Como muchas palabras de nuestra maravillosa lengua, calandraca es un término con una asombrosa polisemia, y muy variados significados según el lugar geográfico y el contexto donde la empleemos...
...Así, en la rica jerga marinera, la calandraca era la típica sopa rala y pobre que se hacía con los restos de galletas duras que quedaban en los mermados sacos de provisiones, y con la que subsistían los sufridos marineros españoles en tiempos de escasez...
En la región de Murcia, por su parte, nuestra voz de hoy cobra un curioso significado para designar una conversación monótona y pesada que causa molestia y enfado... la calandraca de cuánta gente habremos tenido que soportar conestoicismo y valor para evitar ser maleducados... ;)
...Y por último, en América, el término calandraca es equivalente a "calandrajo", es decir, un trapo viejo, que por analogía pasó a ser la palabra empleada para denominar a una persona ridícula, necia y/o despreciable...
Para contextualizar nuestra voz de hoy, concretamente su tercera acepción, tomamos el ejemplo del periodista y escritor uruguayo Eduardo Germán María Hughes Galeano (1940), y su obra: El libro de los abrazos.
...Así, en la rica jerga marinera, la calandraca era la típica sopa rala y pobre que se hacía con los restos de galletas duras que quedaban en los mermados sacos de provisiones, y con la que subsistían los sufridos marineros españoles en tiempos de escasez...
En la región de Murcia, por su parte, nuestra voz de hoy cobra un curioso significado para designar una conversación monótona y pesada que causa molestia y enfado... la calandraca de cuánta gente habremos tenido que soportar conestoicismo y valor para evitar ser maleducados... ;)
...Y por último, en América, el término calandraca es equivalente a "calandrajo", es decir, un trapo viejo, que por analogía pasó a ser la palabra empleada para denominar a una persona ridícula, necia y/o despreciable...
Para contextualizar nuestra voz de hoy, concretamente su tercera acepción, tomamos el ejemplo del periodista y escritor uruguayo Eduardo Germán María Hughes Galeano (1940), y su obra: El libro de los abrazos.
...Antaño don Verídico sembró casas y gentes en torno al boliche El Resorte, para que el boliche no se quedara sólo. Este sucedido sucedió, dicen que dicen, en el pueblo por el nacido.
Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejitocalandraca.
Una vez por mes, el viejito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación…
Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejitocalandraca.
Una vez por mes, el viejito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación…
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