EL CLIMA
lunes, 14 de julio de 2014
Fluor en el agua potable, ¿conviene?
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La fluoración del agua potable —referido a veces como fluorización del agua potable— consiste en la acción controlada de añadir un compuesto fluorado en el agua de abastecimiento público, con el fin de elevar sus niveles de flúor hasta una concentración óptima para prevenir la caries dental.1 Se considera la concentración óptima de flúor aquella que reduce los niveles de caries, sin que ello provoque una saturación en los tejidos expuestos (fluorosis dental).
Sin embargo, la fluorización del agua presenta controversias por los posibles efectos no deseados sobre la salud,4 habiendo países que han prohibido esa práctica o que la han dejado de realizar.
No obstante, en aquellos países en los que no se consume agua fluorada, se promueve el consumo de sal o leche fluoradas con el fin de conseguir los mismos efectos sobre la población,6 si bien en estos casos el consumidor tiene la libertad de elegir si quiere tomar alimentos con flúor o no, mientras que el caso de la fluoración del agua de abastecimiento público, se está obligando al consumidor a tomar un elemento que tal vez no desee tomar.
La OMS recomienda que en cada comunidad se utilice sólo un tipo de fluoración sistémica (es decir, del agua, la sal o la leche), combinándola con el uso de dentífricos fluorados, y que se vigile la prevalencia de fluorosis dental para detectar cualquier aumento de la incidencia y evitar que supere los niveles admisibles
En 1901, el Dr. Frederick McKay, dentista en Colorado Springs (EEUU) observó la existencia de una tinción dental permanente en una mayoría de sus pacientes, particularmente en aquellos que habían residido en la zona toda su vida. La coloración era conocida popularmente como "tinción del Colorado", y McKay la rebautizó como "esmalte moteado".
Sospechando un origen relacionado con los abastecimientos de agua, un químico de una compañía que operaba en la zona, H.V. Churchill, se ofreció para hacer análisis de las muestras de agua de su área de trabajo. Se trataba de un acto interesado para descartar que la planta de aluminio para la que él trabajaba pudiera ser responsable de algún vertido nocivo en el agua de la zona que pudiera asociarse al esmalte moteado.
Churchill mandó identificar en las muestras de agua recibidas, todos aquellos elementos aparentemente no significativos e insospechados hasta ese momento en análisis previos. El elemento que atrajo la atención en dichos análisis por su elevada concentración en agua fue el flúor.
A partir de hay, el Servicio Nacional de Salud Pública de EEUU encargó la investigación conocida como de las “21 ciudades” sobre la relación entre fluoruros, esmalte moteado y caries dental. Los resultados, conocidos en 1942, llevaron a aconsejar la fluoración del agua de bebida para combatir la caries, en concentraciones comprendidas entre 0,7 y 1,2 ppm. Este rango ha permanecido prácticamente vigente hasta nuestros días, en zonas donde se ha puesto en marcha la fluoración artificial del agua.
La práctica de la fluorización del agua se realiza de manera muy extendida en los Estados Unidos de América. Se ha introducido también esta práctica en zonas de muchos otros países como por ejemplo en Argentina, Australia, Brasil, Canada, Chile, Colombia, Hong Kong, Irlanda, Israel, Korea, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, España, Reino unido, y Vietnam. Se estima que 12 millones de personas en Europa Occidental, 171 millones en EE. UU. (61.5% de la población), y 355 millones a nivel mundial (5.7% de la población mundial)5 consumen agua fluorizada artificialmente.
Además, a nivel mundial, se estima que al menos 50 millones de personas beben agua fluorada a niveles elevados, ya que el flúor no tiene función conocida en el cuerpo siendo ingerido. Es probable que esta cifra sea en realidad mucho más alta. Se usa agua fluorada en muchos países como Argentina, Francia, Gabón, Libia, México, Sri Lanka, Tanzania, Estados Unidos de América, y Zimbabwe. En algunos lugares, en particular en partes de Senegal, Sri Lanka, China, y la India, la fluorización del agua sobrepasa los niveles recomendados. Se estima que en China unos 200 millones de habitantes consumen agua fluorada con niveles iguales o superiores a los recomendados. El consumo excesivo de fluoruro puede provocar fluorosis dental y otros síntomas de descalcificación de los huesos como osteoporosis y artritis
La fluorización del agua presenta muchas controversias, tanto entre los expertos como en la población en general, por diferentes motivos, que van desde la falta de consentimiento del consumidor para tomar una sustancia que algunos califican de innecesaria,10 hasta los supuestos efectos perjudiciales sobre la salud relacionados con el consumo de flúor.
Los partidarios de la fluorización del agua argumentan que los efectos negativos se producen a partir de consumos elevados y que las dosis aplicadas en el agua son lo suficiente pequeñas como para no afectar a la salud, estando justificado su uso porque los beneficios que obtiene la población por la fluorización son superiores a los riesgos. Las dosis de consumo de flúor recomendadas en EE.UU. y Canadá son de 4mg/día para el hombre, 3mg/día para la mujer y entre 2-3mg/día para niños y adolescentes. Las autoridades sanitarias recomiendan la adición de flúor al agua de consumo, siempre y cuando ésta sea deficitaria en el mismo, de modo que su concentración sea como máximo de 1ppm (1mg/litro), cantidad máxima recomendada como saludable. En España, las dosis de flúor en las aguas de abastecimiento público suele ser menor a 1ppm.
En algunas localidades se ha interrumpido la fluorización del agua, como por ejemplo en ciudades de Finlandia, Alemania, Japón, Holanda, Suecia y Suiza. En ocasiones los objetivos de la fluorización del agua de reducir la incidencia de la caries se pueden conseguir también mediante otras medidas alternativas. Por ejemplo en Francia, Alemania y muchos otros países europeos y no europeos se comercializa sal fluorada y en algunos países también leche enriquecida en fluor. También es muy común utilizar pasta de dientes fluorada o elixires o geles para el lavado de la boca con flúor o barnices para los dientes fluorados.
Los métodos disponibles para la eliminación del fluoruro del agua potable se pueden clasificar en:
Floculación: La técnica de Nalgonda, nombre del pueblo en India dónde el método fue realizado. El método consiste en agregar alumbre al agua a tratar produciendo la precipitación del flúor. Desde que el proceso se lleva a cabo es más eficaz bajo condiciones alcalinas, agregando cal y que además sirve como desinfectante. Después de revolver la cuba, los elementos químicos se coagulan y precipitan en el fondo del recipiente, debido a que es más denso que el agua. El agua tratada se retira en forma superficial sin remover el fondo.
Adsorción:
El otro sistema es filtrar el agua a través de una columna condensada con un adsorbente, como la alúmina activada (Al2O3), el carbón de leña activado, o resinas de intercambio iónico, no son eficaces para la eliminación del fúor. Este método, también, es conveniente para las comunidades pequeñas y uso en el hogar. Cuando el adsorbente se satura con los iones de fluoruro, el material del filtro tiene que ser lavado con un ácido débil y eliminado con solución alcalina. El efluente del lavado es rico en fluoruro y debe eliminarse cuidadosamente para evitar la contaminación del agua subterránea. Las unidades de casa son más convenientes para filtrar cantidades pequeñas de agua pensadas sólo para beber; pero un sistema de servicio extenso y eficaz exige asegurar que los filtros se reemplazan o se regeneren en el momento correcto. La tecnología es sólo parte del problema: la comunidad deberá entrenar al personal que lleve a cabo la tarea más los insumos químicos necesarios, por ello su puesta en funcionamiento es más difícil.
Evaporación:
Es el simple uso del sistema de destilación, el sistema en si debe tener una fuente calórica. Puede ser eléctrica, gas ó combultible líquido. El resultado es óptimo para la eliminación del flúor. Los Emiratos Arabes lo utilizan para la obtención de agua dulce a partir del agua de mar, durante el proceso de generación eléctrica. Pero también elimina las sales útiles para el organismo, como el sodio y potasio, que debe ser repuesta de manera artificial. Tiene un costo elevado por la utilización del combustible y las instalaciones. En la actualidad hay un proceso menos costoso, que utiliza como fuente calórica el sol. El dispositivo fue desarrollado por la Marina de los Estados Unidos para obtener agua dulce a partir también del agua de mar, durante un naufragio. Para tal efecto se utiliza un recipiente plástico transparente de nailon; con forma de burbuja al inflarse. Una membrana separa el agua de mar de una cavidad de aire. Esta membrana tiene la propiedad de dejar pasar el vapor de agua y luego se condensa en las paredes internas de la burbuja que por gravedad desciende a un receptáculo para ser utilizada como agua dulce. Este dispositivo suele rendir apenas unos litros de agua destilada debido a su pequeño tamaño, de tan solo un metro de diámetro y su valor de destilación depende del suministro solar. Este principio puede ser utilizado a gran escala donde la radiación solar es intensa.
Condensación de humedad ambiente:
el proceso consiste en la condensación de la bruma proveniente del mar durante la noche, unas mallas metálicas dispuestas en el paso de la bruma logran condensar la humedad ambiente en su superficie. El agua así recolectada en tanques es utilizada como agua dulce.
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