El 11 de noviembre es el 315.º (tricentésimo decimoquinto) día delaño del calendario gregoriano y número 316 en los años bisiestos. Quedan 50 días para finalizar el año.
¿Qué es el 11?
Este número nos indica el Nacimiento de lo Nuevo, el anclaje de lo que está por venir. Su repetición, es el reflejo, nos indica que ese es el camino, que debemos estar atentos. Este año, comienza un ciclo de anclaje de lo Nuevo, y es por eso que intentaremos lanzar anclas.
En Amatunte, de la isla de Chipre, tránsito de san Juan el Limosnero, obispo de Alejandría, famoso por su compasión para con los pobres y tan rebosante de caridad para con todos que hizo construir muchas iglesias, hospitales, orfanatos, para aliviar todas las necesidades de la ciudad, llegando a aportar para ello los bienes de la Iglesia y exhortando continuamente a los ricos al ejercicio de la beneficencia.
RELIGION SANTA CECILIA
Cecilia de Roma, conocida como santa Cecilia (en latín sancta Caecilia), según el Martyrologium hieronymianum, fue una noble romana, convertida al cristianismo y martirizada por su fe en una fecha no fácil de determinar, entre los años 180 y 230.
La Iglesia católica y la Iglesia Ortodoxa conmemoran su muerte el 22 de noviembre.
En la Iglesia católica, es patrona de:
la música
los poetas
los ciegos (como santa Lucía de Siracusa) y
de las ciudades de:
Albi (Francia).
Ómaha (estado de Nebraska, EE. UU.) y
Mar del Plata (Argentina).
Sus atributos son el órgano, el laúd y las rosas.
En honor a ella, un importante movimiento de renovación de la música sacra católica de finales del siglo XIX recibió el nombre de cecilianismo.
La referencia histórica más antigua sobre Cecilia se encuentra el Martyrologium hieronymianum, lo que indica que en el siglo IV la Iglesia romana ya la conmemoraba. En este martirologio de Jerónimo su nombre se menciona el 11 de agosto, que es la fiesta del mártir Tiburcio.
Pero evidentemente se trata una adición equivocada y tardía, debido al hecho de que este Tiburcio, que fue enterrado en la Vía Labicana, fue identificado erróneamente con Tiburcio, el cuñado de Cecilia mencionado en las Actas de santa Cecilia (ver más adelante).
En el mismo martirologio se la menciona el 16 de septiembre, con una nota topográfica: «Appiâ viâ in eâdem urbe Româ natale et passio sánctæ Cecíliæ virginia» (‘en la Vía Apia de la ciudad de Roma, nació y murió santa Cecilia virgen’). El 16 de septiembre podría ser el día del entierro de la mártir. La fiesta de la mártir que se menciona el 22 de noviembre, en cuyo día se celebra todavía, fue preservada en el templo dedicada a ella del barrio del Trastévere en Roma. Por consiguiente, su origen probablemente se remonta a esta iglesia.
Las primeras guías medievales de los sepulcros de los mártires romanos señalan su tumba en la Vía Apia, al lado de la cripta de los obispos romanos del siglo III.1
De Rossi localizó el sepulcro de Cecilia en las catacumbas de Calixto, en una cripta adjunta a la capilla de la cripta de las papas; un nicho vacío en una de las paredes que probablemente contenía un sarcófago. Entre los frescos posteriores que adornan la pared del sepulcro, aparece dos veces la figura de una mujer ricamente vestida, y aparece una vez el papa Urbano I (quien ―según las Actas de santa Cecilia― había tenido una estrecha relación con la mártir).
Venancio Fortunato, obispo de Poitiers muerto en el año 600), en su libro Miscellánea (1.20 y 8.6) escribió que entre el 176 y el 180 (en la época del emperador Marco Aurelio) había muerto una Cecilia en la isla de Sicilia. Ado (Martirologio, «22 de noviembre») sitúa el momento de la muerte de Cecilia en el reinado de Marco Aurelio y Cómodo (aproximadamente el 177). De Rossi (en Sotterránea de Roma, 2.147) intenta demostrar que la declaración de Venancio Fortunato es la más segura históricamente.
En otras fuentes occidentales de la baja Edad Media y en el Synaxaria griego, el martirio se sitúa en la persecución de Diocleciano (aunque se refiere probablemente a una mártir verdadera llamada Cecilia, africana, quien sufrió la persecución de este emperador, y su día se conmemora el 11 de febrero). P. A. Kirsch intentó fijar la fecha en el tiempo del emperador Alejandro Severo (229-230); Aubé, en la persecución de Decio (249-250); y Kellner, en la de Juliano el Apóstata (362).
Ninguna de estas opiniones está suficientemente establecida, ya que las Actas de santa Cecilia (única fuente disponible) no ofrecen ninguna evidencia cronológica. La única indicación temporal segura es la localización de la tumba en la catacumba de Calixto, en inmediata proximidad a la antiquísima cripta de los papas, en la que fueron enterrados los papas Ponciano y Antero, y probablemente también Urbano I.
La parte más antigua de esta catacumba fecha todos estos eventos al final del siglo II; por consiguiente, desde ese momento hasta la mitad del siglo IV es el período dejado abierto para el martirio de Cecilia: 180 a 350.
En las firmas del Concilio de Roma de 499 se menciona al templo de Cecilia como títulus sánctæ Cæcíliæ.2
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