EL CLIMA

viernes, 15 de junio de 2012

ALGUNA REFLEXION




Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Proverbio hindú
“La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio”.
Proverbio persa
Se ha preocupado alguna vez en saber usar lo que el silencio manifiesta, lo que puede generar en pro de su propio crecimiento, determinar su alcance los beneficios que genera.
¿Qué se lo impide? ¿Por qué no lo usa constantemente en función de adentrarse en su potencialidad, en su magia?
La palabra silencio proviene del latín "silere", callar, estar callado. Lo que se calla es la intencionalidad, pero no para entrar en la escucha de un silencio que debe ser escrito con mayúsculas, como si se trata de un silencio ontológico, sino simplemente para oír.
Osho nos aporta su percepción sobre el silencio, que compartimos con el lector interesado en estos temas y señala, que cuando empiezas a sentirte próximo a alguien, y surge la intimidad, cada palabra que pronuncias es importante. Entonces no puedes juzgar fácilmente con las palabras, porque todo tiene importancia. Por eso habrá momentos de silencio. Al principio te sientes incómodo porque no estás acostumbrado al silencio. Piensas que tienes que decir algo, porque sino ¿que va a pensar el otro?
Cuando te sientas próximo a una persona, cuando existe alguna clase de amor, llega el silencio y no hay nada que decir, nada. Con un desconocido hay mucho que decir; con los amigos nada. Y el silencio resulta agobiante porque no estás acostumbrado a él.
Resalta Osho en su exposición, que no sabes en que consiste la música del silencio. Solo conoces una forma de comunicación: la verbal, mediante la mente. No sabes comunicarte, simplemente estando, con tu presencia. Estás creciendo y se te queda pequeño la antigua forma de comunicación. Tendrás que desarrollar nuevas formas, no verbales. Cuanto más se madura más comunicación verbal se necesita.
Cuando más medites, más amarás y te relacionarás. Y finalmente llega el momento en el que solo ayuda el silencio. De modo que la próxima vez que estés con alguien sin comunicarte con palabras y te sientas incomodo, debes sentirte feliz. Guarda silencio y deja que comunique ese silencio.
Disfruta de ese silencio: siéntelo y saboréalo. Pronto verás. Que tiene su propia comunicación, que es más grande. Más elevada y más profunda. Y que esa comunicación es sagrada, pura
alterguia.com.ve nos indica sobre el silencio, que este es el poder más grande que existe. Porque todo lo que existe son aspectos parciales del silencio. Todo lo que existe se genera en lo que no existe, en lo que no aparece. Todo lo que existe son aspectos parciales de algo que está más allá de lo que llamamos existencia manifiesta. Abrirse al silencio es abrirse al potencial total, incondicional.

Se señala los efectos del silencio que se resumen en:
a) En primer lugar, nuestra mente se aclara, se armoniza y se ahonda. Nuestra vida es una permanente "centrifugación" hacia nuestro exterior de todas nuestras impresiones, ideas, datos, en una constante mezcla entre sí. En el silencio permitimos que todo esto se pose y se estructure por sí mismo. En el silencio conseguimos que nuestra consciencia capte lo que existe en profundidad detrás de las capas más aparentes de nuestra mente, de nuestra afectividad y de toda nuestra sensibilidad.
b) En el silencio, por el hecho de ahondar el punto de la consciencia, aumenta la potencia de nuestra mente y de toda nuestra personalidad de un modo extraordinario. Gracias al silencio se desarrolla nuestra sensibilidad interna, es decir, que nos capacitamos para afinar nuestra percepción, percepción sutil. Esta percepción abarca, en las vías supraconcientes, todas las vías intuitivas. En las vías conscientes, el poder captar en profundidad el presente de la persona y sus situaciones. Y, a nivel subconsciente, nos vincula con toda la vida en cualquiera de sus formas y manifestaciones
c) Percibimos, descubrimos, vivenciamos esta unidad profunda que hay detrás de toda la multiplicidad de formas y manifestaciones. Lo vivenciamos como experiencia y deja de ser una idea o creencia.
d) Gracias al silencio profundo viene la paz. La auténtica paz, la paz de la que surge luego toda actividad.
e) Nos conduce a la realización de la identidad propia que hay en cada uno de nosotros. Nos lleva a descubrir la persona que se encuentra detrás de todas las manifestaciones personales y a la persona que está detrás de todas la manifestaciones que atribuimos al exterior.
f) Gracias al silencio podemos acumular fuerzas físicas, afectivas, mentales y espirituales para la acción posterior.
g) Nos ponemos en sintonía con el poder creador único, y éste se expresa entonces en nosotros y a través de nosotros. Descubrimos que nosotros somos expresión de algo que está más allá de nosotros y que esta consciencia de realidad de lo que está más allá es algo siempre nuevo, siempre diferente, y no obstante, siempre idéntico.
alterguia.com.ve nos recuerda, que en la práctica del silencio también es esencial que en todo momento mantengamos la autoconciencia y que tengamos la máxima lucidez.
Coincidenciassinfronteras nos aporta, que cuando la estructura del pensamiento pierde su presa, nosotros ya no estamos, antes éramos espectadores y observábamos todos sus movimientos. Ahora estamos en otra dimensión, la del silencio, no perturbadas por ningún movimiento. Estamos inmersos en el espacio interior de la vacuidad hemos andado de la energía condicionada, particularmente nuestra, a entrar en nuestro propio ser.
Tan solo existe la totalidad del ser, no un espacio, un tiempo o una individualidad. Sin presiones, ni tensiones del pensamiento, de la memoria, de la razón. Cuando cesa toda identificación se abre el horizonte del silencio. Todo el misterio y el significado de la vida aparecen en la inocente comunión con el silencio, cuando el ego no se afirma, ni se agarra a nada..
El silencio según el zen nos indica, que la tradición ortodoxa del silencio es antigua. La raíz griega, mu, de la cual procede "místico", significa silencioso o mudo, y por esto impronunciable por derivación. Ya en la China antigua, Tao-sheng (360-434) había dicho: "Usad las palabras para explicar pensamientos, pero el silencio cuando los pensamientos se hayan absorbido...los que están calificados para buscar la verdad se quedarán con el pez y dejarán la red."
La parsimonia de las frases de las personas más avanzadas que practican el Zen refleja un hecho neurofisiológico básico: el impulso de charlar simplemente desaparece. Cuando se experimenta, el mundo se convierte en el modo de operar, la experiencia sustituye el hablar de ello insustancialmente. El meditador aprende a evitar quedar atrapado por la charla opresora de los habladores compulsivos cuyas superverbalizaciones pasan por ser formas de comunicación social en otros lugares. En ningún momento el silencio es más crucial que durante los retiros de meditación. Entonces, las distracciones se mantienen bajo mínimos para ayudar a que todos los miembros del grupo tengan un solo objetivo. Es en una soledad meditativa donde uno puede investigar muy profundamente en las capas del yo como parte de esa búsqueda reflexiva e introspectiva para comprender y disolver sus ficciones.
Para preservar los beneficios del silencio, los antiguos Maestros del Zen fomentaban el diálogo por el gesto. El gesto transmite ricos mensajes visuales. Estos permanecen mucho después de que los tediosos mensajes verbalizados hayan sido olvidados. El aparentemente simple acto de inclinarse es un gesto poderoso. Es un manera excelente de practicar el dominio de la soberbia del yo personal. Una vez un monje le preguntó al Maestro Rinzai "Cuál es la esencia del Budismo?" La respuesta de Rinzai fue un gran rugido. Ante eso, el monje se inclinó. Rinzai dijo "Ese es un hombre con el que se puede dialogar".

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