EL CLIMA

viernes, 11 de mayo de 2012

OBESIDAD Y EMOCIONES


Existen algunos conflictos que programan la obesidad y el sobrepeso y a esto hay que agregar que la obesidad tenga un origen glandular, para lo cual, los doctores recomiendan arreglar primero el problema con las glándulas y después temas como el conflicto de abandono, de siluta, de carencia indigesta, de identidad y de grasa.

El conflicto de abandono es una constante en la historia personal, parental o familiar de la persona, entre una o varias personas de su genealogía y es su blanco biológico, un bisabuelo maternal, por ejemplo, que lleva el mismo nombre y/o que tiene el mismo número en su hermandad que él y que en aquella época quedó huérfano.

El conflicto de silueta siempre está presente, tanto en el consciente como en el inconsciente y acompaña toda la historia durante el tiempo en que el paciente es obeso, en su mente se encierra el conflicto de obesidad. Si la persona no llega a adelgazar ni a perder peso, es porque en la naturaleza, a nivel biológico arcaico vital, sigue el conflicto de silueta, que se relaciona con la idea de que hay más peligro de muerte si no hay almacenamiento de masa corporal para imponerlo a los depredadores. La solución biológica del cerebro que mantiene el peso (en este caso sobrepeso) y la corpulencia (exagerada en este trastorno), es perfecta.

La desvalorización de identidad está directamente ligada a la relación familiar, especialmente con la madre: “Mi madre no me atiende desde que nací; es decir, no valgo nada. ¿Quién soy para que mi madre no quiera atenderme? ¿Por qué no me hace caso?”.

El conflicto de acumulación, que en este caso se refiere a la acumulación de la grasa, se traduce en la necesidad de sentirse imponente y sobrevivir. Pero, ¿por qué almacenar en forma de grasa y no de músculo o de hueso? Porque la grasa es más voluminosa y menos pesada para transportar que los músculos.

Este tema es complejo y polémico, queda claro que las emociones juegan un papel muy importante, aunque claro, hay casos donde el problema sí es físico, aunque al final se termine afectando la parte emocional.

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