EL CLIMA

martes, 23 de octubre de 2012

EL MODISTO DEL PERONISMO




























Francisco Paco Jamandreu (17 de octubre de 1925 - 9 de marzo de 1995) fue un conocido diseñador de moda y actor argentino. Fue amigo personal de Eva Duarte de Perón y trabajó como vestuarista en varias películas de la Argentina.
Jamandreu comenzó su amistad con Evita antes que ella conociera al futuro presidente Juan Domingo Perón. Al principio su relación era meramente laboral; pero con el paso del tiempo, él se volvió su confidente, y viceversa. Su amistad con Eva Perón fue reflejada en la película de 1996 Eva Perón. En una escena de la misma, Jamadreu admitía ante Eva su homosexualidad, diciendo que "ser puto en la Argentina es como ser pobre".

En 1942, Jamandreu hizo su debut como vestuarista cinematográfico, en una película llamada Historia de crímenes. Luego diseñó los vestuarios de El muerto falta a la cita, estrenada en 1944, El misterioso tío Silas estrenada en 1947. En la década de 1950 solo trabajaría en otras dos películas.
Jamandreu se volvió más activo somo diseñador de moda cinematográfico en los '60, cuando trabajó en seis películas. Entre 1969 y 1995, se retiró de ese campo, pero debutó como actor en 1980, en la película Una viuda descocada. En 1986, actuó en Soy paciente, que nunca fue estrenada porque los productores no pudieron terminar su filmación.
En 1996, el último trabajo de Jamandreu como diseñador de moda cinematrográfica se expuso en los cines argentinos, cuando se estrenó Amor de otoño. Estaba trabajando en la producción de esa película, cuando murió de ataque cardíaco el 9 de marzo de 1995.1
En 2008, Roberto Piazza ensayó para representar al modisto en una obra titulada Yo, Jamandreu,2 que finalmente no fue estrenada.

En los primeros años de la década del cuarenta, Eva pasó de la segunda línea del show-business a la primera línea de la política. Su casamiento con Perón, días después del 17 de octubre de 1945, puso ante el mundo el escándalo de una alianza personal que, muy rápidamente, se iba a convertir en una sociedad política. Eva necesitaba entonces cambiar una imagen porque había empezado a llevar el apellido más poderoso de la Argentina.

UNA GARBO ARGENTINA

El modisto Paco Jamandreu fue una pieza de la máquina que montó un espectáculo político inédito. Le dio a Eva el look ultramoderno, ese look Garbo de mujer trabajando como una Ninotchka del peronismo.

Jamandreu creó el vestido correspondiente al cuerpo político de Eva Perón. De inspiración rigurosa y corte preciso (en la misma línea del tailleur que también vistió otra argentina diestra con las modas, Victoria Ocampo), Jamandreu diseñó el traje sastre príncipe de Gales, con cuello de terciopelo oscuro, ropa oficial de trabajo de Eva. Es un traje público, tanto como los vestidos de noche enviados por la casa Dior, con los que Eva posaba para las fotografías oficiales, acorazada por las joyas, envuelta en sedas y rasos encrespados. Estos atavíos de ceremonia son tan sobrecargados y las joyas tan espectaculares que casi no pueden ser juzgados en relación con la moda, sino como construcciones arquitectónicas sobre el cuerpo emblemático del régimen.

Pero con el traje sastre príncipe de Gales, Eva iba a trabajar: recibía en su atestado despacho de la Fundación, se reunía con los pobres, recorría las provincias, daba lecciones de justicialismo en locales partidarios. Ese traje lo viste una mujer que es segunda y primera al mismo tiempo, doble providencial de la figura de Perón. Eva le dio cuerpo al "estado de bienestar a la criolla"; y se colocó en el centro de un ritual absolutamente necesario para ese estado que tenía el impulso fundacional y la debilidad institucional de todo régimen nuevo.

Perón encontró en Eva no sólo una colaboradora sino alguien que, junto con él, integraba la cúspide del poder: formaron una sociedad política de dos cabezas, hegemonizada por el hombre, en la cual la mujer tenía fueros especiales colocados por encima de las instituciones republicanas.

Eva abanderada de los humildes, Evita capitana, Eva la representante de Perón ante el pueblo, ocupa un lugar político no republicano. En su cuerpo se condensan las virtudes del régimen peronista y se personaliza su legalidad. Su cuerpo es aurático, en el sentido que tiene esta palabra en los escritos de Walter Benjamin. Produce autenticidad por su sola presencia; quienes pueden verlo sienten que su relación con el peronismo está encarnada y es única.

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