EL CLIMA

lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Sabemos algo sobre las figuras de acámbaro?



Las figuras de Acámbaro son una colección de más de 32.000 piezas descubiertas en el municipio de Acámbaro, México por Waldemar Julsrud, que representan figuras que algunos afirman que son dinosauros, animales extintos y culturas del viejo continente. Se dijo que las mediciones hechas del carbono 14 en 1968 por el Laboratorio de Isótopos Inc. de New Jersey las datan entre el 4530 y el 1110 antes de J.C., aunque esto no parece muy fiable, ya que el método del Carbono-14 solo es aplicable a restos pertenecientes a seres vivos, y las figuras son de arcilla, y no hay referencias a las fuentes usadas para esta datación.




En 1969, las figuras fueron datadas en el Museum’s Applied Science Center for Archaeology (MASCA) utilizando una técnica que si es adecuada para este tipo de objetos, que apenas estaba en desarrollo en esa época, la termoluminiscencia. Los resultados preliminares dieron 2.500 A.C. Sin embargo, en 1972 se repitió el fechado y se concluyó que las piezas eran falsificaciones recientes, o por lo menos la mayoría, porque en dos de ellas se volvió a tener el mismo resultado. Según el laboratorio, el fechado de 1969 fue debido a un fenómeno de quimioluminiscencia, debido a su fabricación tan reciente, y que en 1969 no se sabía que podía ocurrir. Su datación sigue siendo objeto de controversia entre los defensores de su antiguedad.

En 1945, Waldemar Julsrud paseaba en su caballo por el Cerro del Toro en Acámbaro, Guanajuato, cuando encontró una figura de barro. A pesar de su experiencia con la cultura Chupícuaro, la cual ayudó a descubrir en 1923, no pudo reconocer la figura como perteneciente a ninguna cultura de México. Pidió a un campesino que buscara más de esas figuras, ofreciendo una recompensa económica por cada una encontrada, y se llegaron a recolectar aproximadamente 32.000 piezas.
Las circunstancias de la excavación de las figuras son motivo de sospecha. Julsrud afirma que pagó a los campesinos por cada figura que les entregaron, por lo que es plausible que éstos fabricaran las estatuillas y las hiciesen pasar por auténticas reliquias.

En 1952, el arqueólogo Charles Di Peso, afiliado a la "Amerind Foundation" de Arizona, visitó la zona, estudió la colección y observó a los excavadores durante su trabajo.

Según Di Peso, la superficie de las figuras evidenciaban que eran de fabricación reciente. No mostraban las características habituales de elementos que han permanecido enterrados durante miles de años. Si hubiesen sido auténticas reliquias estarían arañadas y rotas como el resto de artefactos encontrados en esa área de México. La estratigrafía de las piezas indicaba que habían sido enterradas con tierra de distintas etapas arqueológicas.

Di Peso además informo que conoció a una familia local que le índico que habían estado fabricando y vendiendo las piezas a Julsrud a peso cada una desde 1944, inspirándose en las películas que veian en el cine local.

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