EL CLIMA

sábado, 12 de marzo de 2016

Es importante leer este informe



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Por Dr. Mercola

Una vez que empiece a leer las etiquetas, se dará cuenta de que están en todas partes.

La mejor manera de evitar los aditivos químicos tóxicos es consumir únicamente alimentos enteros y frescos.

Pero en términos prácticos, esto puede ser difícil de hacer para muchas personas, al menos el 100 por ciento del tiempo. Lo más probable es que, a pesar de sus mejores esfuerzos, consuma uno o dos alimentos procesados en cualquier momento de su alimentación.

Por lo tanto, es bueno saber cuáles de los miles de aditivos químicos son los más peligrosos y que debería evitar a toda costa cuando lo identifica en una etiqueta de alimentos.




Un artículo recientemente publicado en One Green Planet1 destaca ocho ingredientes particularmente dañinos que usted y sus hijos probablemente están comiendo. Parece que hay un buen consenso sobre lo peor de lo peor, ya que siete de ellos también eran apodados “Scary Seven”2 por Andrea Donsky de Naturally Savvy.

Si nota cualquiera de estos en una etiqueta de los alimentos, regréselo rápidamente al estante. Aunque estoy de acuerdo con todas las opciones de One Green Planet, aquí seleccioné los que yo considero son los peores ingredientes que se encuentran en los alimentos procesados.

Endulzantes Artificiales

Los estudios han demostrado que al probar algo dulce aumenta el hambre, independientemente de las calorías, y el consumo de endulzantes artificiales ha demostrado causar un mayor aumento de peso que consumir azúcar.

El aspartame parece tener el efecto más pronunciado, pero lo mismo se aplica para otros endulzantes artificiales, como el acesulfame de potasio, sucralosa, y sacarina. Por desgracia, el aumento de peso es sólo la punta del iceberg cuando se trata de los riesgos para la salud de los endulzantes artificiales.

Los endulzantes artificiales aumentan el riesgo de diabetes. Un estudio reciente en la revista Nature3 nos dijo por qué—ellos alteran negativamente su microbioma intestinal. Por ejemplo, el endulzante artificial de mayor venta Splenda (sucralosa) puede destruir hasta el 50 por ciento de su flora intestinal benefica.4

Se ha sabido desde hace tiempo que consumir sucralosa puede causar o agravar la enfermedad inflamatoria intestinal debido a que interfiere con la función gastrointestinal.5

Estudios en animales y humanos han demostrado que la Splenda altera la función de la glucosa y la insulina, promoviendo de esta manera el aumento de peso, resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.

Pero hay otras preocupaciones de que la sucralosa puede causar daño en el ADN, y cuando se calienta libera cloropropanoles, que son miembros de una clase extremadamente peligrosa de carcinógenos llamados dioxinas.6 Los endulzantes artificiales son un grupo de aditivos químicos que deben evitarse por completo.

Grasas Trans y Aceites Vegetales

Desde que fueron introducidas las grasas trans en 1911, la grasa trans “Crisco” ha sido implicada en numerosos problemas de salud graves. En primer lugar, promueven la inflamación, que es un punto de referencia de la mayoría de las enfermedades crónicas.

Las grasas trans también interfieren con la función básica de la membrana celular, lo que puede preparar el camino para el cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Las grasas trans pueden aumentar radicalmente el riesgo de accidente cerebrovascular. Un estudio en 2010 que involucro a mujeres posmenopáusicas encontró una incidencia 30 por ciento más elevada de accidentes cerebrovasculares isquémicos entre las mujeres cuyo consumo diario de grasas trans era el más elevado.7

Mientras que las grasas trans son ampliamente reconocidas como nocivas y se están eliminando en gran medida, muchos restaurantes están regresando al uso de aceites vegetales sintéticos, que pueden agravar aún MÁS el problema debido a la gran cantidad en la que ahora se consumen.

Los aceites vegetales hidrogenados están presentes en la mayoría de los alimentos procesados, incluyendo galletas, papas fritas, alimentos fritos, y muchos otros. Hoy en día las personas en Estados Unidos comen más de 100,000 veces más aceites vegetales que a principios del siglo 20—los aceites vegetales ahora representar un  siete u ocho por ciento de todas las calorías consumidas.

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