El nombre de cheyenne provenía de Sha Hi´yena, "pueblo de una lengua extranjera". Los franceses les llamaban los "Perros".
Los cheyenne provenían de lo que ahora es Minnesota Central, pero emigraron al oeste a fines del s. XVII, estableciéndose a lo largo del río Cheyenne. Vivían en casas de tierra y cultivaban. Los ojibwa los echaron en 1770 y emigraron a las praderas. Cuando alcanzaron las Colinas Negras de Dakota sur su estilo de vida comenzó a basarse en la caza del bisonte y el asalto a los campamentos indios (sobre todo crow y pawne). La posesión de caballos ayudó a los cheyennes a ser una de las tribus importantes de las praderas.
En 1830 los cheyennes se dividieron en dos grupos: los cheyennes del sur, situados a lo largo del margen superior del río Arkansas y que se unirían después con los arapahoe; y los cheyennes del norte, en el río Plata. Hasta que llegaron los buscadores de oro a su territorio (1850 y ss.), mantenían una relación pacífica con el hombre blanco.
Los conflictos aumentaron con la matanza de hombres, mujeres y niños pacíficos por parte del ejército de E.E.U.U. en 1864 (Sand Creek). Custer los derrotó en Washita en 1868. Aliados con los sioux oglalas, hunkpapas y santees, se vengaron en Little BigHorn (25 de junio de 1876).
Atuendo ritual de un hombre cheyenne de Oklahoma, en una ceremonia ritual intertribal (Nuevo Méjico). Eduardo Fuss.
Tras su rendición en 1877 fueron reubicados por el gobierno en el Territorio Indio (Oklahoma), donde sufrirían hambre y enfermedades. Actualmente quedan entre 5 y 6000 cheyennes, ubicados en una reserva de Montana y otra en Oklahoma con los arapahoes.
Su religión, al igual que otras tribus de la zona, daba importancia a las experiencias visionarias, y practicaban el "baile del sol" Durante sus visiones los animales poseían el pensamiento de la persona, confiriendo facultades especiales. Los cheyenne también eran muy conocidos por sus sagradas "flechas de medicina", que portaban en la batalla.
Había una leyenda entre los cheyenne según la cual, después de un enfrentamiento terrible con otra tribu, todos ellos decidieron convertirse en temibles guerreros y pasaron a ser grandes hombres. La formación de los "Hotám itán iu", los "hombres perro", era un recuerdo viviente de la leyenda. Los soldados perro, como los conocían los blancos, se consideraban a sí mismos perros guardianes del pueblo cheyenne.
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