Perspicacia se puede entender como la capacidad de ver y entender cosas que pasan inadvertidas para otros. Y definitivamente los niños tienen esa capacidad.
Resulta que un gran amigo trabaja como maestro de Tenis en un club privado, aquí en la ciudad de Guadalajara. Durante un tiempo, su pequeña hija de 10 años lo acompañaba, y aprovechaba para ganar un poco de dinero boleando en los partidos de tenis.
Por las políticas del club, no se permitió ingreso al mismo a menos de que fueras socio o parte de la nomina, por tanto nuestra pequeña amiga ya no pudo “trabajar de bolerita”.
En palabras de nuestro amigo, su hija le sorprendió. Fue un poco complicado para el, decirle a su hija que ya no podía asistir al club, sin embargo lo hizo. El mismo día que se lo comento, rumbo a su casa la niña inicia la siguiente conversación:
¾ Papá, ¿puedes prestarme dinero?
¾ ¿Cuánto necesitas hija?
¾ Pues, como unos $500.00
¾ ¿Y para que quieres tanto dinero? ¾ Pregunta él sorprendido
¾ Pues para poner un negocito de dulces papá, ahí afuera de la casa
Nuestro amigo, sorprendido ante la perspectiva de la niña, decide apoyarla y ponerle su puesto de dulces.
Ahora, con alegría, el papá de la nena me comenta que la niña ha tenido ganancias sostenidas de hasta 500 pesos a la semana, y vaya, para tener 10 años, eso si es algo de dinero.
Es por eso que este es un claro ejemplo de perspicacia, donde al perder su empleo, prácticamente cualquiera entraría, mínimo en una pequeña “depresión”, muchos no paralizaríamos, y sin embargo, una pequeña niña emprendió un negocio sencillo y le va muy bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario