EL CLIMA

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domingo, 1 de junio de 2014

PSICODINAMIA


http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Freud_and_other_psychoanalysts_1922.jpg

La orientación psicodinámica en el campo de la salud mental sigue una línea que recoge el pensamiento psicoanalítico, basándose en que el acto de conducta es siempre un acto con sentido y con finalidad, con independencia de que el sujeto posea, o no, conocimiento de los mismos. La metodología derivada de esa concepción apunta, consecuentemente, a la exploración y objetivación de ese mundo interno del que el sujeto no tiene conocimiento, considerando lo inadvertido o inconsciente de la conducta como un componente esencial de la misma, precisamente por considerar que es lo inconsciente lo que da sentido y soporte a la conducta manifiesta. Ese objetivo marca la diferencia que la distingue de otras metodologías, las cuales tratan de una forma más marginal los componentes inadvertidos de la conducta. Una concepción dinámica de la salud mental, presupone la aceptación de dos principios esenciales:

miércoles, 15 de febrero de 2012

SOBRE LO OMINOSO


El texto de Freud fue publicado en 1919. Según una carta a Ferenczi del 12 de mayo de ese año, sería fruto de una reescritura de un antiguo manuscrito sobre el tema. Como señala el propio Freud en una nota al pie, en el artículo, ya hay una referencia a la relación entre lo ominoso y el animismo y la omnipotencia del pensamiento, en "Tótem y Tabú".

I

La posibilidad de "diferenciar algo ominoso dentro de lo angustioso".
El sentido común que puede obtenerse para el término ominoso, tanto por la vía de "pesquisar el significado que el desarrollo de la lengua sedimentó en la palabra ominoso" como la de agrupar todo aquello que en personas y cosas despierta en nosotros el sentimiento de lo ominoso, es "
aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo".

Si se rastrea el sentido y uso del término "heimlich" (familiar, que sería lo opuesto a "unheimlich", ominoso, pero que forma parte de esa palabra), en el diccionario de la lengua alemana de Daniel Sanders, encontramos que no es unívoco, "sino que pertenece a dos círculos de representaciones que, sin ser opuestos, son ajenos entre sí: el de lo familiar y agradable, y el de lo clandestino que se mantiene oculto". El término "unheimlich" no es opuesto al primer círculo de representaciones sino al segundo, tal como lo utiliza Schelling al referirlo a aquello que "estando destinado a permanecer en el secreto, en lo oculto, ha salido a la luz".

El mismo ejercicio aplicado al diccionario de los hermanos Grimm lleva a Freud a señalar cómo "heimlich es una palabra que ha desarrollado su significado siguiendo una ambivalencia hasta coincidir al fin con su opuesto, unheimlich. De algún modo, unheimlich es una variedad de heimlich"

II

Entre las situaciones o cosas que podrían despertarnos el sentimiento de lo ominoso, E. Jentsch ubica algunas figuras de cera o autómatas de ingeniosa construcción. La puntualización de Jentsch no lo convence a Freud, pero le da el pie para abordar el cuento "El hombre de la arena" (mencionado por Jentsch) de E.T.A. Hoffman ("el maestro inigualado de lo ominoso en la creación literaria", según Freud).

Justamente, lo primero que señala Freud es que "el motivo de la muñeca Olimpia en apariencia animada en modo alguno es el único al que cabe atribuir el efecto incomparablemente ominoso de ese relato, y ni siquiera es aquel al que correspondería imputárselo en primer lugar". Para Freud, el elemento central de ese relato y factor principal en el efecto ominoso es "el motivo del hombre de la arena que arranca los ojos a los niños", tal como se lo describe un aya a Nathaniel, quien lo identifica con el repelente Coppelius.
Como bien señala Freud, ya en ese momento del cuento estamos frente a la ambigüedad de saber si se trata de un primer delirio del niño poseído por la angustia o de un informe que habría que concebir como real en el contexto ficcional del relato. La escena en que Coppelius se propone echarle a los ojos unos puñados de carboncillos ardientes, retoma el relato del aya (con la sustitución de puñados de arena por puñados carboncillos llameantes).

Luego Nathaniel creerá reconocer esa figura terrorífica en el óptico ambulante Giuseppe Coppola que vende "bellos ojos", es decir gafas, y a quien le compra un prismático de bolsillo con el que espía la casa lindera del profesor Spalanzani, donde divisa a su hija Olimpia, "bella pero enigmáticamente silenciosa e inmóvil", de la que se enamora perdidamente. Esta Olimpia "es un autómata al que Spalanzani le ha puesto el mecanismo de relojería y Coppola - el hombre de la arena - los ojos". Luego de la pelea entre estos dos personajes por la autómata, en la que Coppola se lleva la muñeca, sin ojos, y Spalanzani arroja la pecho de Nathaniel los ojos de Olimpia que permanecían en el suelo bañados de sangre, este es presa de un nuevo ataque de locura en cuyo delirio se aúna la reminiscencia de la muerte del padre.

Recobrado de su enfermedad, cuando Nathaniel parece al fin sano, ha recuperado a su novia se propone desposarla, al mirar la plaza y la gente desde lo alto de la torre del ayuntamiento, con el prismático que le vendiera Coppola, a este personaje terrorífico. Enloquece nuevamente, y luego de intentar arrojar desde lo alto a su novia, mientras exclama "círculo de fuego, gira!", termina tirándose él mismo al grito de "bellos ojos, bellos ojos".

En síntesis, para Freud, "el sentimiento de lo ominoso adhiere directamente a la figura del Hombre de la Arena, vale decir, a la representación de ser despojado de los ojos, y nada tiene que ver con este efecto la incertidumbre intelectual en el sentido de Jentsch. La duda acerca del carácter animado, que debimos admitir respecto de la muñeca Olimpia, no es nada en comparación con este otro ejemplo, mas intenso de lo ominoso".

La experiencia psicoanalítica nos pone sobre aviso que "dañarse los ojos o perderlos es una angustia que espeluzna a los niños (...) la angustia por los ojos, la angustia de quedar ciego es con harta frecuencia un sustituo de la angustia ante la castración".

Freud subraya que el Hombre de la Arena aparece todas las veces como perturbador del amor: primero para que Nathaniel, como estudiante, se malquiste con la novia; luego aniquila su segundo objeto de amor: la muñeca Olimpia; finalmente lo constriñe al suicidio cuando está por casarse con su novia Clara. Todos estos elementos "cobran pleno sentido si se reemplaza al Hombre de la Arena por el padre temido, de quien se espera la castración".


miércoles, 28 de diciembre de 2011

PSICOLOGIA

PSICO ACTIVA

Los trastornos mentales más sorprendentes

El señor P. era un eminente músico que había acudido a la consulta de un neurólogo porque tenía problemas para identificar las cosas de su entorno. En alguna ocasión le habían sorprendido dando palmaditas en la parte superior de las bocas de incendios creyéndolas cabecitas de niños o iniciando una conversación con el picaporte de una puerta. Tras la revisión, el señor P. salió de la consulta. De repente, se detuvo en seco, rodeó el coche y se dirigió al asiento que ocupaba su mujer, la agarró del cuello de la camisa y por las orejas e intentó ponérsela en la cabeza.

Se trata de un hecho real comentado por el famoso neurólogo Oliver Sacks. En este caso concreto, el señor P. padecía una pérdida cognitiva aguda: su cerebro era capaz de ver, oír, sentir y escuchar perfectamente, pero no podía emitir juicios personales. Así, metía a su mujer en la misma categoría conceptual que un paraguas o un sombrero.

domingo, 4 de diciembre de 2011

PSICOLOGIA



PSICOLOGIA

BIBIANA GIRART

De pronto, sin darnos cuenta, uno se despierta un día y se da cuenta que no tiene deseos de levantarse, que le pesan los ojos, que no quiere mirar, que las sabanas son el perfecto lugar de "refugio"...pero, hay que salir, levantarse, y hacer al desayuno resulta pesado...y no hay ganas...de nada...no queremos ir a trabajar, no queremos ver a nadie, nos falta voluntad..decimos bueno es un día de bajón...y lo dejamos pasar...De pronto, en otra ocasión nos damos cuanta que nos invade una angustia inexplicable y sentimos unas tremendas ganas de llorar...pero porque?...cualquier cosa es el motivo perfecto para llorar, una palabra, un gesto, algo que nos sucedió, un señor que por mal educado nos empujo en la calle, una amiga que estaba apurada y no pudo atendendernos al teléfono como hubiéramos querido, una cuenta por pagar, cualquier cosa nos da el motivo justo para llorar. Y ese sentimiento, esa sensación va creciendo y se hace más fuerte, cada vez es más seguido que nos sentimos mal, esa opresión en el pecho, es como una prensa que no nos deja respirar,nos duele..y solo queremos estar solos y a oscuras, que nadie se acerque, que nadie nos vea.

Se van las ganas de arreglarnos, total para que...?porque..?de a poco se van las ganas de comer, o por el contrario nos comemos todo, es una necesidad contaste de saciar nuestro apetito...apetito de que...no será de amor?...no será de mimos...de caricias, de palabras, de que nos presten atención..?, bueno de todos modos comemos... Después sentimos nauseas, mareos, dolor de cabeza, ese dolor profundo, que nos deja descansar..y las noches...se hacen eternas, no podemos dormir, y todos los pensamiento malos, terribles, de menosprecio, de crueldad, pensamos en las cosas despreciables que nos dijeron ( o que creímos escuchar) recordamos el mal momento vivido con la vecina por solo salir a barrer la vereda, magnificamos todo, y todo es poco, todo está mal......nosotros estamos mal. Y cada vez es peor.... De pronto también nos damos cuenta que hace ya un tiempo, y no sabemos precisar cuando, nos fuimos alejando de los amigos, de la familia, de los afectos, hay días en que se siente que no se tienen ganas de ver a nadie, de escuchar a nadie, es mejor solos...solos...y nos va ganado la soledad, pero no sabemos ni podemos estar con nosotros mismos...

Con respecto a los sentimientos, sentimos que nadie nos quiere, que nadie nos entiende, que nadie se acerca....acaso nosotros nos acercamos a alguien, o solo lo hacemos para quejarnos de lo mal que estamos?.... De lo solo que nos sentimos, queremos que nos escuchen y gritamos con lágrimas, con acciones, actitudes y grita nuestro cuerpo...un grito desgarrador, nos duele el alma......ya no tenemos ganas de vivir, ganas de nada, no hay motivaciones.... Esto....esto es una de las enfermedades mentales mas dolorosas..La Depresión.

En realidad mi relato anterior quiso mostrarles los síntomas de esta enfermedad, síntomas que se van agregando y agrandando, que destruyen la vida cotidiana del paciente y de su grupo familiar, que hacemos, como ayudamos, como salgo de esto?...son las preguntas mas comunes... Hay que pedir ayuda...se sale, se mitiga el dolor, se encuentran caminos, se encuentran respuestas, pero hay que pedir ayuda y querer salir de todo esto....seguramente en algunos casos hay motivos concretos que llevan a una persona a tanto sufrimiento, en otro no los hay, es la misma persona que tiene su autoestima tan baja y su dolor tan grande que magnifica todo, que tiene miedo, que se siente incapaz de ser querida por alguien, y la vez se siente, incomprendida por todos, otras veces es una sumatoria de situaciones que los llevan al límite y ya no los dejan en paz, y se encuentran invadidos por una sensación de querer escapar, irse..irse?..de que..de quien...tal vez de si mismo...de la situación...de la familia...de todo lo que provoque dolor... Hay que saber también que hay varios estados depresivos, varios tipos de depresión, que no a todos le sucede lo mismo y de la misma manera, pero hay patrones comunes, con la depresión se pierde la capacidad para alegrarse y sentir placer por las situaciones cotidianas de la vida. Si pierde la capacidad de hacer proyectos, de planificar un futuro, de sociabilizar, se pierde la voluntad, de "hacer".

La Depresión es un pozo, se va haciendo cada vez más profundo, lo importante es que se sale. Hay que pedir ayuda, hay que hablar, demostrar los sentimientos, sacar a la luz, lo que preocupa,lo que angustia, los miedos. La ayuda profesional es importantísima, porque nos permite ves que nos sucede desde otro perspectiva y descubrir porque nos sucede y ayuda a encontrar una salida. Ayuda a encontrarse consigo mismo, para aprender a quererse, a valorarse, a respetarse a mejorar la autoestima. No se buscan culpas ni culpables, se ven las responsabilidades, y lo que a cada uno le toca en la vida y a manejar su rol, ayuda a entender a los otros, no solo sufre mucho el paciente depresivo sino su grupo familiar conviviente y sus grupo cercano, ya que muchas veces no se sabe que hacer, como ayudar, como intervenir. Consultar al psicoterapeuta es el primer paso hacia la cura y cada tratamiento se planifica de acuerdo a la persona consultante y sus particularidades, sabemos que todo estado depresivo no se puede manejar con la voluntad, dado que hay tanta negaciones en el paciente que los reproches, las culpas, los miedos, los sentimientos negativos son muchos y a su vez son producto de una historia personal, de una situación actual, de las relaciones familiares e interpersonales etc. Por lo tanto se planifica la terapia y se va reacomodando de a cuerdo a los pasos dados por el paciente hay avances y hay retrocesos, el proceso no es mágico, nuestro modo de trabajo se basa en la relación establecida con el paciente, esta debe ser de contención, fluida, con mucho dialogo, debemos enseñarle al paciente a conocerse o reconocerse y ser consientes de su realidad,hay que establecer un trato ameno y cordial, llegar juntos a una solución, guiando al paciente por el camino a encontrar las respuestas y las soluciones utilizando las técnicas adecuadas a la circunstancia del consultante y a su grupo familiar, así el paciente y el terapeuta, ambos respetando sus roles e identidades, podrán llegar a una avance en la enfermedad, hace falta constancia, seguimiento y el profundo convencimiento de quien esta enfermo de querer superarse y mejorarse. Y la depresión es un círculo vicioso y contagia y aleja.... Pidan ayuda, de este pozo SE SALE. Se puede volver a encontrar esa persona a la que cada vez que nos miramos al espejo creemos perdida.

domingo, 7 de agosto de 2011

PSICO NIÑOS



PSICOLOGIA INFANTIL
Cada niño nace en el centro del seno de su familia. El íntimo contacto precoz entre la madre y el niño, inmediatamente después de su crecimiento tendrá un elevado significado emocional para la necesidad mutua de intercambio.
La madre tocas las manos y el cuerpo de su hijo recién nacido, acaricia cariñosamente la cara del neonato. De cierta manera mantiene una conversación directa con su hijo cara a cara. Por su parte el niño respira una sensación visible de tranquilidad cuando capta sobre el pecho de su madre el latido cardiaco y la voz, que le resulta sumamente familiar por su experiencia prenatal.
Está etapa esta comprendida entre los 3 años ( primera infancia) hasta los 10 años ( infancia tardía – edad escolar básica) en la cual el niño vivirá miles de experiencias en al interior del hogar, escuela y comunidad.
En la cumbre mundial de la UNICEF, en septiembre de 1990, mas de 60 jefes de estado y de gobierno hicieron la solemne promesa de instaurar, desde su ámbito de responsabilidad, las medidas necesarias y oportunas para erradicar la desnutrición masiva, enfermedades evitables y el analfabetismo hasta el año 2000. El programa unificado será inspeccionado por la Naciones Unidas y se controlará regularmente, un signo de esperanza para los niños de la tierra.
Los niños no son pequeños adultos sin embargo, necesitan la relación con personas adultas que comprendiendo su condición de niños, les acompañen y ofrezcan cuidados, seguridad y estimulación efectiva.
El nacimiento de un niño supone simultáneamente el nacimiento de una familia.
Enfoque de los trastornos psicológicos
El estudio de trastornos psicológicos es el estudio de problemas de la vida y dicho con sencillez, comprende el estudio de patrones de conducta que en la sociedad se consideran como "anormales".
El funcionamiento humano eficiente o "normal" es en parte la ausencia de patrones anormales de acción, conocimiento y emoción.
  1. Trastornos del sueño
De 0 a 12 meses
Cada niño posee un ritmo propio de sueño que, habitualmente, no coincide con el requerido por la madre o por los hábitos sociales. El niño tiene sus propios métodos para realizar el tránsito del estado de vigilia al de sueño, por ejemplo mediante actividades autoeróticas. Sin embargo el desconocimiento de las necesidades naturales del bebé puede crear las primeras dificultades con le funcionamiento normal de los procesos de satisfacción de los impulsos y/o necesidades.
Antes del año, el bebé una vez satisfechas sus necesidades corporales y cuando no interfieren otros problemas, puede quedarse rápidamente dormido, ya que el sueño va íntimamente ligado a la impresión de saciedad. Durante los primeros meses, el despertar está estrechamente vinculado a la sensación de hambre, y el adormecimiento a la de satisfacción. A fines del primer año los estados de vigilia son frecuentes ya que se amplían los intereses de los niños, quien se torna cada vez más activo.
Se entiende que los trastornos del ritmo habitual del sueño suelen estar relacionados con dificultades en la alimentación o con trastornos de relación.
Durante el primer trimestre de vida, pueden darse dificultades en conciliar el sueño a causa de varios factores:
  • Inadecuada aplicación del régimen alimentario
  • Rigidez en los horarios
  • Tomas mal compaginadas con las necesidades del niño
  • Falta de estimulación en general.
También puede darse una sobreestimulación que provoque en el bebé un estado de hiperexcitabilidad que le impida dormir. Un ausencia del contacto incidirá igualmente en el trastorno.
Algunos niños, sobretodo los hiperactivos, tienen más dificultad que otros para conciliar el sueño, y necesitan, por ello, y ambiente más acogedor y tranquilizante, pero con todo debe tenerse en cuenta los factores anteriormente citados.
A partir del tercer mes la falta de estimulación general y de contacto afectivo se convierten en causa primordial de los trastornos del sueño.
De 12 A 24 Meses
Independientemente de que durante el primer año de vida el bebé halla establecido un buen ritmo de sueño producido sin problemas, a lo largo del segundo año aparecerán dificultades para conciliar el mismo.
El niño suele estar excitado ante el nuevo campo de posibilidades que le ofrecen sus recientes adquisiciones, sobretodo las relativas al dominio de la marcha: surgen también inquietudes relacionadas con la problemática de la individuación. Ante este estado de cosas, dormir ya no es la solamente la respuesta automática a una necesidad corporal, sino que el niño precisa abstraerse de sus intereses para conciliar el sueño. Como esto no es fácil y produce un grado importante de ansiedad, el niño trata de mantenerse despierto utilizando todos los medios a su alcance.
La incapacidad para soportar el comienzo de la auton omía, por lo que ésta supone la separación de la madre, hacen que las llamadas de atención hacia ésta sean continuas mediante múltiples medios que provoquen su presencia: lloros, ritos, utilización de rituales (que pueden llegar a constituir auténticos ceremoniales), etc. Estos rituales se manifiestan de distintas formas, por ejemplo, exigiendo que la madre se quede en determinado lugar, que se quede un rato junto a él después de apagar la luz, que le acunen, que le cuenten historias, etc. Hay otro tipo de rituales, que ejecuta el niño en el modo de acostar, arropar y hacer dormir a todos sus muñecos como acto previo a su propio descanso.
Otros medios a los que recurre el niño de esta edad para conciliar el sueño, algunas de las cuales son una continuación de la etapa anterior (mecerse, balancearse, succionarse el pulgar, masturbarse, etc.), todo lo cual le permite dormirse el recurso a los "objetos transicionales" –osos de peluche, muñecos, mantas– es otra forma de conjurar la angustia y posibilitar la transición del estado de vigilia al sueño.
Hay una serie de factores de carácter externo que provocan ansiedad y perturban el sueño. Entre ellos pueden citarse los horarios irregulares, un ambiente ruidoso y agitado, y la sobreestimulación del niño por parte de los padres.
Otro factor ansiógeno se añade cuando el niño duerme en la habitación de los padres. Igualmente las imposiciones excesivas en el terreno educativo respecto a la motricidad, el lenguaje y la limpieza producen fuerte ansiedad, que repercute en ansiedades para dormir.
De 2 A 5 Años
Durante la fase de sueño hay una ruptura con el mundo exterior y una disminución de las funciones vegetativas y de relación.
La cantidad de horas que duerme el niño, así como la profundidad de su sueño y su distribución durante las 24 horas del día, depende de las diferentes etapas del desarrollo, ya que la evolución del sueño es paralela al proceso de maduración orgánico-funcional.
Las muestras de ansiedad, relacionadas con el sueño durante el segundo año, se dan en forma de dificultad para irse a la cama, porque ello supone separarse de la madre. Si la estimulación durante la vigilia no es adecuada, y no va acompañada de un buena relación, el sueño se verá interrumpido y aparecerán diversos trastornos
Entre los 3 y 5 años, el sueño tiende generalmente a normalizarse, aunque pueden continuar algunas dificultades, tales como despertarse varias veces durante la noche, llamar a la madre, padecer sueños desagradables, etc.
A estas edades los niños se niegan a hacer la siesta.
Los trastornos que pueden aparecer en ésta época son:
  • Miedos
  • Rituales y Automatismos
  • Pesadillas
  • Terrores Nocturnos.
Miedos
El niño experimenta el miedo y la angustia en forma combinada. Los miedos suelen ser bastante frecuente s entre los dos y dos años y medio, los niños tienen miedo a la oscuridad y a estar solos, piden la luz de la habitación o del pasillo encendidas, el interruptor cerca, y requieren a menudo la presencia de la madre para tranquilizarlos y conciliar el sueño.
Hacia los tres años y medio. Los miedos se concentran en los pequeños animales (bichitos en la cama). Por el contrario, a los cinco años los temores se centran en los grandes animales (bestias salvajes).
Estos miedos sueles calmarse con la presencia de los padres y acostumbran a desaparecer sin llegar a constituir un problema importante, siempre que los progenitores traten de comprenderlos y tranquilizar al niño para que éste pueda sentirse protegido.
Cuando las pesadillas son muy frecuentes y muy terroríficas, y los miedos van en aumento, son síntomas de un trastorno de la personalidad del niño.
Rituales y Automatismos.

sábado, 12 de marzo de 2011

OIGA CON ESTA PSICOLOGA







ARAH WHITE

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UNA PSICOLOGA MUY PARTICULAR

SARAH WHITE
Programadora de computación freelance, White dice que decidió hacer esta terapia online luego de sentirse algo decepcionada con lo que había aprendido mientras era estudiante de psicología. "Freud usaba la libre asociación y yo uso la desnudez", dice Sarah, agregando que "especialmente para los hombres, que son más renuentes a concurrir a terapia, resulta más interesante, tentador y excitante".Suena bárbaro. Pero uno no puede dejar de preguntarse cuántos hombres van a concentrarse en sus problemas mientras miran a un bombón desnudo.Las primeras sesiones cuestan 150 dólares y se realizan usando una sola cámara unidireccional y chateo textual, no hablado. Luego, después de entrar en cierta confianza con sus pacientes, ya usa dos cámaras (pueden verse ambos) vía Skype y después pasa a las sesiones personales. Sarah empieza cada sesión con la ropa puesta, pero progresivamente se saca sus atuendos hasta quedar como vino al mundo. Llegado ese punto, los pacientes están arañando las paredes, mirando gambas a lo loco, aunque no resuelvan sus problemas ni por casualidad.La terapeuta desnuda, que atiende en Nueva Cork, no es licenciada pero ello no le impide tener unos 30 pacientes regulares. Seguramente la mayoría son estudiantes universitarios con problemas sexuales, y hombres de mediana edad con problemas de relaciones, aunque también tiene dos pacientes femeninas a las que les gusta conversar con una mujer desnudita.
Mientras a Sarah le den las cuentas, ¿por qué no?

martes, 28 de diciembre de 2010

PSICOPATIA


Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos, la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su único y exclusivo beneficio.

La falta de remordimientos radica en la cosificación que hace el psicópata del otro, es decir que el quitarle al otro los atributos de persona para valorarlo como cosa es uno de los pilares de la estructura psicopática.

Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen nociones sobre la mayoría de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.

Además, los psicópatas tienen como característica el tener necesidades especiales y formas atípicas de satisfacerlas, que en general implican cierta ritualización. El acto psicopático hacia el otro se configura mediante la necesidad del psicópata y su código propio, que desde su punto de vista lo exime del displacer interno.

El problema de las necesidades de los psicópatas es que al no ser compartidas por el grupo, no pueden ser comprendidas ni generar empatía, por situarse fuera de las leyes de la costumbre y del bien común, aunque estas necesidades son sentidas con fuerza e impelen a la acción para el psicópata.

Además los psicópatas tienen un marcado egocentrismo, una característica que pueden tener personas sanas pero que es intrínseca a este desorden. Esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí mismo por lo que cuando da, es que está manipulando o esperando recuperar esa inversión en el futuro.

Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de conseguir ciertas cosas y la empatía utilitaria, que consiste en una habilidad para captar la necesidad del otro y utilizar esta información para su propio beneficio, lo que constituye una mirada en el interior del otro para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular.

Ciertos autores de la corriente psicoanalítica suponen que la razón por la cual una persona psicópata es una persona perversa es porque se trata de sujetos cuya personalidad depende en gran medida de mantener el principio de realidad, pero careciendo de superyo. Esto hace que la persona psicópata pueda cometer acciones criminales u otros actos cuestionables con total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.

Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir remordimientos por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno.

A efectos penales, hace mucho que se planteó el dilema sobre si una personalidad divergente de este tipo es imputable, especialmente cuando se trata de una estructura psicótica. Debido a que el concepto de enfermedad mental quedó en desuso (ya sea personas sádicas, violadoras, estafadores, o cualquier otra actividad reprobable que desarrolle el psicópata), se tiende a sostener que le corresponde punición, dado que la persona mantiene conciencia de sus actos y puede evitar cometerlos. También influye el derecho colectivo de la sociedad a protegerse de sus acciones.

En España también se considera imputable a todos los efectos, sin que la psicopatía oficie de atenuante de delito ante el tribunal. Esto quiere decir que tienen responsabilidad y plena culpa.

Es importante saber que la psicopatía es incorregible, aunque se pueden utilizar fármacos antipsicóticos para reducir su impulsividad y rehabilitación conductual con una alta disciplina, pero las terapias de rehabilitación habituales no sólo son ineficaces, sino peligrosas. Dada su incapacidad para empatizar, y que la empatización hacia sus víctimas es el pilar principal de todo proceso de rehabilitación social por el que pasan los delincuentes, la rehabilitación de los psicópatas se está basando en el egoísmo del propio sujeto, fomentando una conducta que le reporte beneficios y evite penas.

Actualmente se ha desarrollado un escáner que lee la zona del cerebro que contiene nuestras intenciones, antes de realizarlas, y se baraja la posibilidad de usarla en un futuro para descubrir nuevos casos de psicopatías. Este escáner o tomografía por emisión de positrones (PET en sus siglas en inglés) permite leer la actividad del cerebro ante determinados estímulos. Los estímulos relacionados con las capacidades de empatía se encuentran ausentes en el lóbulo prefrontal del cerebro en el caso de los psicópatas, ya que, por lo que sabemos de neurología, el lóbulo prefrontal es la sede principal de los mecanismos que hacen a nuestros razonamientos morales, y en el caso del psicópata se halla inactivo ante un estímulo que sugiera empatía hacia terceras personas.

[editar] Características clínicas de la psicopatía

El trastorno psicopático produce una conducta anormalmente agresiva y gravemente irresponsable, que según el doctor Hervey Cleckley determinan una serie de características clínicas, descritas en su libro The Mask of Sanity: An Attempt to Clarify Some Issues About the So-Called Psychopathic Personality, que incluyen:

  • Encanto superficial e inteligencia
  • Ausencia de delirios u otros signos de pensamiento no racional
  • Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas
  • Escasa fiabilidad
  • Falsedad o falta de sinceridad
  • Falta de remordimiento y vergüenza
  • Conducta antisocial sin un motivo que la justifique
  • Juicio deficiente y dificultad para aprender de la experiencia
  • Egocentrismo patológico e incapacidad para amar
  • Pobreza generalizada en las principales relaciones afectivas
  • Pérdida específica de intuición
  • Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales
  • Conducta extravagante y desagradable bajo los efectos del alcohol y, a veces, sin él
  • Amenazas de suicidio raramente consumadas
  • Vida sexual impersonal, frívola y poco estable
  • Incapacidad para seguir cualquier plan de vida

Para el doctor Robert Hare, investigador sobre psicología criminal, los criterios que definen a la personalidad psicopática pueden evaluarse mediante una lista de 20 características denominadas Psychopathy Checklist (PCL). Estas descripciones tuvieron como base el trabajo de Cleckley para definir la psicopatía a través de una serie de síntomas interpersonales, afectivos y conductuales. Los síntomas que exhiben los psicópatas son, según Hare:

  • Gran capacidad verbal y un encanto superficial
  • Autoestima exagerada
  • Constante necesidad de obtener estímulos y tendencia al aburrimiento
  • Tendencia a mentir de forma patológica
  • Comportamiento malicioso y manipulador
  • Falta de culpa o de cualquier tipo de remordimiento
  • Afectividad frívola , con una respuesta emocional superficial
  • Falta de empatía, crueldad e insensibilidad
  • Estilo de vida parasitario
  • Falta de control sobre la conducta
  • Vida sexual promiscua
  • Historial de problemas de conducta desde la niñez
  • Falta de metas realistas a largo plazo
  • Actitud impulsiva
  • Comportamiento irresponsable
  • Incapacidad patológica para aceptar responsabildiad sobre sus propios actos
  • Historial de muchos matrimonios de corta duración
  • Tendencia hacia la delincuencia juvenil
  • Revocación de la libertad condicional
  • Versatilidad para la acción criminal

sábado, 4 de diciembre de 2010

DE PSICOS

PUERILIDAD UNA DE PSICOLOGOS





DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS de práctica, un viejo psicoanalista confesaba el secreto de la conducta humana por fin revelado: “El problema es que no hay adultos”. Tal parece, en efecto. Naturalmente, esto no quiere decir que todos seamos eternamente niños (como creen algunos idealistas), sino que, a destiempo y contra la madurez que el tiempo debiera haber traído, nos mantenemos en el fondo pueriles. Los niños no son pueriles, sino eso: niños. La puerilidad es una dolencia que acompaña a la mayoría de edad mal asimilada. Consiste en atribuir desmesurada importancia a bagatelas, mientras se minimizan o infravaloran asuntos de auténtico calado. Como la puerilidad es multiforme, cada uno sólo vemos la que no compartimos. Que les hable de un par de manifestaciones que me son ajenas no quiere decir que me crea ni por un momento más maduro que los demás...

Para empezar, el iPad de Apple. Supongo que ese nuevo cachivache ofrecerá prestaciones avanzadas en su campo, comodidad de uso y aciertos de diseño. No lo sé, entiendo poco o nada del asunto. Lo pueril estriba en los ditirambos que se le tributan. “El inicio de una nueva era”, “marca un antes y un después en la comunicación cibernética”, “magia”, “prodigio”, tocar esa tableta es “como tocar la Sábana Santa”, etcétera. Por supuesto, la campaña publicitaria cumple su función, pero encuentra oídos favorables en personas por lo demás inteligentes. La temible vulgaridad cotidiana parece que va a ser rescatada milagrosamente por un nuevo instrumento. McLuhan dijo famosamente que el medio es el mensaje, pero ahora el medio parece convertirse en la excelencia del contenido: los juegos serán más que juegos, las películas más que películas, las canciones más que canciones y los libros más que libros gracias al iPad. Y todo ello aplicado a un aparato del que lo único que sabemos seguro hasta los más ignorantes es que estará obsoleto en un año o año y medio...

Segundo y quizá más notable ejemplo, sobre todo en España. El cocinero Ferran Adrià anuncia que dentro de poco cerrará por dos años su restaurante para dedicarse a la investigación: después lo reabrirá, pero ya transfigurado en algo distinto a un comedor elitista y carísimo, otra cosa inconcreta pero garantizadamente portentosa. Se oye un coro de ilustres “¡oooh!” y “¡aaah!” de anticipada maravilla. Gracias a ese artista de los guisos (a medio camino entre Leonardo da Vinci y aquel profesor chalado de los inventos del TBO) comer se ha convertido para muchos papanatas en una unidad de destino en lo universal. No he estado nunca en El Bulli porque no me gusta guardar cola ni para que me hagan regalos, mucho menos para que me saquen la pasta. Pero en cambio estoy convencido de que mejorarían mis finanzas si por cada merendero de España en que se come mejor que allí me donasen un par de euros... Lo cual no mellará, desde luego, la admiración universal por el doctor Adrià.

Supongo que sin cierta dosis de puerilidad nuestro agobio cotidiano y nuestros miedos futuros serían insoportables. Pero a veces, cuando veo los ojos suplicantes y los pies descalzos de los niños de Haití, me avergüenzo de nuestro impostado infantilismo...

jueves, 28 de octubre de 2010

PSICODELIA




PSICODELIA

Psicodelia es la adaptación al español del inglés psychedelia, un neologismo formado a partir de las palabras griegas ψυχή, "alma", y δήλομαι, "manifestar". La palabra psicodélico fue inventada por el psicólogo británico Humphry Osmond y significa "que manifiesta el alma".

Ajustándose a esa definición, todos los esfuerzos por proyectar el mundo interior de la psique pueden ser considerados, en un sentido amplio, "psicodélicos". Sin embargo, cuando se habla de psicodelia suele aludirse a una modalidad artística muy concreta: el arte psicodélico, sobre todo pictórico y musical, que se desarrolló a partir de los años cincuenta del siglo pasado. Este tipo de arte se caracteriza por evocar las vivencias propias de la experiencia psicodélica: sinestesia, alteración de la percepción del tiempo y del sentido de la identidad, empatía, etc.

La psicodelia alcanza su apogeo en la segunda mitad de los años sesenta y primera de los setenta. Es uno de los componentes más notorios de la Contracultura, pues ofrece una vía de escape de los límites impuestos a la conciencia y a la vida diaria por el sistema dominante. A partir de entonces, pierde notoriedad y va siendo desplazada por otras corrientes culturales, aunque su influencia persiste en múltiples manifestaciones contemporáneas, siendo especialmente obvia en la publicidad, el videoclip, el cine y la música psicodélica de vocación underground.

Algunos científicos y humanistas, convencidos de las posibilidades benéficas de las drogas psicodélicas para los humanos, han investigado y promocionado su uso responsable: entre ellos se cuentan Albert Hofmann, Aldous Huxley, Alan Watts, Humphry Osmond, Michael Hollingshead y más mediáticamente Timothy Leary. El uso medicinal de estos fármacos constituye la psicoterapia psicodélica.

Desde los años ochenta se han producido diversos brotes neopsicodélicos. Uno de ellos es el psychedelic trance, movimiento que retoma algunos principios de la psicodelia de los sesenta, promoviendo la empatía con el planeta y el uso de la música como herramienta de meditación. Otra manifestación reciente es el psybient, un encuentro entre la música electrónica, las estructuras complejas del rock progresivo y la estética psicodélica.

lunes, 6 de septiembre de 2010

PSICOSIS








PSICOSIS

La psicosis es un término genérico utilizado en la psicología para referirse a un estado mental descrito como una pérdida de contacto con la realidad. A las personas que lo padecen se les llama psicóticas. En la actualidad, el término «psicótico» es a menudo usado incorrectamente como sinónimo de psicopático.

Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.

Una amplia variedad de elementos del sistema nervioso, tanto orgánicos como funcionales, pueden causar una reacción psicótica. Esto ha llevado a la creencia que la psicosis es como la «fiebre» de las enfermedades mentales, un indicador serio pero no específico.1 2 Sin embargo, muchas personas tienen experiencias inusuales y de distorsión de la realidad en algún momento de sus vidas, sin volverse discapacitadas o ni siquiera angustiadas por estas experiencias.

Como resultado, se argumenta que la psicosis no está fundamentalmente separada de una consciencia normal, sino más bien es un continuum con consciencia normal.3 Desde esta perspectiva, las personas que son diagnosticadas clínicamente como psicóticas pueden estar teniendo simplemente experiencias particularmente intensas o angustiantes

Existen históricamente muchas clasificaciones, algunas de las cuales se establecían en función de ser cuadros delirante-alucinatorios (por ejemplo, las esquizofrenias) o no alucinatorios (por ejemplo laparanoia), en psicosis delirantes verosímiles o inverosímiles, bien o mal sistematizadas, en relación a su irrupción como proceso o desarrollo, etc.

En la actualidad, mundialmente se acepta como sistema de clasificación nosológica al DSM-IV, y como descripción clínico-psiquiátrica sigue teniendo peso la escuela alemana de Bleuler, Kraepelin y Kleist, y en cuanto a la descripción de delirios, la reseñada por la escuela francesa (con Gaetán de Clerembault como mayor exponente).

Por lo general el sujeto carece de introspección acerca de la naturaleza extraña o extravagante que puede adoptar su conducta o sus pensamientos, los que terminan por provocar una grave disfunción social.

domingo, 15 de agosto de 2010

PSICODRAMA

















PSICODRAMA


El Psicodrama es una forma de psicoterapia, ideada por J. L. Moreno, inspirada en el teatro de improvisación y concebida inicialmente como grupal o psicoterapia profunda de grupo
Históricamente el psicodrama representa el punto decisivo en el apartamiento del tratamiento del individuo aislado hacia el tratamiento del individuo en grupos, del tratamiento del individuo con métodos verbales hacia el tratamiento con métodos de acción.
El psicodrama pone al paciente sobre un escenario, donde puede resolver sus problemas con la ayuda de unos pocos actores terapéuticos. Es tanto un método de diagnóstico como de tratamiento.
El psicodrama es un método de psicoterapia en el cual los pacientes actúan los acontecimientos relevantes de su vida en vez de simplemente hablar sobre ellos. Esto implica explorar en la acción, no sólo los acontecimientos históricos, sino lo que es más importante, las dimensiones de los acontecimientos psicológicos no abordados habitualmente en las representaciones dramáticas convencionales: los pensamientos no verbalizados, los encuentros con quienes no están presentes, representaciones de fantasías sobre lo que los otros pueden estar sintiendo o pensando, un futuro posible imaginado y muchos otros aspectos de los fenómenos de la experiencia humana. Aunque el psicodrama es usado habitualmente en un contexto grupal y puede ser un método muy útil para catalizar el proceso grupal (y, a su vez, ser catalizado por la dinámica grupal), no debe ser considerado como una forma de terapia específicamente grupal. Puede ser usado, como sucede en Francia, con varios co-terapeutas entrenados y un solo paciente. También puede usarse el psicodrama con familias o, inclusive, en una forma modificada, en terapias individuales.
En el transcurso de los años el psicodrama ha sido utilizado como tratamiento para todo tipo de personas que sufren algún trastorno mental, así como para niños, ancianos y adolescentes inadaptados, además de ser empleado en programas de modificación de conducta. Actualmente, el psicodrama ya no se utiliza para producir reacciones catárticas, sino como instrumento para favorecer el contacto, especialmente vivo y directo, con las emociones, los sentimientos y las fantasías del sujeto, gracias a las posibilidades expresivas que brinda la representación escénica.
En resumen, el psicodrama se utilizan diversas técnicas dramáticas, guiadas por ciertos principios y reglas, y destinadas, según lo requerido por el proceso, a uno o más de los siguientes objetivos psicoterapéuticos principales:
  1. Darse cuenta de los propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones.
  2. Mejorar la comprensión de las situaciones, de los puntos de vista de otras personas y de nuestra imagen o acción sobre ellas.
  3. Investigar y descubrir la posibilidad y la propia capacidad de nuevas y más funcionales opciones de conducta (nuevas respuestas).
  4. Ensayar, aprender o prepararse para actuar las conductas o respuestas que se encontraron más convenientes.
Cabe señalar también que el psicodrama puede emplearse, no sólo como fuera concebido originalmente, en terapias de grupo, sino también en terapias individuales y en terapias de pareja

martes, 27 de abril de 2010

PSICOPATIA

















PSICOPATIA

Transcribo la definición de psicopatía del diccionario terminológico de ciencias médicas: Término general para las enfermedades mentales. // Trastorno psíquico caracterizado por deficiencia de control de las emociones e impulsos, impulsividad, insuficiencia de adaptación a las normas morales o sociales, asociabilidad y tendencia a la actuación y conductas antisociales. Y remite al sinónimo Personalidad antisocial, que define así: Entidad nosográfica de límites imprecisos que designa una evolución biográfica, un tipo específico de estructura caracterial y un conjunto habitual de conductas y síntomas. Se caracteriza por la transgresión y alteración de las normas éticas y sociales, la inestabilidad emocional, la impulsividad y tendencia a la acción y la frecuente disposición a la toxicomanía, la práctica de perversiones y la delincuencia. Sin. Personalidad psicopática. Y sigo con la Larousse: Nombre genérico de un trastorno mental. (Lo que caracteriza el trastorno mental es la perturbación de la comunicación interpersonal, a diversus niveles,y por causas biológicas o psíquicas. Según se oriente la psiquiatría en un sentido u otro de explicación, ésta será biogenética o psicogenética.) // Trastorno psíquico que se manifiesta en síntomas que configuran la personalidad psicopática. (Como clasificación nosológica tiene poca consistencia.) Y la Espasa (ed.1922) define al psicópata como persona afecta de psiconeurosis. Y la psicopatía la define como Término general para las alteraciones de la mente. A veces se emplea oponiéndolo a neuropatía, por señalar preferentemente las perturbaciones de la función intelectual. Remite a psicosis y pasa a tratar de la psicopatía sexual.

Vistas las definiciones, el nombre le viene muy grande a la enfermedad, que para entendernos lo es de carácter judicial, pero sin consistencia clínica, como dice la Larousse. En fin, una auténtica trampa para camuflar delitos y ayudar a los delincuentes a gozar de la libertad a la que tienen todo el derecho. El sufijo –patía, que hace referencia a un padecimiento, no se ve así. Parece que es de esas enfermedades que no cursan con dolor, sino que se lo causan a los sanos. ¡No todas las enfermedades iban a ocasionar dolores y padecimientos al que las sufre! Alguna enfermedad tenía que haber de la que se pudiese gozar! Porque ¡hay que ver lo que gozan algunos con sus psicopatías, y lo que hacen sufrir a otros! Porque encima resulta que muchos de esos psicópatas, los sádicos, necesitan del dolor ajeno para sentir ellos placer. ¡Qué lástima!, son unos pobres enfermos que necesitan toda nuestra comprensión y ternura. ¿Y sus víctimas? ¿Sus qué? Así que nada de paqoV (pázos), nada de dolor. Y de yuch (psyjé), de alma, tampoco. Como se dice en castizo, son unos desalmados. Es que ni la medicina quiere entrar a definir el alcance de esta palabra, porque no es propiamente una enfermedad; es un coladero. Si es cierto que están enfermos, no hay ni por qué encerrarlos, porque casi todas las enfermedades mentales se tratan en régimen ambulatorio, sin internamiento, como no sean muy graves. Y por lo visto estos psicópatas de conveniencia no necesitan ni medicación siquiera. Y se rehabilitan en seguida. Ahora que, eso sí, son muy proclives a la reincidencia. Pero tampoco es el caso de hospitalizar a uno permanentemente porque enferme a menudo. Ya se sabe, un enfermo, sobre todo si es psíquico, acarrea algunas molestias que hay que aceptar.

sábado, 13 de marzo de 2010

PSICOLOGIA







PSICOLOGIA

En los últimos tiempos se ha focalizado mucha atención en la “curación del niño interior”. John Bradshaw, entre otros, ha ayudado a popularizar la técnica de lograr que un paciente retroceda en el tiempo, en estado de relajación e hipnosis ligera, para descubrir al niño herido, confundido y vulnerable que llevaba en sí al crecer. Este concepto evolucionó a partir de las técnicas psicoanalíticas. En las asociaciones libres hechas durante la terapia tradicional suele presentarse una intensa catarsis emocional de recuerdos infantiles traumáticos. Cuando los pacientes experimentan este proceso de recuerdo y liberación emocional, que los clínicos llaman abreacción, pueden producirse cambios terapéuticos y mejorías clínicas.



El análisis transacional (AT) refinó el concepto psicoanalítico de recobrar los recuerdos de la niñez reprimidos u olvidados. En Yo estoy bien, tú estás bien, el doctor Eric Bernc. padre del AT, afirmaba que ‘todo individuo fue alguna vez más joven de lo que es ahora y lleva en sí reliquias fijadas de años anteriores que se activarán en determinadas circunstancias... Coloquialmente, cada uno lleva en si a un niñito o una niñita. “Cuando el dolor de mi niñez no ha sido resuelto y emerge en el adulto, puede provocar toda una serie de síntomas, incluidas culpa, vergüenza, depresión, falta de autoestima y conductas autodestructivas. Cuando una persona exhibe una conducta infantil, tal como hacer mohines, desatar rabietas y buscar una atención excesiva, es el niño interior el que se activa. Si estos mecanismos de activación no se traen a la conciencia, la conducta de mala adaptación que el paciente sufrió cuando niño puede volverse contra sí mismo yo contra otros. Los más vulnerables son los hijos del mismo paciente. Por ejemplo: con frecuencia sucede que el padre que maltrata sufrió a su vez malos tratos cuando niño. Los terapeutas freudianos llaman a esto ‘compulsión repetitiva’.” Bradshaw la denomina “regresión espontánea en la edad”.
Según la teoría de AT, la composición psicológica de cada persona contiene tres partes. El Niño (la criaturita que cada uno lleva en sí), el Adulto (la parte objetiva racional de esa persona en la actualidad) y el Padre (la internalización de los pensamientos, sentimientos y actos de los padres o las figuras paternas). En la terapia de AT se llevan a cabo verdaderos diálogos entre el Niño, el Adulto y el Padre. El paciente representa los diversos papeles.
Una variación conocida como psicodrama agrega aun más papeles para abrevar, durante el proceso terapéutico. de nuestros temores y vulnerabilidades infantiles arrastrados. Por ejemplo: un alter ego (una persona que observa las palabras, las conductas y el lenguaje corporal) puede hacer comentarios, en tanto otros representan los diversos papeles de Niño, Adulto y Padre. Hay participantes múltiples que actúan simultáneamente y pueden cambiar de papeles, representar encuentros dramáticos y experimentar la intensa liberación emocional que se produce cuando se traen a la conciencia dolorosos recuerdos infantiles.
Bradshaw combinó los conceptos de AT con la teoría del desarrollo de la personalidad, de Erik Erikson. De esta manera puede señalar los problemas y adaptar su terapia a determinadas etapas infantiles en especial.
La hebra común de todas estas técnicas, así como de otros métodos que emplean el diálogo con nuestro “niño”, es la memoria y la liberación emocional de recuerdos infantiles dolorosos. En las técnicas del niño interior, que con frecuencia son efectivas y suelen aplicarse a adultos criados en familias disfuncionales, abusivas y alcohólicaso drogadictas, se efectúa el contacto con los recuerdos de infancia mientras el paciente se encuentra en estado de relajación. A veces se utilizan frases o palabras claves para focalizar la atención en ciertos puntos de la niñez, de donde surgen los recuerdos más dolorosos. A veces los traumas están en todas partes. en el machacar cotidiano del maltrato negativo y socavador de los padres u otras personas significativas. Desaprender esa programación negativa es parte vital de la terapia.
Por ejemplo: en estado de relajación se envía al adulto en busca del niño” que ha llevado en su psiquis todos esos años. Se recuerda y visualiza la casa de la infancia, sus cuartos, la familia y, por fin, al niñito. El adulto, con la mayor perspectiva y comprensión traídas por la madurez, habla con el niño, razona con él, lo abraza. promete protegerlo y lo saca del ambiente traumático para traerlo al momento actual. En cierto sentido, el niño es rescatado.
En teoría, a medida que se ensancha la perspectiva de lo que ocurrió con el niño cambian las reacciones a los traumas de la infancia. Eso se llama reescribir. Es como si se reescribiera el libreto de la vida, alterando la obra. Es de esperar que el niño interior comprenda ahora que no fue responsable de causar la conducta disfuncional de los padres y pueda ahora perdonarlos o, por lo menos, comprender los motivos por los que ellos actuaban de manera tan irracional. El adulto se Convierte en el padre amoroso de su propio niño interior.
Claro que la realidad de los hechos pasados no ha cambiado en absoluto. El único cambio se produce en las reacciones internalizadas del adulto hacia esos hechos. Puede desprenderse del dolor, liberarse del sufrimiento, curar las heridas de la infancia. La técnica puede ser poderosa. Puede ser el primer paso hacia una cura.
Pero a veces no bastan siquiera estas emotivas y Conmovedoras abreacciones de la infancia. A veces hay más de una niñez involucrada A veces las raíces del dolor están aun más atrás.
Linda es una atractiva abogada de treinta y cinco años, proveniente de una pequeña población de Pensilvania. Está divorciada de un esposo por maltrato psicológico. Linda vino a mi consultorio bien vestida, con un traje de color azul marino y una blusa de cuello abierto. No usaba más joyas que un gran anillo de diamante. Se la veía serena y dominada; proyectaba sin esfuerzo la imagen de una profesional de éxito.
Mientras se desarrollaba nuestra primera sesión y Linda relataba su historia, me sorprendió la violencia de su niñez, los rumores Volcánicos que resonaban bajo ese calmo exterior Linda no tenía recuerdos de lo vivido antes de cumplir los ocho años. Ni siquiera retenía la imagen de sus padres cuando ella era niña. Pero sí recordaba que el padre solía pegarle con los puños, con cinturones, perchas para ropa y vigas de madera. Siendo pequeña la acogotaba con frecuencia, tratándola de “ramera, basura, perra”. La madre le había dicho que las palizas comenzaron a edad muy temprana. A veces ella también participaba, golpeando a la hija y rasguñándola con las uñas. Además, Linda había sufrido repetidos abusos sexuales por parte de un tío, con el conocimiento de sus padres. Me atacaron las náuseas cuando comencé a comprender el grado de abusos que esa criatura había soportado. Aun cuando niña, Linda era tan responsable que había asumido el papel de madre sustituta ante sus hermanos menores, tratando de protegerlos para que no se los tratara de igual modo. Como resultado había sufrido lo peor del maltrato paterno. Varias veces había llegado a llamar al Departamento de Bienestar Infantil, a fin de que el Estado interviniera protegiendo a los niños menores, sin resultado alguno. Los padres negaron todas las acusaciones. Cuando se retiró la asistente social que investigaba, el padre castigó a Linda hasta dejarla casi inconsciente.

En los años de la adolescencia Linda enfermó de asma. También sufría un miedo crónico y grave a sofocarse. No toleraba usar nada alrededor del cuello: ni joyas ni bufandas; ni siquiera tricotas. Deformaba los cuellos de la ropa a fuerza de estirarlos. Nunca podía abrochar el primer botón de sus blusas.
Linda había tratado varias veces de escapar, pero no tenía adónde ir. Por fin abandonó el hogar para estudiar en la universidad; se casó a edad temprana para no tener que volver jamás a su casa.
Durante esa primera sesión comencé a tratar de desenredar los hilos de la torturada historia, pero Linda no recordaba nada anterior al cuarto grado. No era sorprendente. Una pérdida de memoria puede ser algo misericordioso, sobre todo si el pasado ha sido tan violento y abusivo. Pero Linda era infeliz; tenía miedo y una miriada de síntomas tales como pesadillas recurrentes, fobias y súbitos ataques de pánico, además de un abrumador miedo a asfixiarse y a que alguien o algo le tocara el cuello.
Comprendí que debíamos explorar su pasado.
Le di una cinta grabada para que la llevara a su casa. En una de sus partes tiene una meditación relajante; al dorso, un ejercicio de regresión, con mi voz como guía en ambos. Dije a Linda que podía escuchar a voluntad cualquiera de los lados o ambos y que me llamara si le provocaba demasiada ansiedad o emociones negativas.
Ya en su casa escuchó diariamente ambos lados de la grabación. La hacía sentir muy relajada. En realidad, cada vez que la escuchaba se quedaba dormida. Sin embargo, sus síntomas y miedos paralizantes persistían sin cambios.
Linda acudió a la segunda sesión deseosa de probar la hipnosis. Llegó pronto a un nivel de trance moderadamente profundo. La conduje de regreso a su niñez; entonces pudo recordar más detalles del cuarto grado, así como su aula y su bondadosa maestra. Por fin podía ver la cara de su padre tal como era cuando ella tenía ocho años. Comenzó a sollozar. Trabajé con el “niño interior”, indicando a Linda que enviara suyo adulto a abrazar, consolar y rescatar a la vulnerable criatura de ocho años. Ella estaba llena de miedo, alivio y gratitud; se sintió reconfortada. Trató de comprender y perdonar a su padre.
Luego empleé técnicas que había desarrollado en el curso de los años para ayudarla a desprenderse de sus miedos, a ver las cosas con la perspectiva de un adulto. Utilicé los métodos de John Bradshaw y otros que han trabajado con el vulnerable y asustado niño interior. Conversamos, razonamos, sentimos y proyectamos luz y amor; hubo repasos, llantos, análisis y síntesis; reescribimos el libreto. Por noventa minutos se prolongó la purificación de su niñez. Cuando por fin emergió del estado hipnótico. Linda se sentía algo mejor.
Volvió a cantar, algo que le gustaba y no podía hacer desde la infancia, época en que cantaba en el coro de la iglesia. Su memoria había mejorado un poco. Se sentía menos nerviosa y de mejor humor. Pero su vida aún estaba llena de miedos. continuaba teniéndole terror a la sofocación y aún no toleraba sentir nada cerca del cuello. Su asma persistía.
Teníamos que continuar trabajando.
En la tercera sesión utilicé una rápida técnica de inducción que produce un profundo nivel de hipnosis en treinta segundos. Linda se vió inmediatamente sacudida por los sollozos y comenzó arquear el cuello.
—¡Alguien me tira del pelo, echándome la cabeza atrás! —gritó—. ¡Van a guillotinarme!
Había ido directamente a una experiencia de muerte. Supuse que Linda estaba en Francia, pero ella me corrigió: se encontraba en Inglaterra. (Esto me confundió. pues suponía que la guillotina se había utilizado sólo en Francia. Esa noche investigué la cuestión y descubrí que, por un breve período. también se usó en Inglaterra, Escocia y varios otros países europeos.)
Desde su estado de trance, Linda se vio decapitar. Me dijo que en esa vida tenía una hija de cinco años, quien estaba también entre la muchedumbre, observando. Después de la decapitación pusieron la cabeza en un saco de lona y lo arrojaron al río cercano. Pasamos varias veces por la escena de muerte, aliviando la emoción en cada oportunidad. hasta que pudo decirme tranquilamente todo lo que había ocurrido. Le partía el corazón tener que abandonar a su hijita.
Pasaron algunos momentos. Vi que agitaba los párpados y movía los ojos cerrados, como si estuviera buscando algo con la vista. De pronto sollozó otra vez, agitando la cabeza de lado a lado.
— ¡Es él! ¡Es mi padre! —Comprendí que se refería a su padre en la vida actual, dato que ella me confirmó acabada la regresión.— Era mi esposo. El hizo que me ejecutaran para poder estar con otra mujer. ¡Me hizo matar!
Ahora Linda comprendía por qué, según le había dicho su madre, pareció odiar al padre desde el momento en que nació. Cada vez que él la alzaba, la pequeña lloraba a gritos hasta que la dejaba. Ahora eso tenía sentido.
Linda recordó otras dos vidas pasadas durante esa sesión. Varios siglos antes había sido una mujer italiana, en feliz matrimonio con su abuelo actual. Se vio vívidamente en el bote de la pareja. Llevaba un vestido blanco y el pelo, largo y oscuro, flotaba en la brisa. En esa vida había sido feliz, llena de amor; Linda había muerto apaciblemente a edad avanzada En su vida actual tiene una relación muy cálida y amorosa con su abuelo.
En un vistazo a una tercera vida se vio en una granja grande, con parvas de heno y un molino de viento. Era anciana y tenía una familia numerosa.
Pregunté a Linda qué necesitaba aprender de esas vidas.
—A no odiar —me respondió de inmediato, desde la elevada perspectiva de su mente supraconsciente-. Debo aprender a perdonar y a no odiar.
La energía de su odio y la del violento enojo de su padre era lo que había vuelto a unirlos en esta vida, con desastrosas consecuencias Pero ahora recordaba. Ahora se podía iniciar la curación. Linda podía comprender por qué había rechazado inmediatamente a su padre y por qué uno, recurriendo a una fuente de culpa, vergüenza y violencia, había estallado repetidas veces en un torrente de abusividad. Ahora ella podía comenzar a perdonar.
Al terminar la regresión pedí a Linda que se abrochara el primer botón de la blusa. Lo hizo sin vacilar y sin rastros de nerviosismo o miedo.
Estaba curada.
La curación había requerido de tres Sesiones. Sus síntomas no se han repetido. Hasta el asma ha desaparecido casi.
La intensa segunda sesión en la que trabajamos rescatando al niño interior fue importante y la ayudó. Pero la regresión a la vida de la guillotina resultó ser el factor curativo.
En Casos como el de Linda, el trabajo con el niño interior y la consiguiente catarsis actúan como puerta a la curación que se logra, mejor y más efectivamente, a través de la terapia de vidas pasadas. Los traumas experimentados en la niñez de la vida actual son, a veces, variaciones de traumas experimentados en otras vidas. Estas vidas previas pueden ser la verdadera fuente del dolor infantil Reexperimentar la fuente del problema puede ayudar a curar al niño interior actual.
Laura, de veinticinco años, administradora de una boutique, llegó con síntomas. Sufría de depresión intermitente y de prolongados trastornos en el comer, por los cuales asistía regularmente a grupos de apoyo y terapia, como “Obesos Anónimos”. Pero tal vez su síntoma más preocupante consistía en que no estaba segura de haber sufrido o no abusos sexuales en su infancia. No tenía recuerdos claros, ni siquiera parciales, de semejante experiencia. Se trataba, antes bien, de una sensación o de un patrón de impresiones cinestésicas que tenía a veces, sobre una persona mayor que la tocaba.
Al tomar la historia introductoria de Laura, me contó que estaba distanciada de sus padres y mantenía con ellos una fría relación. Pasaban largos períodos en los que no les hablaba en absoluto; cuando lo hacía, los tres se llenaban de nerviosismo e incomodidad, a tal punto que ella se sentía “como ahogándose”. También descubrimos un detalle de su pasado, tal vez más importante: cuando Laura trataba de recordar algo de su infancia obtenía sólo un blanco. No tenía recuerdo alguno de su infancia.
Decidimos comenzar por ese síntoma. Pero primero repasamos los recuerdos de vidas anteriores que Laura había experimentado en uno de mis seminarios, algunos meses antes, y que la decidieron a explorar más sus problemas en una terapia individual.
Durante la regresión grupal, Laura se había visto en un niño francés de trece años, que llevaba arco y flechas. Una flecha ajena se le clavó en el pecho y murió. Laura reconoció en su abuela de entonces a su madre actual. En otra vida había sido un ladronzuelo callejero de Londres En una tercera se vio como muchacha quinceañera, en la España del siglo XVI. Al entrar en la vida española la estaban atando sobre una pira para quemarla por bruja pues había curado un niño de su aldea. Laura reconoció al juez que la había condenado a muerte: era su padre actual. Esos recuerdos no lastimaron a Laura. El hecho de experimentarse eterna la hacía sentir muy libre y feliz También sentía que había esperanza para sus problemas y su depresión se alivie un poco.
Cuando Laura volvió a mi consultorio se repitió la imposibilidad de obtener recuerdos de la niñez, pero aún deseaba descubrir la raíz de su problema. Como en el seminario había tenido tanto éxito en su regresión a vidas pasadas. decidimos que era el camino más fácil para su terapia y que debíamos enfocar sus problemas nuevamente con la regresión.
Una vez más, Laura tuvo recuerdos de haber muerto a edad temprana. En esa ocasión era un muchachito de catorce años, en la Francia del siglo XM miembro de una familia acomodada. Sus padres tenían un huerto de manzanas. Trágicamente, una epidemia fatal atacó a la comunidad; el vehículo de transmisión estaba en las manzanas de su familia. Sin embargo, sus parientes no tenían la menor idea del peligro que encerraba su fruta y no se los podía culpar. Laura murió en esa epidemia. pero no antes de reconocer a sus padres de esa vida, que eran sus padres en la actualidad.
Mientras repasábamos esa vida, después de la hipnosis, surgieron lemas de enojo, amor y perdón. Laura tenía que perdonar a sus padres de esa vida, porque no la habían envenenado deliberadamente. Necesitaba desprenderse de ese enojo. En su casa, Laura había utilizado mi cinta grabada para relajación y regresión. a fin de explorar las respuestas a lo que le había ocurrido durante su infancia. Las respuestas intuitivas que obtenía eran, con frecuencia, de tipo espiritual, asegurándole que la experiencia se relacionaba con el aprendizaje del equilibrio, la moderación y la armonía. Al experimentar las vidas desequilibradas y sin moderación, se había vuelto paciente y afectuosa y su mente intuitiva le decía que esas experiencias eran, en realidad, la base de la verdadera sabiduría.
Después de esta regresión fue como si se hubiera desatascado algo. Comenzaron a aflorar los recuerdos infantiles de su vida actual; entonces quedó en claro por qué habían sido bloqueados. Sus fugaces impresiones de abuso eran acertadas. En realidad, Laura había recibido maltrato sexual por parte de su padre y su tío. Desde los dos años ambos la habían sobado y manoseado, obligándola al sexo oral. Ese abuso continuó por años. Peor aun: Laura recordaba que su madre sabía de ese abuso y no hacía nada por impedirlo.
Esos recuerdos, sobre todo el de la complicidad de su madre, acentuaron por un breve período los síntomas y los problemas de Laura. Con el correr del tiempo tuvo oportunidad de integrar esas experiencias y sensaciones en la terapia. Al hacerlo comenzó a desprenderse del enfado que le causaban esos recuerdos; entonces sus trastornos en la alimentación empezaron a mejorar rápidamente. Laura pudo también poner en perspectiva la conducta abusiva de su padre y su tío. Pudo comprender que los tormentos recibidos de su padre se iniciaban mucho antes. Aunque en esa vida pasada no había abusado específicamente de ella, la había hecho ejecutar. Por lo tanto, en esta vida podía tener una percepción borrosa de los límites habituales que existen entre padres e hijos. Sus impulsos sexuales hacia ella pueden haber sido más fuertes que si no hubieran existido vínculos previos entre los dos. Laura pudo también comprender que había vivido una serie de existencias en que las figuras paternas no pudieron protegerla de la muerte o de la pobreza; esas vidas habían sido lecciones de amor, paciencia y sabiduría.
El vínculo entre Laura y su padre en una vida pasada es típico de las relaciones turbulentas en la vida actual. Con frecuencia. el hecho de que en una vida anterior el victimario actual haya puesto en peligro o dañado a la víctima hace más probable que el victimario trasgreda, en la vida presente, los límites y tabúes del incesto. Es como si ya se hubieran debilitado las fronteras esenciales y los límites que mantienen la seguridad y el bienestar entre ambos ya han sido franqueados. Esto parece hacer más difícil para ambos el evitar caer en una nueva variante de ese antiguo patrón de abuso, dolor y abandono. Esto no significa que las víctimas del maltrato lo merezcan, lo pidan o que estén destinadas a repetir ese modelo vida tras vida. Existe siempre el libre albedrío. Una situación tan volátil puede crear condiciones muy especiales para un crecimiento emotivo y espiritual acelerado. Se pueden superar las tentaciones y aprender las lecciones.
Es llamativo que Laura no haya podido recordar nada de su infancia hasta que se estableció el contexto de vidas pasadas. Sólo después de haber logrado esa perspectiva más amplia pudo traer a la superficie los recuerdos de su dolorosa niñez actual. Sólo entonces pudo reconfortar al niño interior. La catarsis se produjo. La curación podía comenzar.
Por comparación, no fue ninguna sorpresa que Laura dejara de comer en exceso. En la actualidad continúa reduciendo lentamente de peso y ya no cae en ataques de glotonería. Su depresión ha pasado. De vez en cuando se reúne con sus padres para tratar de recomponer sus relaciones; el nerviosismo que le provocaban esos reencuentros se ha aliviado considerablemente Tras muchos años de luchar con sus síntomas y tratar de comprenderlos por otras formas de terapia. Laura halló una curación rápida y duradera.
La influencia del abuso sexual contra las niñas, en este país, es asombrosamente alta. Aproximadamente una de cada tres niñas es víctima de abusos sexuales en la niñez; lo mismo ocurre con uno de cada cinco varones. La terapia de vidas pasadas puede ser importante para el proceso de curación, pues a muchos sobrevivientes adultos les proporciona un medio rápido y seguro de develar y aclarar la experiencia; además, ofrece un marco emotivo y espiritual más amplio para procesar e integrar los recuerdos y sentimientos que se liberan durante el proceso de curación. La terapia de vidas pasadas da a las víctimas nuevos asideros para enfocar y asir sus experiencias.
En las manos de un terapeuta preparado, la terapia de vidas pasadas aplicada al abuso sexual no es peligrosa. En la situación terapéutica, ninguna víctima necesita tener miedo de reexperimentar dolorosos recuerdos reprimidos. Según mi experiencia con pacientes como Laura, al revivir recuerdos en este contexto se caracteriza por una sensación liberadora. La terapia permite a la víctima consolar al niño interior de esta vida. Mejoran muchos aspectos de la vida adulta, sobre todo las relaciones.
Un recuerdo bloqueado de abuso sexual representa un monumental desafío a nuestra capacidad de hallar gozo, satisfacción e intimidad en las relaciones adultas. Los sobrevivientes adultos tienden a protegerse contra una repetición del dolor sepultado. Esta tendencia es otra manifestación de la misma dinámica que impulsa a ciertas mujeres a protegerse simbólicamente del dolor de origen sexual aumentando de peso para disimular el atractivo físico. En el capítulo siguiente analizaremos este aspecto en más profundidad.
El doctor John Briere, investigador del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California del Sur, dijo que una de las evaluaciones más dolorosas que ha escuchado una y otra vez de las víctimas adultas del abuso sexual infantil es saber que papá me hizo daño en su beneficio. Papá estaba dispuesto a sacrificar mis necesidades para satisfacer las suyas. El doctor Briere también observó que una víctima de maltrato sexual infantil pierde la noción de que se puede confiar en la persona cálida y afectuosa que nos cuida; es una idea que con frecuencia no se recupera jamás”. En cambio, esa realidad es remplazada por otra en la que el niño sabe que una persona “aparentemente buena es muy capaz de ser mala”. El sentido de confianza queda destrozado.
El doctor David L. Corwin, profesor de psiquiatría de la Universidad de Washington, ha observado que, con frecuencia, el abuso sexual infantil por parte del padre origina una profunda sensación de privación y de autoestima gravemente afectada. El resultado es que “esas actitudes socavan la capacidad de hacerse valer y protegerse. de sentir que se tiene derecho, como persona, a esperar y exigir que se la trate con respeto, cariño y decoro”. Las mujeres “empiezan a pensar que son malas para preservar la imagen de un padre idealizado”. Entonces la terapia puede “ayudar a la víctima del abuso infantil a ‘desaprender’ los conceptos negativos de sí misma y convertirse en sobreviviente en todo el sentido de la palabra”.
No es preciso que el abuso se produzca en la vida actual o en la niñez para influir sobre las relaciones de la vida actual.
Emily, de cuarenta y tres años, vino a mi despacho afectada de temores que ella describía como “irreales”. Tenía ataques de ansiedad y pánico, miedo al abandono y a la pérdida y aversión al sexo, sobre todo a la eyaculación. Como resultado mantenía con su esposo una relación muy problemática. Sentía miedo de ese hombre, con el que había compartido una parte tan grande de su vida. Es innecesario decir que de estos sentimientos nacían muchos de los conflictos conyugales. Fmily había perdido recientemente a su hijo adolescente, en un accidente de tránsito, y aún no superaba el duelo. También era miembro de Alcohólicos Anónimos, donde marchaba bien, sin recaidas.


Creamos situaciones y después renunciamos a nuestro poder culpando a otros de nuestras frustraciones. No hay persona, lugar ni cosa que tenga ningún poder sobre nosotros. En nuestra mente, sólo pensamos nosotros.
Poder
Adondequiera que vayas y con quienquiera que te encuentres, allí hallarás a tu propio amor esperándote.