EL CLIMA

jueves, 5 de febrero de 2015

LA NUEVA CARAVANA


Amado lector, jueves ya, una semana que corre, pero que no nos corre, sino que tenemos dominio sobre las cosas, y a partir de ese dominio, seguimos trazando ruta, y a medida en que avanzamos sobre esa ruta, sabemos que en el camino encontraremos nuevas historias para enterarnos, para compartir, para disfrutar, para experimentarnos, y para hacer que otros tambien se experimenten, pero como la caravana es tambien un sitio de reflexion en el cual intentamos comunicar la mejor onda, pues entonces es que estamos dejando a disposicion de los lectores esta disposicion que esta mas abajo, asi que esperamos que la disfrutes y no solo eso, que te animes a compartirla, porque hacer el bien es tarea de todos, y si entre todos lo hacemos, crecera hasta desterrar,  las malas actitudes.


besooos LC.

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El buen ánimo se recupera mas rápido de lo que creemos

"La felicidad humana no es producto de los grandes acontecimientos de la vida, sino de las pequeñas vivencias cotidianas", escribió Benjamin Franklin en su autobiografía. Casi dos siglos después de que muriera este sagaz político y científico, los expertos le siguen dando la razón. 
Según los sociólogos David Myers y Ed Diener, las desgracias y los golpes de fortuna tan sólo ejercen una influencia pasajera sobre el estado de ánimo, que suele regresar a su nivel habitual, como muy tarde, al año de un fallecimiento en la familia, de un premio en la lotería o de un salto profesional.

Tener cubiertas las necesidades básicas. 

Pero no más allá del grado de independencia económica habitual en la clase media. De hecho, los cien nuevos multimillonarios que aparecen anualmente en la lista que publica la revista Forbes, admiten un incremento casi insignificante de su bienestar cuando aumentó su cuenta corriente. Incluso el 37% de ellos cree ser más desgraciado que la media de la población.



Relacionarse con los demás.

 Numerosos estudios han demostrado que la gente que necesita de otra gente es en realidad la más feliz, y es también la que menos probabilidades tiene de sufrir una depresión.
·Sentirse cómodo en el trabajo. "Las personas que trabajan en profesiones creativas que permiten aportaciones personales para conseguir objetivos son, en general, mucho más positivas", afirma César Díaz-Carrera. "Lograr los retos que nos planteamos en el trabajo es una forma constante de superación", añade "y la superación es una de las bases del optimismo". Por este motivo, se aconseja plantearse retos en todos los niveles de la vida.


La autoestima. 

"Todos somos lo que creemos ser", afirma Andrew Matthews en su libro 'Por favor, sea feliz'. Nuestra propia imagen determina exactamente cómo nos comportamos. "Si nos aborrecemos, también aborreceremos a los demás; cuando nos encanta ser quienes somos, todo el mundo nos resulta maravilloso", añade Matthews. Un estudio de la Universidad de Michigan comprobó que el primer valor que consideraban los norteamericanos para ser felices, era quererse a sí mismos.

 Tener autocontrol. 

Séneca escribió: "El más poderoso es aquél que tiene poder sobre sí mismo". El psicólogo de la Universidad de Stanford, Albert Bandura, dedicó años a estudiar la eficacia personal, es decir, la autoconfianza en producir los efectos que se desean. Dedujo que a las personas que creían que conseguían las cosas por su propio esfuerzo apenas les afectaban las predicciones negativas de los demás.

 Seguir una dieta equilibrada.

 Según un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Alcoholismo de Bethesda, en Estados Unidos, llevar una dieta escasa en ácidos grasos poliinsaturados -presentes en casi todos los pescados azules, como sardinas, boquerones, atún o salmón- puede bajar el estado de ánimo. Sin embargo, no es aconsejable abusar de las grasas vegetales, que se encuentran por ejemplo en las espinacas, el arroz, el vino y la cerveza, por su alto contenido en vanadio, cuyo exceso provoca leves depresiones. Tampoco conviene mezclar proteínas indiscriminadamente, ya que producen digestiones pesadas que, a la larga, conducen hasta las úlceras, una de las afecciones que peor humor genera.

 Sonreír. 


Hace más de cien años, el neurólogo francés Guilliane Duchenne de Boulogne comenzó a estudiar qué es lo que se escondía detrás de una sonrisa. Hoy se sabe que puede resultar contagiosa y mejorar todavía más un buen estado de ánimo. Por ello, los investigadores sobre el humor recomiendan este sencillo ejercicio cuando se pasen momentos difíciles: mirarse al espejo y sonreír. Esta expresión facial genera la emoción correspondiente, de forma que si vemos el reflejo de una sonrisa, comenzaremos a sentirnos mejor.


COCINA 


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PARA HACER ESTE ARROZ TRES DELICIAS

NECESITAMOS ESTO.

500 g de arroz vaporizado
1 cebolla grande
1 zanahoria mediana
1 pimiento verde
1 paquete de salchichas
4 hojas de lechuga
1 lata pequeña de maíz
2 huevos grandes 
2 lonchas de jamón
1/8 litro vino blanco (1/2 vaso)
1/4 litro aceite de oliva (1 vaso)
1 pastilla de caldo de pollo
agua

Sal, comino y pimienta blanca al gusto


ASI LO HACEMOS

Sobre un olla mediana vertemos 2 litros de agua y 1/4 vaso de aceite. Sazonamos con sal al gusto y una pastilla de avecrem.
La ponemos a fuego intenso.
Mientras esperamos a que hierva el agua, pelaremos y lavaremos la zanahoria, que coceremos posteriormente junto con el arroz. Debemos pelar la zanahoria y partirla en dos, longitudinalmente.
Posteriormente la troceamos horizontalmente hasta conseguir finos taquitos de zanahoria.
Tomamos una cazuela grande de barro y vertemos sobre ella el resto del vaso de aceite.
Ponemos la cazuela a fuego medio/bajo (5 en una vitrocerámica escala 1-9, llama pequeña en fuego horneado).
Quitamos la cáscara a la cebolla, la lavamos y la pelamos en taquitos del tamaño de una uña. Hacemos lo mismo con el pimiento, lo lavamos y lo troceamos en pequeños cuadraditos.
Vertemos ambos ingredientes sobre la cazuela que ya tenemos con aceite caliente. Debemos remover la cazuela de vez en cuando para que no se nos dore mucho la cebolla y el pimiento.
Una vez vemos hervir el agua de la olla, vertemos las zanahorias troceadas y el arroz. El tiempo de cocción será aproximadamente de 20 minutos. Debemos remover el arroz de vez en cuando. Si vemos que el agua comienza a hervir demasiado una vez el arroz está dentro, bajamos un poco el fuego. Si en algún momento el agua comienza a reducir demasiado, verteremos un vaso de agua sobre la olla.
Tomamos un plato hondo y vertemos los dos huevos sobre él.
Sazonamos con una pizca de sal cada yema y desmenuzamos 1/8 de pastilla de avecrem.
Batimos los huevos y hacemos una tortilla francesa.
Una vez hecha, troceamos la tortilla en finas láminas horizontales de 4-5 cm.
Lavamos las 4 hojas de lechuga bajo el grifo y la troceamos en tiras similares a las de tortilla.
Picamos las salchichas en cuadraditos finos (aconsejo partir longitudinalmente cada salchicha en 4 tiras y luego trocearlas en taquitos pequeños).
Hecho esto, cortamos con unas tijeras las dos lonchas de jamón york en cuadraditos de tamaño medio (mayores que los de cebolla).
Cuando observemos que la cebolla comienza a cocerse (comienza a tener una textura más flácida), vertemos sobre ella el medio vaso de vino y las salchichas, y removemos alegremente. Avivamos el fuego al máximo y esperamos a que reduzca.
Una vez comprobamos que el arroz ha alcanzado el punto de cocción ideal lo sacamos de la olla y lo vertemos sobre un escurridor. Y una vez el sofrito de salchichas, cebolla y pimientos ha reducido, bajamos el fuego a medio (5 en vitrocerámica, llama baja en fuego horneado) y vertemos el arroz seco sobre la cazuela.
Añadimos el jamón york troceado, la tortilla y la lechuga y removemos alegremente. Vertemos sobre ella la lata de maíz y volvemos a remover.

Como último paso, y antes de servir, sólo nos queda sazonar al gusto con comino y pimienta blanca y remover un poco para distribuir.

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