EL CLIMA

lunes, 15 de febrero de 2016

Reproducimos aqui, otra impactante leyenda publicada por nuestra amiga española JULIA POMPOSO




LA FOTITO ES ILUSTRATIVA 



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A nuestra Patarrona se la llama en otros lugares La Vieja Cuaresma, y cada pierna de la anciana es una semana que queda para la Pascua; en algunos lugares, como en Fuente del Arco, tiene una leyenda más triste.

Andaba por estos días La Patarrona recorriendo pueblos extremeños. La Patarrona es una vieja con muchas muchas piernas que amenaza a los niños con ponerles un grano en la cara si no cumplen sus exigencias. La Patarrona comenzó a caminar en Italia y Cataluña con siete patas y terminó en Extremadura con solo cinco. Empezó siendo una vieja desagradable y terminó convertida en una simpática bruja. Nació cuaresmera y la hicimos carnavalera.





A nuestra Patarrona se la llama en otros lugares La Vieja Cuaresma, y cada pierna de la anciana es una semana que queda para la Pascua. Pero, en algunos lugares de Extremadura, como en Fuente del Arco, La Vieja Cuaresma tiene una leyenda más triste, aunque vestida con los mismos ropajes de bruja anciana.

Acudimos a Fuente del Arco siguiendo el rastro de las leyendas que el filólogo y escritor Manuel Vilches nos relata en su libro La Tierra de Jayón, y concretamente una de ellas: La cueva Cuaresma.


Con una cesta en una mano y un pescado en la otra, esta vieja refunfuñona de siete piernas es la encargada de asustar a los más pequeños.

Cuenta la leyenda que en la Cuaresma, para que los niños comiesen pescado, se les atormentaba con la llegada de la ‘Jaia Corema’, o lo que es lo mismo, la Vieja Cuaresma.

Ésta es una historia muy popular en las Baleares, Cataluña y algunas regiones de Italia, aunque en cada lugar se interpreta de distinta manera. En Mallorca, la Jaia se representa con la figura de una señora vieja y arrugada vestida con la indumentaria típica de las payesas, que en su mano derecha lleva un pescado y con la izquierda sostiene una cesta. Pero sin duda la peculiaridad de esta vieja refunfuñona está en sus piernas.

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