EL CLIMA

viernes, 11 de diciembre de 2015

QUE INTERESANTE


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La historia diplomática, o historia de las relaciones internacionales, o historia de la diplomacia, es una disciplina histórica orientada a estudiar las relaciones entre los estados en un determinado período de tiempo.

La palabra diplomacia deriva del término « diploma » que en los tiempos modernos y contemporáneos significaba y aún significa « acto jurídico ». En resumidas cuentas, la diplomacia engloba las negociaciones que tienen por objetivo generar actos y normativas de planificación y regulación de las relaciones entre estados.

La palabra diplomacia proviene del francés diplomatie y del inglés diplomatics, que a su vez derivan del latín diploma y éste del griego διπλομα (diploma). El término διπλομα se compone del vocablo δίπλο (diplo), que significa doblado en dos, y del sufijo μα (ma), que hace referencia a un objeto.




Un diploma era un documento oficial, “una carta de recomendación o que otorgaba una licencia o privilegio”, remitida por la autoridad suprema de una entidad política soberana a las autoridades de otra, para informarles que el poseedor desempeñaba funciones de representación oficial y para solicitarles ciertos privilegios para el funcionario en la jurisdicción del destinatario. Dicho documento se caracterizaba por estar doblado, y en algunas ocasiones cosido4 en razón de que el contenido era una comunicación privada entre el remitente y el destinatario. El documento se entregaba doblado, y contenía una recomendación oficial –con ciertos poderes– para aquellos funcionarios que se dirigían a otro país o provincia de un Imperio. El portador del ‘pliego’ o diploma era ipso facto un diplomático.

Al inicio de los tiempos modernos (aproximadamente hasta el Renacimiento), la diplomacia tal como la conocemos hoy día no existía. Los emisarios enviados por los diferentes estados (ciudades griegas, tribus celtas, imperio romano, imperios orientales, imperio carolingio y sus missi dominici, etc), se limitaban al rol de mensajeros, no teniendo verdadero carácter como negociadores.

Es precisamente en los tiempos modernos, con la teorización del Derecho y del rol y base de los estados (Jus gentium), que la noción de diplomacia surgió, proponiendo una alternativa a la guerra. Así y en ciertos casos, los embajadores remplazaban a los generales, sin que por en cuanto se desestimara completamente el recurso de la fuerza con la participación de las fuerzas armadas. La amenaza con la guerra era (y aún lo es) un argumento convincente en una negociación, complementario de los aspectos diplomáticos.

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