EL CLIMA
viernes, 21 de diciembre de 2012
NIÑOS Y OBESIDAD
Es preocupante el elevado número de niños que en nuestro país muestran un claro sobrepeso. De este porcentaje, una minoría son obesos; que pueden sufrir algún tipo de enfermedad metabólica que determina esa acumulación excesiva de grasa. Por el contrario la gran mayoría restante de estos niños, están obesos; es decir, ese sobrepeso ha sido determinado básicamente por factores psicológicos, familiares o culturales.
Tanto los que corresponden a un grupo como al otro, son pequeños que muestran un trastorno, y lo aconsejable es, naturalmente, remediarlo cuanto antes.
A continuación respondemos a las preguntas más importantes acerca de la obesidad.
¿Por qué se produce la obesidad?
Una persona se vuelve obesa cuando ingiere más calorías de las que gasta. Esas calorías se acumulan, en forma de grasa, en unas células llamadas adipocitos. Hay obesos que tienen estas células muy llenas (obesidad hipertrófica); y otros que tienen más cantidad de adipocitos de lo normal, lo que da lugar a la llamada obesidad hiperplácida.
¿Puede aumentar el número de adipocitos en un niño?
En ciertos períodos, como la primera infancia y la pubertad, los adipocitos se reproducen. Si se alimenta incorrectamente al niño durante estas etapas, se corre el riesgo de aumentar excesivamente la cantidad de estas células, lo cual favorece la formación de la obesidad en el niño.
Muchos padres dejan que sus hijos engorden suponiendo que "ya adelgazará cuando sea grande"; esto es, evidentemente, un grave error.
¿Es hereditaria?
Tanto el hambre como saciedad son regulados por hipotálamo, por transmisión química, pero aún no están totalmente claros estos mecanismos. Parece ser hereditaria la cantidad de alimentos que ingieren hasta sentir saciedad los padres que comen mucho suelen tener hijos que comen más de la cuenta también.
En un estudio realizado con gemelos que han sido separados y criados en distintos hogares, se llegó a la conclusión que la obesidad es, en parte hereditaria. En este estudio vio que la mayoría de los niños obesos tienen padres que también lo son. Así, si ambos padres tienen un peso normal, lo en un nueve por ciento los casos los hijos serán gorditos; en cambio, si uno de padres pesa más de la cuenta los hijos tendrán el 41 por ciento de posibilidades de pesar más. La cifra aumenta si dos padres son obesos; en estos casos el riesgo de gordura eleva al 73 por ciento.
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