Bernardo O'Higgins Riquelme (Chillán, 20 de agosto de 1778 – Lima, 24 de octubre de 1842) fue un político y militar chileno.
Hijo natural de Ambrosio O'Higgins, quien fuera Gobernador del Reino de Chile y Virrey del Perú, y de Isabel Riquelme Meza. Por instrucciones de su padre, estudió inicialmente en Chillán, luego en Lima y completó su instrucción en Inglaterra. En 1802, a los 24 años, regresó a Chile y se radicó en su hacienda de San José de Las Canteras, recibida en herencia, dedicándose a las labores agrícolas.
Participó activamente en los acontecimientos que ocurrieron en Chile a partir de 1810, los que finalmente se tradujeron en su independencia del Imperio español. O'Higgins abandonó sus tareas agrícolas y se convirtió en militar, siendo uno de los personajes más relevantes de la gesta emancipadora de Chile, donde se le considera como uno de los Padres de la Patria. Entre 1817 y 1823, ejerció la jefatura del Estado bajo el título de Director Supremo, cargo al que renunció, exiliándose en Perú hasta su muerte.
Considerado uno de los Libertadores de América, fue capitán general del Ejército de Chile, brigadier de las Provincias Unidas del Río de la Plata, general de la Gran Colombia y uno de los principales organizadores de la Expedición Libertadora del Perú
Bernardo O'Higgins nació el 20 de agosto de 1778, siendo hijo natural de Ambrosio O'Higgins, en esa época teniente coronel de Granaderos de 59 años de edad y que luego fuera gobernador de Chile y virrey del Perú, y de Isabel Riquelme Meza, una joven de 19 años y de ascendencia vasca,1 miembro de una de las familias más antiguas e ilustres de la zona de Chillán.
El lugar de nacimiento de Bernardo O'Higgins no es preciso. Aunque tradicionalmente se menciona a la casona familiar de los Riquelme, ubicada en lo que actualmente corresponde a Chillán Viejo y donde Bernardo pasó sus primeros años de vida, otros afirman que el lugar habría sido en algún otro terreno familiar, ya sea en la casona de las hermanas Olates en la misma ciudad o en la cercana hacienda de El Palpal en los terrenos de la actual comuna de Pemuco.2 En su partida de bautismo, aparece únicamente que nació en los territorios del obispado de Concepción, en los que estaban dentro las localidades anteriores.
Los padres de Bernardo O'Higgins, Isabel Riquelme y Ambrosio O'Higgins.
Bernardo permaneció en Chillán hasta noviembre de 1782, año en que su padre lo envió a Talca quedando bajo el cuidado del matrimonio formado por el rico comerciante portugués Juan Albano Pereira y Bartolina de la Cruz y Bahamonde.3 El 23 de enero de 1783 fue bautizado en la iglesia parroquial de Talca, constando en el acta el reconocimiento de su paternidad por parte de Ambrosio Higgins (el O' sería agregado años después); el nombre de la madre, sin embargo, aparece reservado a petición de ésta.4 Aunque en la partida aparece como «Bernardo Higins», sería conocido hasta la edad de 24 años como «Bernardo Riquelme».
En 1788 regresó a Chillán como interno del Colegio de Naturales y Propaganda Fide dirigido en esa época por la Orden Franciscana, quedando bajo la tutela del rector del colegio padre Francisco Javier Ramírez, amigo de Ambrosio O'Higgins, quien ya era gobernador de Chile. En este establecimiento estudiaban también los hijos de los caciques mapuches de la zona por lo que allí aprendió a hablar mapudungun; la familia Riquelme, sus abuelos, madre y hermanastra lo visitaban frecuentemente naciendo una estrecha unión con su madre y con su hermanastra Rosa.
En 1790, su padre lo envió esta vez a Lima para que continuara sus estudios en el Colegio del Príncipe y en el de San Carlos de esa ciudad y en 1794 a Europa para que completara sus estudios. En Lima su apoderado fue el rico comerciante irlandés don Juan Ignacio Blake y en Europa don Nicolás de la Cruz y Bahamonde, cuñado de don Juan Albano Pereira. Al llegar a Europa, inicialmente estuvo viviendo en la residencia de don Nicolás de la Cruz en Cádiz pero luego éste lo envió a Londres para que completara su educación. En Inglaterra los fabricantes de relojes, Spencer y Perkins, recibían periódicamente las remesas de dinero que enviaba don Ambrosio por intermedio de don Nicolás de la Cruz para el mantenimiento de su hijo. Este dinero fue bastante recortado por estos mandatarios lo que significó una constante preocupación y fuente de disgustos para el joven Bernardo Riquelme.
Retrato de O'Higgins en Londres (1798).
En el Reino Unido, Bernardo asistió a un colegio católico con régimen de internado ubicado en Richmond, a las afueras de Londres. Allí, tuvo un romance con Charlotte, la hija del dueño del recinto, Timothy Eeles. Llegó a dominar el inglés, aprendió literatura francesa, dibujo, historia y geografía, música y manejo de las armas. Entre sus profesores, el de matemáticas fue Francisco de Miranda, precursor de la independencia americana y quien lo imbuyó de las ideas libertarias que se debatían en esos tiempos, los derechos del hombre y de la soberanía popular, dándole consejos que le servirían para tomar parte activa en la lucha por la emancipación de su país.5 Años más tarde, Miranda sería quien incorporaría a O'Higgins en lo que sería la Logia Lautaro y lo presentaría ante el ministro Portland y a Mr. Rufus King, plenipotenciario de los Estados Unidos, cuando fue a solicitarles apoyo para la independencia de las colonias españolas.
El verano de 1798 lo pasó en el balneario de Margate y al solicitar dinero a sus apoderados en Londres para regresar a Richmond, estos se lo negaron acusándolo de malgastarlo. Luego de romper relaciones con los relojeros Spencer y Perkins por la falta de dinero, decidió regresar a España donde Nicolás de la Cruz. A fines de abril de 1799 se embarcó en el puerto de Falmouth rumbo a Lisboa y de ahí continuó por tierra hasta Cádiz.6 Pretendió ingresar a una academia militar de navegación pero ante la imposibilidad de hacerlo solicitó a su padre la autorización para regresar a Chile; concedida esta, debió esperar un tiempo pues había estallado un nueva guerra entre España e Inglaterra y finalmente el 3 de abril de 1800 zarpó a bordo del navío La Confianza que formaba parte de un numeroso convoy. El 7 del mismo mes, una poderosa escuadra inglesa apresó cuatro naves del convoy, entre las cuales estaba la que transportaba a Bernardo. Todos sus tripulantes y pasajeros fueron conducidos a Gibraltar donde fueron posteriormente dejados en libertad.
Sin equipaje ni recursos se dirigió a pie hasta Algeciras y luego en buque hasta Cádiz, nuevamente a la casa de don Nicolás de la Cruz, pero la fiebre amarilla había llegado a la ciudad por lo que don Nicolás con su familia y Bernardo se trasladaron a Sanlúcar de Barrameda. Allí le atacó la fiebre, la que lo tuvo al borde de la muerte. Ya sin salvación pidió que le suministraran quina; lo hicieron por compasión con el moribundo, pero milagrosamente, a las pocas horas, la fiebre había bajado y con el correr de los días mejoró completamente y regresó con los De la Cruz a Cádiz.
Bernardo durante su estada en Cádiz compartió sus ideas revolucionarias con varias personas que le había indicado don Francisco de Miranda, quien desde Londres tenía activa una filial en Cádiz de la Logia Lautaro. A comienzos de enero de 1801 don Nicolás le comunicó que su padre, indignado con él, le ordenaba que lo despidiera de su casa. Bernardo le respondió a su padre a través de una carta:
Yo, señor, no sé qué delito haya cometido para semejante castigo, ni sé en qué haya sido ingrato (uno de los delitos que más aborrezco) pues en toda mi vida he procurado con todo ahinco el dar gusto a V.E. y al ver ahora frustrada esta mi sola pretensión, e irritado a mi padre y protector, he quedado confuso. ¡Una puñalada no me fuera tan dolorosa! ¡No sé como no me caí muerto de vergüenza al oír semejantes razones! Jamás he temido, ni a la muerte, ni a la pobreza; pero en este instante he quedado acobardado, considerándome el último de los hombres y el más desgraciado. ¡No sé quién haya sido el que tuvo tan mal corazón para tratar de arruinarme en la opinión de V.E., mi padre y protector. Lo cito para ante la presencia de Dios, ya que en este mundo no lo conozco, para pedirle la satisfacción requerida.
Carta de Bernardo Riquelme a Ambrosio O'Higgins, 1801
En la carta, Bernardo le contaba en forma detallada sus sufrimientos en Londres y Cádiz y finalmente le pedía que le perdonare las faltas que hubiere podido cometer. Lo que había dado lugar a la irritación del padre con su hijo fue que, a fines de 1800, el virrey se enteró que un cómplice de Francisco de Miranda, el cubano Pedro José Caro había denunciado ante la corte española un plan de insurrección de las Indias Occidentales e informado que en este participaba Bernardo Riquelme; la noticia habría llegado a oídos del rey Carlos IV quien habría decidido removerlo de su cargo.7
La carta de Bernardo a su padre, sin embargo, no tendría respuesta. A los pocos días de haber sido notificado por su apoderado de la determinación de su padre, se recibió en Cádiz la noticia de la muerte del virrey O'Higgins y junto con ella la información de que había dejado a su hijo Bernardo una cuantiosa herencia. En ese preciso instante, la situación del joven O'Higgins cambió radicalmente y pronto pudo disponer del dinero necesario para regresar a su patria, embarcándose el 14 abril de 1802 en la fragata Aurora, arribando a Valparaíso el 6 de septiembre de 1802 a la edad de 24 años.
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