Por la doctora M. Nieves Estévez, médica,
especialista en psicoanálisis y sexología, especial
para Agencia NOVA.
La sociedad actual en nada se parece a la de hace 20, 40 o 70 años. Cambios vertiginosos nos impactan acelerando nuestros sentidos, pensamientos y relaciones con los otros para ponernos a la par de las exigencias que se solicitan cotidianamente.
El hecho de agruparnos en ciudades para alcanzar mejores niveles económicos, sociales o profesionales, nos llevan a convivir con la polución, los ruidos y la inseguridad que nos hace mantener un ritmo febril durante largas horas del día, lejos de la casa y la familia.
La competencia y el exitismo impiden poder gozar del ocio, cambiando los roles familiares y creando nuevos tipos de familia. El aire libre escasea y los deportes se reemplazan por el gimnasio y los aparatos tecnológicos.
Hay parejas o personas que llevan la oficina a su casa y no pueden percibir que pierden afectos, la diversión con su pareja y los cambios o crecimiento de sus hijos. Envejecen sin poder gozar de una vida que no vivieron.
Si no existen situaciones paralelas que tengan que ver con trastornos físicos, alguna enfermedad general, metabólica, infecciosa o depresión, debemos pensar que este estilo de vida genera stress trayendo consecuencias físicas y psíquicas. La libido se pierde y repercute en la relación de la pareja.
Lo primero para destacar, aunque difícil, es poder disociar el día de la noche, ya sea por una conversación, una ducha, un baile, pensando que podemos reponer la mejor parte del día: la del placer.
Lo nuevo es imponer slow life, slow sexo. Vivir más tranquilos y más lento, no sube el stress ni el colesterol. Slow-life es lo que se recomienda para seguir viviendo sana, física y psíquicamente, promoviendo mejores relaciones en general.
Evidentemente si la pareja esta en crisis se deberá rever la situación y poder hablar sobre su problema. Una pareja en conflicto no se arregla en la cama, igual que si los cambios que intentan generar son insuficientes. También, debemos observar nuestro estado de salud y esencialmente ver de qué manera se desea vivir.
La consulta sexológica, en este momento, es habitual y lo primero que brinda es información y contención, pues no hablamos de una enfermedad, por lo que no se cura sino que se soluciona. El exponer lo que les pasa (a ambos), baja el nivel de angustia y los enfoca en lo importante. Se pueden hacer estudios, entrevistas y tratamientos que ayuden a la pareja a estimar su cuerpo, su edad y su relación.
Es importante que ambos miembros de la pareja puedan encontrarse. El deseo está desde el principio al final de la vida y puede ser mayor o menor según la etapa que se transite. No hay que considerar la penetración como la única relación sexual exitosa o gozosa. Eso es mítico. Se puede empezar con muchos juegos, casi sin propósito y poco a poco se encontrarán nuevas zonas erógenas en la piel.
(La Dra. Nieves Estévez responderá su consulta en: info@sexomedic.com.ar. Comuníquese con ella al teléfono: (011) 4822-7526. Lo invitamos a visitar: www.sexomedic.com.ar)
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