domingo, 10 de enero de 2016
La cebolla.... ¿tiene muuucho gusto a cebolla?
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Consejos básicos para suavizar el aroma y el sabor de las cebollas
Los cuchillos deben estar bien afilados. Los jugos de las cebollas se evaporan con mucha facilidad y se esparcen por el ambiente, sobre todo cuando se emplean cuchillos poco afilados. Estos cuchillos, en vez de dar cortes limpios, "machacan" la cebolla, creando en la tabla de cortar un charquito de jugos que se remueven y evaporan alrededor de la persona que está cortando.
Sumergir la cebolla en agua durante unos minutos. Este truco es útil cuando la cebolla está pelada y su sabor es en exceso fuerte (sobre todo si se quiere consumir en crudo). Antes de cortarla por completo, se le da un solo corte que llegue hasta el centro de la cebolla, pero sin hacer dos mitades. Se sumerge en un recipiente con abundante agua fría para que la cebolla se empape de agua, pierda parte del sabor y de sus jugos. Hay que tener cuidado y no dejarla en remojo de un día para otro, porque pierde parte de su sabor y quedará insípida.
Si vemos que así y todo la cebolla sigue teniendo un fuerte sabor (sobre todo para comer en crudo), una vez cortada en finas tiras se puede introducir de nuevo en agua fría durante unos 10 minutos, antes de agregar a la ensalada.
Una vez cocinada, la cebolla adquiere un sabor dulzón y suave, por lo que para cocinar no es necesario rebajar su sabor de ninguna manera. En el momento de pelar y cortar se evitarán muchas incomodidades utilizando unos cuchillos bien afilados, cebolla de calidad y en su momento óptimo. Y es recomendable probar de vez en cuando otras variedades de cebolla para poder degustar distintos matices.
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