EL CLIMA

jueves, 25 de octubre de 2012

LUZ MALA





















La Luz Mala es uno de los mitos más famosos de los folklores de la Argentina y del Uruguay. Consiste en la aparición nocturna de una luz brillante que flota a poca altura del suelo. Esta puede permanecer inmóvil, desplazarse, o en algunos relatos, perseguir a gran velocidad al aterrorizado observador. Muchas veces aparece a una distancia cercana al horizonte.

Estas manifestaciones son muy temidas, ya que se identifica comúnmente a la luz mala como un ‘alma en pena’, el espíritu de un difunto que no recibió sepultura cristiana. Ante un encuentro, se recomendaba popularmente decir una oración y luego morder la vaina del cuchillo; como último recurso, se las debía enfrentar con un arma blanca, ya que las armas de fuego resultaban inefectivas.
En el noroeste argentino también se le da el nombre de luz mala al ‘Farol de Mandinga’, fosforescencia que suele verse en cerros y quebradas durante los meses más secos, luego de caer el sol. Se asegura que el Farol de Mandinga aparece en lugares en los que hay enterrados tesoros de oro y plata, y que la luz es el espíritu del antiguo dueño tratando de alejar del lugar a los extraños. La tradición dice que el 24 de agosto (día de San Bartolomé) estas luces son más brillantes por influencia del diablo, ya que es el único día del año en que Satán se libra de la vigilancia de los ángeles, y aprovecha para atraer las almas ingenuas que codician los tesoros.
Existe también la creencia de que la luz mala son huesos de bovino desenterrados y que emiten una fosforecencia a la luz de la luna.
Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que la superstición les ha producido. Los pocos que observan bajo la luz siempre han encontrado objetos metálicos o alfarería indígena. Ésta al ser destapada se dice que despide un gas a veces mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir el objeto encontrado, o hacerlo cubriendo nariz y boca con un pullo - manta gruesa de lana - o con un poncho.
Cuenta Hipólito Marcial que: "La luz blanca que aparece en la falda del cerro es buena, donde entra hay que clavar un puñal y al otro día ir a cavar(...) va a encontrar oro y plata. De la luz roja huyan o recen el Rosario, se dice que es luz mala, tentación del diablo".
En la actualidad se acepta que el mito tiene su origen en el fenómeno real de los fuego fatuo, fosforescencias producidas por la descomposición de materias orgánicas sobre el suelo o enterradas a poca profundidad. También se sugiere que muchos casos pueden explicarse como avistamientos de rayos globulares .
La vulgarmente llamada luz mala no es más que la resultante de la reflexión que produce la Luna con los huesos de vacas muertas en el campo. Al reflejarse en el medio de la noche produce un efecto de luz que es interpretado por la gente de los alrededores como algo místico que termina siendo refutado al llegar al lugar de la luz. Normalmente la gente se aleja o realiza ritos populares evitando acercarse. Además no es el mismo el efecto que se produce a distancia, por lo que a medida que uno se acerca puede que la reflexión se vea de manera distinta. Los lugareños al acercarse veían el animal ya sin vida, cuya muerte era atribuida a la "luz mala", he aquí el por qué de la imagen siniestra de tal acontecimiento.

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