EL CLIMA

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lunes, 18 de abril de 2011

EL CONSUMO DE ALCOHOL....


http://us.123rf.com/400wm/400/400/bds/bds1102/bds110200647/8830790-yound-hermosa-mujer-en-depresi-n-consumo-de-alcohol.jpg



PRODUCE CANCER.


Hace ya varios años que se conoce la incidencia del consumo de alcohol en ciertos tipos de cáncer. Ahora, un amplio estudio realizado en ocho países europeos, publicado en el British Medical Journal, lo plantea como causa en el 10% de los casos de cáncer en hombres, y en el 3% de los casos en mujeres.

El trabajo forma parte de EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), un estudio multicéntrico que durante ocho años hizo el seguimiento de 520.000 personas de ambos sexos, en su mayoría comprendidas entre los 37 y los 70 años (ver Las claves de un...). Para este abordaje se analizaron los datos de 109.118 hombres y 254.870 mujeres.

Es la primera vez que se pone el foco, en forma discriminada, en el consumo habitual de alcohol no sólo en el presente (durante los últimos 12 meses), sino también durante el pasado.

Los investigadores examinaron, además, si la ingesta fue inferior o superior a 12 gramos diarios en las mujeres, y a 24 gramos en los hombres, cantidades consideradas como moderadas por la OMS (ver Qué se recomienda).

En los hombres, 18 de cada 100 casos de cáncer estaban relacionados con consumos superiores a esas cifras, mientras que en las mujeres, esto se vio en 4 de cada 100 casos. Pero esa relación también estuvo presente en ingestas bajas, aunque en menor medida (3 de cada 100 en varones, y uno de cada 100 en mujeres. “Es decir que si uno se atuviera a esos límites, el riesgo de contraer cáncer por esa causa bajaría mucho, aunque no desaparecería del todo”, traduce la doctora Dora Loria, oncóloga y epidemióloga.

La incidencia mayor se observó en los cánceres del tracto aerodigestivo superior: 44% en los hombres y 25% en las mujeres. Le siguen el cáncer de hígado, con el 33% y el 18% respectivamente; y el cáncer colorrectal, con el 4% para ambos sexos. “Son sitios tumorales donde hay contacto con el alcohol”, señala Loria.

“En general, asociábamos el alcohol al desarrollo de los tumores de la cavidad oral y de la laringe – recuerda la doctora Berta Roth, directora del Instituto Roffo –. Y en 2007, la IARC (Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, dependiente de la OMS), estableció una asociación importante en los cánceres de mama y colorrectal”. En ese sentido, el estudio de EPIC también descubrió que el 5% de los casos de cáncer femenino de mama era atribuible al consumo de alcohol.

“Uno de los desafíos de mayor trascendencia sigue siendo la determinación de los mecanismos que llevan a la transformación de una célula normal en una célula neoplásica –reflexiona Roth–. Hay causas físicas (radiaciones solares e ionizantes), químicas (tabaco, pesticidas, arsénico), biológicas (virus, sobre todo HPV –papiloma humano– y hepatitis). Y también hablamos de promotores: agentes que, sin ser cancerígenos por sí mismos, pueden contribuir al desarrollo de un patología tumoral: dieta, alcohol, consumo de hormonas, estrés”.

Pero este estudio ya habla de “relación de causalidad” .

Se ignora cómo se desencadena esta relación. Según la IARC, se cree que ocurre cuando las personas están expuestas al etanol (principal componente de las bebidas alcohólicas) y a otro químico, el acetaldehído, que se produce cuando se metaboliza el alcohol. También puede afectar la liberación de hormonas, como el estrógeno, un factor presente en los cánceres de mama, ovario y útero.

En los hombres fumadores, los investigadores notaron, además, una sinergia con el alcohol en los cánceres del tracto aerodigestivo superior y de hígado. En las fumadoras, esto se ve en el cáncer colorrectal. “Las mucosas están irritadas, y es factible que la acción del alcohol sea mayor”, indica Loria.

“En los tumores de la orofaringe (amígdala, paladar, base de lengua), tienen peor evolución los pacientes que toman alcohol y fuman, que los que sólo ‘expresan’ el virus HPV”, observa Roffo.

Pero además, agrega, las personas que beben alcohol en exceso no se alimentan bien.

“Hasta ahora, los factores de riesgo para enfermedades no trasmisibles eran la dieta, la falta de actividad física y el tabaco –subraya Sebastián Laspiur, director nacional de Promoción y Protección de la Salud–. Ahora, la OMS introdujo también al alcohol”.


Qué se recomienda

Según la OMS, un consumo diario moderado de alcohol es de hasta 20 gramos en las mujeres, y 30 gramos en los hombres. La diferencia se debe a que las mujeres metabolizan el alcohol más lentamente que los hombres y que, en promedio, su volumen corporal es menor.

Sin embargo, el estudio EPIC tomó como consumo recomendado, cantidades inferiores a las sugeridas por la OMS: 12 gramos de alcohol por día en mujeres, y 24 gramos en hombres. Aun con estas ingestas se demostró una relación con el cáncer.

Doce gramos de alcohol equivalen a un porrón de cerveza, o a una copa de vino, o también a dos tercios de una medida de whisky.

martes, 22 de febrero de 2011

ALCOHOL, UNA DEBILIDAD MORTAL.




El mapa de arriba muestra la distribución del consumo de alcohol puro en el mundo. No es que las personas tomen alcohol puro, sino que es la suma del alcohol presente en las bebidas alcohólicas consumidas a lo largo de un año. La marea roja que cubre Asia y Europa son 13 litros o más de alcohol puro por persona por año. Los países de la ex-Unión Soviética son los más afectados, con consumos que alcanzan los 18,2 litros por persona. En el mismo mapa, Argentina aparece en el rango de consumo de 10 a 12,49 litros per capita entre personas mayores de 15 años. El promedio mundial fue de 6,1 litros. Los datos abarcan los años 2003-2005 y fueron publicados el 11 de febrero por la Organización Mundial de la Salud. Sus principales conceptos:
  • El consumo nocivo de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año (más que el SIDA o la tuberculosis
  • Unos 320 000 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren por causas relacionadas con el consumo de alcohol, lo que representa un 9% de las defunciones en ese grupo etario.
  • El consumo de alcohol ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo de la carga mundial de morbilidad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las Américas, y el segundo en Europa.

Autos y alcohol

El informe de prensa de la OMS resalta en un párrafo:
Una proporción considerable de la fracción de la carga de morbilidad atribuible a la ingestión nociva de bebidas alcohólicas está ligada a los traumatismos involuntarios e intencionales, en particular los causados por los accidentes de tránsito (…)
En la Argentina, el 50% de las muertes que se producen en accidentes de tránsito involucran a una persona alcoholizada (2007). Las estadísticas detalladas de otros países son muy elocuentes al relacionar las muertes y heridas de accidentes de autos con el alcohol. Por ejemplo, en el año 2005 en EE.UU murieron 16.885 personas en accidentes que involucraban automóviles y alcohol, lo que representa el 39% de todas las muertes automovilísticas. Por la noche, el 60% de los accidentes tiene relación directa con bebidas alcohólicas.
El economista Steve Levitt en su libro Superfreakonomics se formuló una pregunta extravagante

¿Por qué la gente se pone al volante después de haber bebido?

Puede ser porque a los conductores bebidos casi nunca los atrapan. Solo se da una detención cada 43.000 kilómetros recorridos conduciendo borracho. Esto significa que podría conducir cruzando EE.UU ida y vuelta tres veces, bebiendo cerveza todo el tiempo, antes de que le hagan parar. Como sucede con casi todas las malas conductas, probablemente la de conducir borracho se podría erradicar si se instituyera un incentivo lo bastante fuerte: controles de carretera al azar, por ejemplo, en los que se ejecutara al instante a los conductores borrachos. Pero lo más probable es que nuestra sociedad no tenga estómago para eso.
Más adelante en Superfrekonomics, un personaje imaginario que ha estado en una fiesta bebiendo, tiene que tomar una decisión clave, volver a su casa conduciendo su auto, o volver caminando. Decide volver a pie, su casa se encuentra apenas a un kilómetro y medio.
Pero ¿debería hacerlo? Todos sabemos que conducir borracho es sumamente peligroso, pero ¿qué me dicen de caminar borracho? ¿Es tan fácil la decisión? Veamos algunas cifras. Cada año, más de mil peatones borrachos mueren en accidentes de tránsito. Se bajan de las aceras en las calles de las ciudades; se tumban a descansar en las carreteras rurales; se lanzan como locos a cruzar autovías muy transitadas. Comparado con el número total de personas que mueren cada año en accidentes de tránsito relacionados con el alcohol -unas 13.000- el número de peatones borrachos muertos es relativamente pequeño. Pero cuando decides si vas a caminar o a conducir, lo que cuenta no es el número total. La pregunta relevante es esta: en relación con los kilómetros recorridos, ¿es más peligroso conducir borracho o caminar borracho?

sábado, 19 de febrero de 2011

ALCOHOLISMO un vicio realmente insoportable.




Alcoholismo
Es una enfermedad crónica y se considera una adicción de las más habituales y peligrosas, ya que por lo regular termina con el fallecimiento de quien la padece. La afección se caracteriza por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual ocasiona problemas físicos, mentales, emocionales o sociales, entre otros.
Consideraciones
El alcohol es la droga más antigua y de mayor uso en el mundo. Se estima que 15 a 20% de las consultas recibidas por los médicos de cabecera son atribuibles al alcohol o a sus consecuencias; el abuso de esta sustancia puede originar serios problemas de salud, incluso cirrosis (destrucción del hígado), demencia y daño a los músculos del corazón (cardiomipatía). Los alcohólicos tienen mayor riesgo de accidentes, especialmente cuando están ebrios (borrachos). El alcoholismo afecta seriamente la relación del alcohólico con su familia, limita las aspiraciones profesionales del individuo y, sin no se recibe tratamiento a tiempo, finalmente ocasiona la muerte.
Causas
No se ha identificado una causa específica que genere la dependencia al alcohol. Sin embargo, se han propuesto algunos factores que pueden contribuir a que ésta se genere como son: las amistades, algún familiar alcohólico, ansiedad, baja autoestima, estrés, infelicidad, entre otros.
Manifestaciones
Los afectados pueden presentar algunas de las siguientes características:
Beber alcohol dos o tres veces a la semana
Tomar solo o a escondidas
Dejar pendientes compromisos o actividades por beber
Necesidad de tomar alcohol para estar tranquilo
Llegar con frecuencia a la embriaguez
Tener problemas familiares, sociales o laborales debido a las consecuencias de beber
Problemas sexuales en el hombre (alteraciones en la erección)
Falta de menstruación (sangrados mensuales en la mujer)
Alteraciones en el tracto gastrointestinal (agruras, sangrado, dolor)
Anemia (palidez)
Desnutrición

Si usted presenta algunas de estas manifestaciones acuda con algún grupo de autoayuda
Diagnóstico
Las consecuencias adversas asociadas al consumo excesivo de alcohol deben poner en alerta a los amigos o familiares. El paciente acude al médico no por el beber demasiado si no por alguna otra manifestación como: daño en el aparato digestivo (esófago, estómago, páncreas o hígado), así como trastornos en el corazón, de la sangre o de los músculos, por mencionar algunos. Su médico puede aplicarle un cuestionario que lo orientará para saber si presenta esta alteración.
Tratamiento
El afectado primeramente debe aceptar que el alcohol le está afectando su salud, para que pueda recibir ayuda. Se han intentado varias maneras de tratar esta enfermedad, pero la más eficaz ha sido la asistencia del individuo y de sus familiares a los grupos de autoayuda (alcohólicos anónimos) u otras agrupaciones similares. Cuando se presenta intoxicación aguda o síndrome de abstinencia, se puede requerir tratamiento médico de desintoxicación, para lo cual se utilizan fármacos y posteriormente se inicia la rehabilitación. Los complementos alimenticios son de utilidad para restablecer el vigor físico.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

EVITE LA RESACA, NO BEBA ALCOHOL POR FAVOR.

Remedios de la abuela para la resaca

remedio resaca






Desde tiempo inmemorial se viene utilizando este remedio contra la resaca, consistente en cocer ortigas, purificará nuestro organismo de alcohol y nos dará energia para afrontar "el día después"...

Sólo es necesarío un puñado de hojas de ortiga, cuarto de litro de agua y un limon, hay que cocer las ortigas en el agua durante 5 minutos, luego colarlo para eliminar los restos vegetales y mezclarlo con el zumo de limón en el momento de consumirlo.

Se recomienda tomar al despertarnos y en ayunas.

Los trucos caseros tradicionales han demostrado sus beneficios para la salud a lo largo de la historia, aprovechemos estos recursos naturales y mejoremos nuestra salud.

lunes, 31 de mayo de 2010

ALCOHOREXIA LA NUEVA PESTE












Los sábados no almuerzo y durante la tarde como una ensalada de lechuga y alguna fruta, así a la noche puedo tomar todo lo que quiero sin zarparme con las calorías”, asegura Vanesa, de 24 años, quien sufre de anorexia nerviosa y que, desde el año pasado, comenzó a darse cuenta de que su gusto por las bebidas la había transformado en otra víctima del alcoholismo.

Lo de Vanesa no es más que la combinación de dos enfermedades (la anorexia y el alcoholismo) que da origen a otra: la alcohorexia. Si bien en la Argentina no es una patología común, vale destacar que se manifiesta cada vez con mayor frecuencia entre las mujeres jóvenes de nivel socioeconómico medio y alto.

Si bien “alcohorexia” todavía no es un término médico oficial, ya es considerado por los especialistas como un grave problema sanitario que afecta a unas 180 mil mujeres sólo en la Argentina.

Este nuevo mal tiene sus variantes: hay pacientes que cuentan las calorías que dejarán de ingerir para reemplazarlas por alcohol y así no engordar; otras dejan de comer para reemplazar los valores calóricos de los alimentos con el alcohol, y un tercer grupo usan el alcohol después de comer en exceso para provocar el vómito y evitar engordar.

La médica nutricionista Mónica Katz, de la Fundación Favaloro, lo explica: “Se trata de una conjugación de anorexia, bulimia y alcoholismo. Consiste en no comer sometiéndose a una abstinencia alimenticia voluntaria o realizar un atracón y posteriormente provocar el vómito, teniendo como tónica dominante en ambas conductas el abuso de bebidas alcohólicas”.

Según los especialistas, en los últimos cinco años se triplicó el número de pacientes víctimas de esta enfermedad que combina “malos hábitos nutricionales con un fuerte componente adictivo”. En general, las afectadas no creen tener problemas con el alcohol. Dicen que saben controlar cuánto toman y cuánto dejar de comer para amortizar las más de 200 calorías que aporta un trago, las mismas que podrían jugar en contra de sus ansias por bajar de peso. “Pareciera que las mujeres no tienen en cuenta las calorías del alcohol; son capaces de no comer para ahorrar calorías, pero no resignan la bebida del fin de semana”, aporta la profesional.

“Hay mujeres que temen meterse una uva en la boca, pero no tienen ningún problema en tomar una cerveza”, dice el doctor Douglas Bunnell, director de los servicios clínicos externos del Centro Renfrew de Filadelfia, en Estados Unidos. Este centro ofrece un enfoque dual sobre el abuso de sustancias y los trastornos alimentarios. “El hábito de emborracharse es de onda, mientras que estar delgado es un imperativo cultural para las jóvenes, por ende no es sorprendente la mezcla de ambas cosas, aunque ha llegado a un punto crítico en términos de conciencia pública”, reconoce.

Una indiscutible razón biológica agrava aún más la situación: las mujeres metabolizan el alcohol a una velocidad un 50% menor que los hombres, con lo cual el efecto es peor. Y si a esto le sumamos el hecho de no haber comido, la ecuación es explosiva. “Si el alcohol se consume sin alimentación de por medio pasa más rápido a la sangre y por lo tanto sus efectos son más rápidos: ebriedad y malestar general; lo preocupante es que el organismo se deteriora por doble vía: una por alcoholismo y otra por la malnutrición”, afirmó Katz.

PACIENTES. Jorgelina tiene 30 años, es licenciada en Ciencias Políticas y se volvió anoréxica a los 23. “Fue en la época que estudiaba en la facultad. Llegué a estar dos meses casi sin comer, apenas ingería pequeñas porciones bajas en calorías. Después empecé a comer mucho y luego forzaba el vómito. Usaba el alcohol para vomitar”, relata la mujer que ya superó el mal trance originado por la enfermedad cuyo nombre “no se conocía en aquel momento”.

También es común que exista una negación sistemática del problema por parte de quien lo sufre. “Como en todo trastorno metabólico, los pacientes no se dan cuenta de que lo padecen y que están dentro de un círculo vicioso para su organismo, por eso es importante la detección por parte de la familia o del médico de cabecera de los primeros síntomas: cuando dejan de comer, comienzan a realizar ejercicio excesivo, ingieren laxantes, tardan más tiempo en el baño y se provocan el vómito y, por supuesto, cuando ingieren frecuentemente alcohol”, explicó la psiquiatra Lilian Urrutia, especialista en trastornos alimentarios.

“La gente está empezando a darse cuenta de que la comida puede funcionar de la misma forma que las drogas y el alcohol”, afirmó la doctora Suzette M. Evans, catedrática de Neurología Clínica en Columbia y autora de una investigación sobre la conexión entre la bulimia y el abuso de sustancias adictivas.

Si bien no hay estadísticas fidedignas, los especialistas hablan de un incremento sostenido en el nivel de consultas en los últimos años, que alcanza a triplicar los casos. Desde la Subsecretaría de Adicciones de la provincia de Buenos Aires admiten el crecimiento de los casos, aunque son cautelosos a la hora de tipificar la alcohorexia como una nueva patología. “Es cierto que cada vez hay más mujeres que padecen ambas enfermedades combinadas, pero no me animo a considerarla una enfermedad en sí misma”, afirmó María Graciela García, responsable del organismo público. “Estos trastornos están enmarcados en un cuadro general de depresión originado en el vacío de afecto que padecen muchos jóvenes”, agregó la funcionaria.

LAS CLAVES

* La edad de las más afectadas varía entre los 18 y los 30 años.

* El mayor peligro de quienes padecen alcohorexia, además de los provocados por la anorexia y la bulimia, es que el alcohol se convierte en la única fuente de calorías con la que se sustentan.

* Hay mujeres que, además, combinan el alcohol con metanfetaminas para inhibir el hambre.

* El 30% de los bulímicos y el 25% de los anoréxicos tienen problemas con el alcohol, según un estudio publicado por la revista Biological Psychiatry.

* Según la Asociación Argentina para la Prevención de los Trastornos de la Conducta Nutricional (AAPTCN), alrededor del 4% de las mujeres argentinas padecen esta enfermedad. Se considera que hay aproximadamente 18 millones de mujeres en el país, y es posible inferir que alrededor de 180 mil pueden ser víctimas de la alcohorexia.

* El alcohol consume grandes cantidades de vitaminas del grupo B para su degradación y pone al organismo al borde la deficiencia.

* Esta patología se descubrió por un reportaje hecho por The New York Times durante 2008, que habla de las mujeres que en Estados Unidos están recurriendo a dejar de comer para compensar las calorías que adquieren al tomar alcohol.

En España y Estados Unidos la llaman drunkorexia

En España y Estados Unidos llaman drunkorexia (“drunk”, borracho en inglés) al desorden alimentario por el que una persona deja de comer para compensar las calorías con lo que toma de alcohol. Y, según informa la Asociación Nacional de Trastornos de la Conducta Alimentaria norteamericana, es una práctica que se extiende no sólo entre las adolescentes sino también entre mujeres adultas. “La obsesión con estar delgado y la aceptación social del consumo de alcohol son parte del origen de este grave trastorno”, explica Douglas Bunnell, presidente de la entidad. A esta nueva tipología se le suma otro trastorno bautizado “diabulimia”, que afecta a las personas diagnosticadas con diabetes tipo I, es decir, que necesitan tratamiento crónico con insulina. Como la falta de insulina hace perder peso porque el páncreas no puede metabolizar la glucosa, algunos diabéticos –especialmente mujeres– no se inyectan la cantidad de hormona que deberían para poder adelgazar poniendo en riesgo su vida.

El mal de Beckham

Famosas como Victoria Beckham, Lindsay Lohan, Tara Reid o Misha Burton forman parte de la cada vez más larga lista de mujeres que la padecen. La Spice Girl reconoció que intentaba combatir su delgadez bebiendo alcohol para añadir más calorías en su cuerpo, ya que, según ella, la comida no la engordaba. En septiembre de 2008 gastó 14.000 dólares en champagne en una noche. La bebida elegida fue Perrier Jouet Belle Époque Blanc de Blancs de 1.160 dólares la botella.

sábado, 21 de noviembre de 2009

OJO CON ESTE....


El alcohol en grandes cantidades ¿protege o mata?

Ahora dicen que tomar en exceso y todos los días hace bien a la salud.

Quizás ahora los borrachos tengan una nueva excusa para ampararse en al bebida: según un polémico estudio llevado a cabo en España, tomar en exceso reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares en los hombres.

El estudio analizó los hábitos de consumo de alcohol de más de 15.500 hombres y 26.000 mujeres de entre 29 y 69 años durante 10 años y encontraron que el consumo alto y moderado de alcohol –más allá del tipo de bebida- logró reducir hasta en 50% las tasas de enfermedades coronarias en los hombres.

Los investigadores dividieron a los participantes en seis categorías: desde los que nunca habían bebido hasta los que bebían más de 90 gramos de alcohol cada día (esta cifra es el equivalente de consumir unas ocho botellas de vino a la semana o 16 litros de cerveza rubia).

Los que bebían poco -menos de un vaso de vodka al día por ejemplo- mostraron una reducción de 35% en el riesgo de enfermedades cardíacas. Pero entre los que bebían entre tres y once vasos al día, el riesgo se reducía en 50% en promedio.

Las mujeres no tuvieron la misma suerte, ya que no se obtuvieron los mismos beneficios, porque procesan el alcohol de una forma distinta, afirma el estudio publicado en la revista especializada Heart.

Aunque... bueno, tampoco es cuestión de tomar las cosas al pie de la letra. Varios expertos, un poco escépticos, advierten esto no debería considerarse como una invitación para aumentar el consumo de alcohol.

Y es que una de las limitaciones de este estudio es que no mostró si el consumo de alcohol entre los participantes tuvo un impacto en otras enfermedades, o si murieron de enfermedades no relacionadas al corazón.

Será cuestión, entonces, de esperar a ver qué pasa con el prototipo de alcohol saludable, para poder aprovechar de la bebida al máximo.