La ciclotimia parece tener una contribución genética, que se ha demostrado con un amplio abanico de estudios con gemelos dizigóticos (fraternos) y monozigóticos (idénticos).1 2
También están implicados los factores psicosociales; por ejemplo acontecimientos vitales o las condiciones de vida y dificultades interpersonales. Además algunas hipótesis plantean que los episodios hipomaníacos tienen significado en el contexto de personas que alcanzar objetivos o evitar la depresión.
El tratamiento de la ciclotimia puede incluir una variedad de técnicas de terapia cognitiva conductual. A menudo se la trata con medicinas como la lamotrigina (Lamictal, en España), el carbonato de litio (Plenur, en España), verapamil3 y benzodiazepinas como el Valium (diazepam) o Rivotril (clonazepam).
La ciclotimia es un trastorno del estado de ánimo similar al trastorno bipolar que se caracteriza por oscilaciones del estado de ánimo de la hipomanía a la depresión. Un nivel leve de manía recibe el nombre de hipomanía. La hipomanía puede hacer sentir bien a la persona que la experimenta y se puede incluso asociar a un buen funcionamiento y a un incremento de la productividad. Así, aunque la familia y los amigos puedan reconocer que el estado de ánimo oscila como en un trastornos bipolar, la persona puede negar que algo marche mal.
Sin el tratamiento apropiado, sin embargo, la hipomanía puede convertirse en manía severa en algunas personas o puede aparecer después una depresión. Los síntomas nunca son los bastante severos como para ser clasificados como episodio depresivo mayor. Para poder diagnosticar una ciclotimia, los síntomas hipomaniacos y los síntomas depresivos deben alternarse durante al menos dos años. Los estudios de seguimiento longitudinales indican que el riesgo de que se desarrolle un trastorno bipolar en pacientes con ciclotimia es de cerca del 33 por ciento. Aunque es importante, este índice sigue siendo demasiado bajo como para ver la ciclotimia simplemente como la manifestación temprana del trastorno bipolar tipo I.
Síntomas
Durante al menos de 2 años (1 año para los niños y los adolescentes), el individuo padece numerosos períodos con síntomas hipomaniacos y numerosos periodos con síntomas depresivos que no satisfacen los criterios para diagnosticar un episodio depresivo mayor.
Los síntomas hipomaniacos incluyen:
Nivel incrementado de energía, actividad, e inquietud.
Estado de ánimo eufórico.
Gran irritabilidad.
Pensamientos y habla acelerados, saltando de una idea a otra.
Se distraen fácilmente, no pueden concentrarse. Necesitan dormir poco.
Creencias poco realistas acerca de sus capacidades y habilidades.
Juicio pobre.
Gasto excesivo de dinero.
Comportamiento diferente al habitual durante un periodo de tiempo.
Deseo sexual aumentado.
Abuso de drogas, particularmente cocaína, alcohol, y medicamentos para dormir.
Comportamiento provocativo, intrusivo o agresivo.
Niega que algo marche mal.
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