EL CLIMA

viernes, 18 de enero de 2013

SOBRE LA ESTRELLA DE BELEN


















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Los magos de Oriente según el relato bíblico se guiaron por una estrella especial para llegar hasta el niño Jesús, describe el evangelio de Mateo.


Durante siglos, científicos astrónomos han buscado una explicación al fenómeno. ¿Un meteorito, un cometa, una nova o supernova, o una conjunción estelar? Vamos a ver las hipótesis presentadas.


EL TEXTO BÍBLICO

El texto bíblico señala la existencia de esta estrella en el evangelio de Mateo. «¿Dónde está el rey de los Judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarle» (Mateo 2:2).

 

Más adelante se nos cuenta que «la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño» (Mateo 2:9).

 

La estrella suele tomar la forma de un cometa en las representaciones actuales del nacimiento de Jesús. Pero ¿tiene esta costumbre una justificación astronómica? ¿Hubo algún fenómeno astronómico que, al coincidir con el nacimiento de Cristo, fuese la base de esta imagen?



TEORÍAS CIENTÍFICAS: LA FECHA

Para averiguar cuál fue el tipo de fenómeno astronómico observado por los Reyes Magos, el primer paso es establecer las fechas con la máxima precisión posible. Y en este punto la Biblia no ayuda mucho, ya que no dice nada sobre el día exacto del nacimiento de Jesús, aunque sí que relaciona el hecho con acontecimientos y personajes históricos, como por ejemplo el reinado de Herodes. Los historiadores coinciden en que el Rey de Judea debió de morir en algún momento entre los años 4 y 1 antes de Cristo. Y los Reyes Magos le visitaron poco antes de su muerte, por lo que su viaje (y la aparición de la estrella que los guió), tuvo por fuerza que producirse antes de esas fechas.



En cuanto a fijar en el año 1 el nacimiento de Jesús, proviene de un error de cálculo del sabio Dionisio el Exiguo en el año 532. Más adelante, sirviéndose de ciertos hechos referidos en los Evangelios, se pudo afinar en el año del nacimiento de Jesús.



Tanto Mateo como Lucas ubican la Navidad durante el reinado de Herodes y la muerte de este monarca está bien datada en el año 4 antes de Cristo (a.C.). Además, unos años antes, Herodes había ordenado ejecutar a todos los menores de 2 años deduciendo la fecha del nacimiento de Jesús a partir del relato que le realizaron los Magos cuando les mandó llamar a su palacio (Mateo, 2:7-16). Todo ello, junto con otros argumentos, sitúa la fecha del nacimiento de Cristo entre el año 7 y 2 a.C.



CUATRO POSIBILIDADES

Desde un punto de vista puramente astronómico, existen cuatro posibilidades para explicar la estrella de Belén . La primera es que se tratara de un meteorito , pero es muy poco probable debido al hecho de que los meteoritos, que se convierten en una bola de fuego al entrar en la atmósfera, apenas si duran unos segundos antes de desaparecer, y la estrella de Belén brilló durante semanas enteras.



La segunda posibilidad es que fuera un cometa , objetos que, esta vez sí, pueden brillar en el cielo incluso durante meses. Sin embargo, el más espectacular de todos los cometas conocidos, el Halley, cuya órbita le trae cerca de la Tierra cada 76 años y que fue visto por última vez en 1986, fue visible en Judea durante los meses de agosto y septiembre del año 11 DC, lo que no coincide con las fechas del nacimiento de Jesús. Por supuesto, pudo tratarse de otro cometa, uno que pasó entonces y que por el momento no ha regresado, pero eso es algo de lo que nunca podremos estar seguros.



Otra posible explicación, la tercera, es que lo que vieron los Magos fue la muerte violenta de una estrella, una nova o supernova . En el primer caso, es la forma (una explosión termonuclear) en que una estrella se libera, de golpe, de una excesiva acumulación de hidrógeno en su superficie. Es muy espectacular, si la estrella está lo suficientemente cerca, y su aparición tiene lugar de forma impredecible y en cualquier momento. Las más brillantes aparecen de repente, sin previo aviso, como una nueva y espectacular luz en el cielo. Su brillo, tras algunos días, o incluso semanas, se va atenuando hasta desaparecer por completo. Como media, se produce una nova visible desde nuestro planeta una vez cada veinte años (la última fue en el año 1975), por lo que nada impide que fuera éste, y no otro, el fenómeno visto en Judea o los Magos de Oriente.



Mucho más espectacular, aunque menos frecuente de ver, es una supernova, la explosión catastrófica de toda una estrella que llega a su final y cuyo brillo eclipsa incluso al de toda la galaxia que la contiene. En el momento de la explosión, una supernova puede ser vista incluso a plena luz del día, y su brillo más intenso puede durar meses antes de empezar a decrecer. Durante los últimos mil años, la Humanidad ha sido testigo de cuatro supernovas, en los años 1006, 1054, 1572 y 1604. En todos los casos, los cronistas de cada época se refirieron profusamente al fenómeno. Los chinos, por ejemplo, refieren que la supernova del año 1054 fue visible durante dos meses incluso a plena luz del día.
La pega es que no existe en la época del nacimiento de Jesús ninguna referencia definitiva sobre la súbita aparición de una luz especialmente intensa en el cielo. Si sucedió, nadie, en ninguna cultura, documentó el hecho, lo cual parece indicar que debemos buscar la solución en alguna otra parte .

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