está menos relacionada con la temática cristiana, se destaca por contener una referencia bastante directa sobre el propósito de las Crónicas de Narnia.
Una de las referencias cristianas es el mejoramiento del carácter de Eustace, que después de ser transformado en dragón, acaba arrepintiéndose de su comportamiento que tuvo desde que había llegado a Narnia. Esta transformación es sellada en una ceremonia de bautismo en que Aslan pide que Eustace deje la piel de dragón para atrás, representando el nacimiento de una nueva criatura.
También queda claro que eso es algo posible apenas con la ayuda de Dios, e imposible con la fuerza humana. Esto se demuestra cuando Eustace intenta librarse de la piel de dragón sin éxito, consiguiéndolo apenas cuando el propio Aslan usa sus uñas para arrancar la piel del muchacho. Finalmente ocurre el bautismo que, como el propio Eustace relata: "Al principio me ardió mucho, mas en seguida fue una delicia", relatando el dolor de dejar las cosas del mundo, y alegrándose con la nueva vida.
Las otras referencias están al final del libro, cuando Edmund, Eustace y Lucy llegan al fin del mundo y son recibidos por Aslan, que asumió la forma de un Cordero, una forma bíblica de referirse a Jesús. Enseguida, al revelarles a Edmund y Lucy que no podrían más volver a Narnia porque ya están creciendo, Aslan revela también estar en nuestro mundo. Entonces completa:
"Estoy, pero tengo otro nombre. Tenéis que aprender a conocerme por ese nombre; por eso fue que os llevé a Narnia, para que me conocierais en este mundo para poder reconocerme en el otro."
Esta frase explica de forma muy directa el propósito con que C. S. Lewis está colocando la temática cristiana dentro de las Crónicas de Narnia.
Algunos cristianos se toman la libertad de establecer un paralelo entre la historia de Eustace con la historia de Pablo de Tarso, narrada en la Biblia en los Hechos de los Apóstoles. Tal comparación se basa en el cambio que Pablo pasó de perseguidor incrédulo, a líder y predicador.

martes, 4 de enero de 2011

ALGO SOBRE NOVELA







El Criticón es una novela de Baltasar Gracián publicada en tres partes en 1651, 1653 y 1657. Está considerada como la obra maestra de su autor y es una de las cumbres de la literatura española, junto al Quijote y La Celestina.[2] El Criticón recoge y amplía toda su obra anterior en forma de ficción novelesca.[3]
La obra adopta la forma de una gran alegoría que abarca toda la vida del hombre, representado en sus dos facetas de impulsivo e inexperto, Andrenio, (del griego Ανδρως, hombre); y el prudente y experimentado Critilo, (del griego Κριτης o κριτικος, capaz de discernir la verdad de las cosas). Es la obra literaria que resume la visión filosófica del mundo de Gracián bajo la forma de una gran epopeya moral. En ella se unen invención y didactismo, erudición y estilo personal, desengaño y sátira social.
Tras sus anteriores tratados, Gracián proyecta una obra de fabulación que resuma su pensamiento y amplíe a la vez su espectro como creador. La novela fue escrita en sus años de plena madurez y contiene su visión final acerca del mundo y de la vida humana. Se trata de una mirada amarga y desolada, aunque su desengaño alberga una esperanza en los dos virtuosos protagonistas, que consiguen escapar a la mediocridad reinante alcanzando la fama eterna.
Su estilo supone la quintaesencia del
conceptismo, y está presidido por la brevedad y la intensificación semántica de la lengua. Destaca el recurso de la antítesis y todo tipo de juegos de palabras junto con la abundancia de sentencias y máximas de origen culto o de proverbios y refranes populares que adecua a sus intenciones adaptándolos o transformándolos de modo original.
El autor exhibe constantemente una técnica perspectivista que desdobla la visión de las cosas según los criterios o puntos de vista de cada uno de los personajes, pero de forma antitética, y no plural como en
Cervantes. La novela refleja, con todo, una visión pesimista de la sociedad, con la que se identificó uno de sus mejores lectores, el filósofo alemán del XIX Arthur Schopenhauer.[4] Efectivamente El Criticón influyó notablemente en filósofos del ámbito germánico, como el citado Schopenhauer o Friedrich Nietzsche, y se ha visto al autor del Criticón como un precedente del existencialismo.