EL CLIMA

lunes, 9 de enero de 2012

CONSEJOS PARA PADRES



EMOL

Es común que cuando un niño va al psicólogo, lo primero que se le pide que haga es un dibujo de su familia, a partir del cual el especialista puede obtener un primer diagnóstico respecto a los sentimientos que tiene con su entorno más cercano. Esto se debe a que, como afirma Nora Rodríguez en su libro "Conoce a tu hijo a través de sus dibujos" (Océano), los dibujos infantiles "son una proyección de las emociones y de la personalidad".Por esta razón, la pedagoga argentina entrega en su texto pautas para que padres y educadores aprendan a "escuchar" el relato que los niños dibujan, y así puedan comprenderlos mejor y ayudarlos a crecer con más seguridad en sí mismos.Uno de los capítulos del libro está enfocado, precisamente, al dibujo de la familia. Según Nora Rodríguez, a partir de los cinco años, a la mayoría de los niños les gusta dibujar a sus padres, hermanos y a todos los parientes que ellos consideran como más próximos a ellos (abuelos, tíos, primos, etc.). Sin embargo, en algunos casos es posible que el niño se niegue a dibujar a su familia o a otra cualquiera, lo que -advierte la pedagoga- es señal de conflicto familiar."Mediante el dibujo de la familia es posible llegar a conocer la dinámica familiar en la que el niño se mueve. También es posible encontrar ese relato emocional que no le cuentan a los padres por miedo a perder el afecto. Pero lo más importante es cómo el niño se ve a sí mismo en el núcleo familiar", sostiene Nora Rodríguez.De esta manera, la autora enumera una serie de características en las que los adultos deben fijarse para poder descifrar lo que sienten los niños cuando dibujan a su familia. A continuación algunas de ellas.- A quién dibuja primero: Según Nora Rodríguez, el personaje que aparece en primer lugar es aquél por el que el niño siente más admiración. También puede representar al integrante de la familia al que intenta imitar. Si quien aparece primero en el dibujo es el propio niño, esto significa que necesita aún a su familia, que no está preparado para despegarse de ella. Si se dibuja en medio, cerca de la madre, desplazando a los hermanos, se considera que se trata de un dibujo regresivo. Si se dibuja en último lugar es probable que no se sienta cuidado y protegido por el núcleo familiar.- Las distancias: Cuando un niño dibuja a un integrante de la familia como separado, o dibuja a alguien alejado del grupo, esto indica falta de integración. "Los niños suelen dibujarse cerca de las personas que los tratan bien y les dan afecto, cuidado y límites, y se dibujan lejos de aquellos con los que no tienen una buena relación", señala la pedagoga. Si en el dibujo casi no hay distancia entre uno y otro personaje, esto indica que hay un excesivo control y sobreprotección. La distancia también se relaciona con mala comunicación cuando entre los integrantes de la familia hay elementos que entorpecen el encuentro, sean naturales (cerros, árboles, etc.) o artificiales (casas, rejas etc.).- Los detalles: Que un personaje esté borrado o dibujado con mucha debilidad suele indicar que el niño no puede o no desea dibujarlo. Suele haber una hostilidad encubierta hacia esa persona, que también puede manifestarse cuando dibuja a un integrante de la familia o a varios sin alguna parte del cuerpo, dice Nora Rodríguez.- Omisión de algunos integrantes: Cuando un niño no dibuja a un integrante de la familia esto significa que lo rechaza o que es rechazado o que en algún sentido no le agrada que esa persona forme parte de su familia. Cuando a quien quitan de la imagen es a ellos mismos -agrega la pedagoga-, quiere decir que se sienten excluidos de la familia o se sienten mal por pertenecer al núcleo familiar.- Integrantes de la familia como cayéndose hacia un lado: A menudo -sostiene la autora- los niños expresan la debilidad de un miembro de su familia dibujándolo como si se cayera. Es común que lo hagan con los hermanos pequeños y los abuelos, aunque también con otras personas a las que consideran débiles por algún motivo, por ejemplo quienes están enfermos. Los personajes dibujados con cierta inclinación generalmente no tienen cuello, nariz o boca, y sus extremidades son sólo palos.
- Integrantes de la familia los que cuesta darles forma: En general ocurre con aquellos parientes con los que tienen más problemas. Nora Rodríguez resalta que en situaciones de maltrato, los niños pueden incluso llorar a la hora de pensar que deben dibujar a la persona que les daña. Asimismo, cuando están dibujándolos manifiestan indecisión, estrés, angustia, inquietud, agobio, impotencia y retraimiento.- Familias ambientadas en otro tiempo diferente del real: Cuando se presenta esta situación, generalmente se debe a que el nivel de fantasía del niño es muy elevado o bien la realidad ha sido demasiado desagradable para él. "Cuando se siente impotente para enfrentarse a los problemas que la realidad le plantea, tiende a imaginar situaciones anteriores compensatorias, a veces arcaicas o primitivas", explica la pedagoga.

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