EL CLIMA

martes, 23 de octubre de 2012

ADULTOS Aburrimiento sexual


























El aburrimiento sexual

Combatir la pereza sexual

Sea cual sea la causa de esta pereza, el problema tiene solución

Hay solución 
Pero ¿se sabe por qué se produce el DSI? Los expertos mencionan “problemas de pareja o laborales, rutina, estrés o depresión, como factores psíquicos. También, estar convaleciente de una intervención quirúrgica, después de tener un hijo o tras consumir determinados medicamentos (antidepresivos, diuréticos y algunos anticonceptivos)”, según Bertomeu. 
Para Miguel Costa, la explicación casi siempre es psicológica: “Practicar sexo por obligación, exigirse determinado rendimiento sexual, buscar el orgasmo a toda costa o anticipar que no lo vamos a lograr en lugar de disfrutar del camino genera ansiedad y ésta bloquea el deseo. Lo mismo ocurre con el enfado, el rencor... Por eso es importante que las riñas no duren mucho, propiciar el diálogo y promover la sensualidad pues así aparece la sexualidad”.
Sea cual sea la causa de esta pereza, el problema tiene solución y, sobre todo, no se trata de una enfermedad. La cuestión es cómo resolverlo. “No es imposible hacerlo en pareja y, por experiencia, lo indicado es recurrir a un especialista y hacerlo sin temor: son terapias efectivas, pero resulta imprescindible descubrir las causas para darle solución”, dice Bertomeu.
“No hay un criterio fijo sobre cuándo pedir ayuda profesional. Cada persona es su propia autoridad para decidir cuándo su falta de deseo es un problema, sabiendo que es normal pasar temporadas así. Pero si se mantiene en el tiempo y, sobre todo, si hay una discrepancia entre cómo va mi vida sexual y cómo me gustaría que fuera, se puede pedir ayuda”, añade Costa. 

ASÍ ES UNA TERAPIA 
Para que funcione, las dos partes, perezoso y apetente, deben implicarse y enfocar el proceso sin agobios, como algo lúdico. El esquema del tratamiento es: 

Dieta sexual. Al principio, nada de coito para romper el círculo vicioso demanda/rechazo. Prohibido el sexo ¡y hablar de él! El apetente sí puede satisfacerse, pero jamás delante de su pareja, que puede sentirse culpable por no proporcionarle placer. 
Restablecer la comunicación. Simultáneamente a la dieta, hay que recuperar el diálogo en pareja, indagando en los intereses y gustos comunes y estimulando la relación en términos de afecto, amistad, atención...
Sesiones de sensualización. Una vez por semana, masaje recíproco, (ahora tú, ahora yo) recorriendo cada parte del cuerpo, menos los genitales. Se trata de disfrutar de la caricia sin la presión del coito. ¿Número de sesiones? Hasta que la persona inapetente permita o demande caricias en los órganos sexuales. 
Acceso progresivo a la zona genital. Según el perezoso lo tolere o lo pida, y así hasta que acceda a practicar el coito.

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