EL CLIMA

jueves, 1 de diciembre de 2011

HELADOOOOS



El verano es la época idónea para consumir estos dulces tan sabrosos y refrescantes que hacen las delicias de pequeños y mayores. Desde los tradicionales de vainilla o chocolate a sabores exóticos como hamburguesa o paté, los helados suponen una buena alternativa para combatir el calor, favorecer la digestión y reducir el estrés.

Sin embargo, y aunque la mayoría lo pase por alto, los helados son más que un capricho estival. Se trata de un alimento completo, que aporta numerosos nutrientes a nuestra dieta y cuyos beneficios deberían disfrutarse en todas las estaciones del año. Valores nutritivos


Los helados son una buena opción para el postre o la merienda de los niños, en especial para aquellos a los que no les gusta la leche. Son excelentes para los ancianos con problemas de masticación, por su textura suave y cremosa. Para los deportistas son una fuente rápida de energías y nutrientes. Además, los helados contribuyen a la hidratación, combaten la sequedad de las vías respiratorias, facilitan la digestión y crean una sensación de bienestar. Todas estas características hacen de este un producto adaptable a casi todas las edades y dietas. El valor alimenticio y nutritivo del helado depende de los componentes del mismo. En todo caso siempre será igual o superior al de los productos lácteos, ya que la leche y sus derivados constituyen el ingrediente mayoritario. En cuanto a los sorbetes, tienen otras cualidades, basadas en el porcentaje de frutas que contienen, y su contribución es principalmente energética y refrescante. El helado es una mezcla de distintos ingredientes (agua, leche y derivados azúcares, grasas vegetales, frutas y frutos secos, huevos y derivados, etc.) que suponen un aporte de proteínas, azúcares, grasas de origen lácteo o vegetal, vitaminas y sales minerales.


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